Rendón se sentirá en casa con la SM en Houston

21 de octubre de 2019

HOUSTON -- Esta Serie Mundial entre los Nacionales y Astros será un dulce regreso a casa para el antesalista de los capitalinos, Anthony Rendón, quien está a punto de ser uno de los agentes libres más cotizados junto al as de Houston, Gerrit Cole.

Es bastante especial participar en el Clásico de Otoño por primera vez. Pero el jugar contra el equipo de tu ciudad natal, es más que un sueño cumplido. Rendón fue una vez uno de esos muchachos que esperaban por la cueva de los Astros por un autógrafo de Jeff Bagwell o Craig Biggio.

Rendón, quien vive en un suburbio de Houston durante la temporada muerta, se convirtió en una leyenda de varios deportes al nivel juvenil en Houston. Acudió a una escuela secundaria a algunas millas del Minute Maid Park y rechazó una oferta de los Bravos para jugar con la Universidad de Rice, donde ganó un título en el 2003.

El camino de Rendón hacia este momento -- el Juego 1 el martes en Houston -- comenzó cuando los Nacionales lo eligieron de sexto en el draft del 2011. Debutó en las Grandes Ligas dos temporadas después y terminó el 2019 compartiendo con Corey Seager el liderato de la Liga Nacional en dobles (44) y encabezó la Gran Carpa en remolcadas (126). En su primer juego en su ciudad natal como ligamayorista, pegó cuatro imparables el 30 de abril, y lleva de 20-9 en su carrera en el Minute Maid Park.

Sin embargo, los que lo conocen mejor no comienzan las conversaciones sobre el antesalista con el tema de la velocidad de su bate, sus instintos defensivos ni cualquier otro aspecto del béisbol.

“Mi primera impresión del muchacho fue duradera”, declaró el coach de Rendón en la escuela secundaria David Muñoz. “Todavía es la misma persona que conocí por primera vez. Un buen ser humano y tiene compasión. No ha cambiado”.

“También tiene bastante pasión y está bien comprometido con el juego. Pero tiene una cierta calma. Confía en su talento y su preparación. No pierde la calma con nada”.

Al preguntársele de un momento que lo haya impresionado bastante, Muñoz no dudó en responder.

“Estábamos jugando un partido largo de práctica en febrero, creo que de 14 o 15 entradas”, recordó Muñoz. “Y estaba lloviendo y frío. Ya había tenido cinco o seis turnos y pidió batear a la zurda.

“Entró a la caja de bateo y dio un batazo que pegó contra el muro del jardín central. Miré a los otros coaches y solamente dijeron ‘¿Qué fue eso?’

Momentos similares se vieron en la Universidad de Rice, aunque algunos de los coaches ahí pensaron que no iba a jugar con ellos.

Los Bravos lo eligieron en la 27ma ronda del draft del 2008 y luego Rendón tuvo un gran verano como amateur, incluyendo un torneo en Atlanta.

“Creo que su fue de 15-13 en un torneo”, señaló David Pierce, quien fue el exasistente en Rice que reclutó a Rendón. “En ese momento pensé que no estaría con nosotros. Pero por algún motivo, los Bravos no le ofrecieron lo que quería”.

Mientras Pierce conocía mejor a Rendón, comenzó a entender que la humildad que demuestra en público es auténtica y verdaderamente no le gusta llamar la atención.

Aunque Pierce valora la clase de jugador que es Rendón, el coach disfruta más la clase de hombre que el infielder ahora es. En su ciudad natal, ese es el Antony Rendón que alegra más a sus coaches y compañeros.

“Es un muchacho que le gusta divertirse”, dijo Pierce, “pero toma en serio su trabajo. También es un gran compañero y con los pies sobre la tierra. El béisbol nunca lo agobia. Es su profesión, pero eso no lo define”.