ANAHEIM – Es fácil olvidar que hace unos meses, los Medias Rojas pactaron con Kike Hernández para que fuera su segunda base titular. Debido a la construcción del roster, el puertorriqueño ha surgido como patrullero central, convirtiéndose en una de las piezas más significativas de la temporada para Boston.

Hernández lo demostró con su guante y su brazo en la victoria del lunes de los Medias Rojas por 5-4 en el Angel Stadium.

En su 50mo partido de la temporada como titular en la posición (16 en la intermedia), Hernández corrió hacia la pared de la pradera central para atrapar un elevado conectado por el venezolano Luis Rengifo en el segundo inning. Pero el boricua saltó a tiempo y pudo hacer la atrapada. A lo mínimo, el batazo hubiese sido un doble, de no ser por Hernández.

Eso no fue todo. En la sexta entrada, con hombre en primera sin out, Max Stassi dio un imparable hacia la brecha del jardín derecho y central. Hernández disparó un strike hacia la segunda base, donde Xander Bogaerts retiró a Stassi.

“Kike hizo dos grandes jugadas y creo que terminaron siendo la clave para la victoria”, dijo el lanzador ganador del partido, el venezolano Martín Pérez. “La primera atrapada en el segundo inning y luego el tiro que hizo en el sexto para retirar al jugador”.

Con el mexicano Alex Verdugo, Hernández y Hunter Renfroe en los jardines, los oponentes lo piensan dos veces antes de intentar buscar una base extra.

“[Hernández] ha estado defendiendo el jardín central por encima del promedio”, comentó el manager de Boston, el puertorriqueño Alex Cora. El hecho de que respeten nuestros brazos, a todos, es importante para nosotros porque podemos limitar el movimiento en las bases”.