PHOENIX – Mientras la práctica de bateo de los Dodgers se realizaba previo al inicio de su serie ante los D-backs, el equipo Intermedio de México de las Pequeñas Ligas miraba a lo lejos, absorbiendo el ambiente de un estadio de Grandes Ligas.

Austin Barnes y el recién ascendido Víctor González – ambos representantes de la selección mexicana en el Clásico Mundial de Béisbol – hablaron y firmaron autógrafos al equipo, que la semana pasada alcanzó el Campeonato Internacional en la Serie Mundial Intermedia (50/70) de Béisbol en Livermore, California.

Un par de horas después, los más jóvenes de la Liga Mario Mendoza de Navojoa, Sonora, disfrutaron de una joya de su paisano Julio César Urías, como parte del triunfo de los Dodgers por 5-4 sobre los D-backs. El oriundo de Sinaloa dejó a Arizona sin carreras a lo largo de 6.0 entradas de labor, permitiendo cuatro hits y ponchando a cinco rivales.

“Siempre es una bendición el poder representar a la comunidad mexicana”, confesó Urías. “Sé que estamos en Arizona, pero siento que a donde quiera que voy, puedo percibir la energía de los aficionados mexicanos. Siempre están ahí. Es algo que he notado en esta temporada. Es una gran sensación”.

Urías tiene la costumbre de mantenerse callado en los días en los que lanza, así que no habló con los jugadores de las Pequeñas Ligas antes del partido. Sin embargo, les dejó un mensaje.

"Diviértanse", dijo Urías. "Las Pequeñas Ligas son el mejor momento para un jugador, porque sólo estás concentrado en disfrutar la experiencia. No importa el rival, no importa el estadio ni de dónde seas. Se trata de divertirse".

"Estaban emocionados", indicó el mánager de los Dodgers, Dave Roberts, quien pudo hablar con los jugadores y entrenadores. "Ver a uno de sus héroes lanzar, y que lo haya hecho tan bien, fue una alegría para ellos".