Kyle Schwarber en la Serie Mundial tras impresionante recuperación

25 de octubre de 2016

CLEVELAND -- De sufrir lesiones en la aurora de la temporada que supuestamente lo sacarían de acción todo el año completo, a prácticamente aprender a caminar de nuevo, como si fuera un niño, a figurar de quinto bate en la primera alineación de Serie Mundial de los Cachorros de Chicago desde 1945 hay un camino kilométrico, aún para el poderoso .
Pero de allí a que se diga que todo fue planeado al pie de la letra hay un abismo grande. De hecho, el único que llegó a predecir, a lo largo de todo este camino, que Schwarber se recuperaría a tiempo para jugar en el Clásico de Octubre fue el relevista dominicano , que siempre le animaba al respecto.
"Hace seis días", respondió de manera contundente Schwarber, cuando se le preguntó cuándo comenzó a pensar de manera realista que sí tenía oportunidad alguna de jugar en la finalísima beisbolera frente a los Indios de Cleveland. "Todo el tiempo, el plan era que estaría listo para los Entrenamientos de Primavera".
Apenas había comenzado la temporada cuando Schwarber, quinto bate de los campeones de la Liga Nacional para el Juego 1 de la Serie Mundial, se estrelló en una jugada en Phoenix, Arizona, con el jardinero central de los Cachorros, , en lo que inicialmente se diagnosticó como una distensión en el tobillo izquierdo.
Posteriormente, se determinó que había sufrido desgarres significativos de dos ligamentos principales, el central y el lateral, de su rodilla izquierda, aparte de una fuerte torcedura de su tobillo y que se quedaría fuera por el resto de la temporada del 2016.
Los Cachorros tendrían que ingeniárselas en llenar la enorme vacante de un joven que disparó 16 vuelacercas en apenas 232 turnos en su temporada como novato en el 2015 y que de paso se fue para la calle cinco veces en los playoffs respectivos.
Nadie imaginaba que podría volver en algún momento del 2016 y el alto mando de los Cubs calculaba que si acaso podría jugar en la pelota invernal. Mientras Schwarber trabajaba bien duro en la sala de pesas, el dirigente de los Cubs, Joe Maddon, se le acercó para felicitarlo y desearle lo mejor con miras a los Entrenamientos de Primavera del 2017.
Una visita al especialista médico que lo veía, empero, determinó que sí podía reanudar sus prácticas beisboleras. El resto lo hizo Schwarber con su trabajo, aún más duro todavía, para ponerse en condiciones ideales para volver a jugar pelota.
"Iba al médico cada uno o dos meses y me decía cada vez 'va a ser [el retorno] para los Entrenamientos de Primavera''', informó Schwarber. "Luego, en mi reciente visita, justo antes de que nos fuéramos a Los Angeles para la Serie de Campeonato, le echó otro vistazo a la rodilla y me dijo 'hombre, eso se ve fuerte, no te voy a prohibir que hagas nada.
"Cuando el doctor me dijo que no iba a ponerme ningún impedimento, llamé a Theo [Epstein, presidente de operaciones de béisbol] y le dije 'me gustaría tener por lo menos la oportunidad de tratar' [de jugar]. Sabía que no habría ninguna garantía, pero muy dentro de mí pensé que me mataría por dentro si por lo menos no lo intentaba".
Desde ese momento, Schwarber comenzó a practicar más con aspectos como correr, moverse de un lado para otro, irse a Arizona para ver unos 1,300 lanzamientos disparados por una máquina y jugar en un par de partidos de la Liga Otoñal.
La noticia de que alinearía en el Juego 1 de la Serie Mundial la recibió en un mensaje de texto, pero le costaba trabajo creer lo que ocurría a su alrededor.
"Todavía no lo he asimilado del todo", reconoció Schwarber. "A lo mejor cuando salga al terreno, explotarán las emociones. A lo mejor hasta lloro.
"Ha sido un largo camino, pero una vez entre al diamante, será hora de jugar", enfatizó Schwarber. "Voy a estar enfocado, listo y determinado a tratar de ganar".
Tan bien se ha recuperado Schwarber, que Maddon no ha descartado al ciento por ciento la posibilidad de usarlo en los jardines en los Juegos 3, 4 y 5 a celebrarse en el Wrigley Field.
"No lo sé, no lo hemos planeado", admitió Maddon. "Pero veremos lo que pasa [en Cleveland]. También sera realmente importante su recuperación. ¿Cómo se va sentir al día siguiente?
"Por mucho que se practique en situaciones similadas, no es lo mismo que el juego en sí", advirtió el manager de los campeones de la Liga Nacional. "Es imposible practicar esos movimientos bruscos o inesperados en momentos del juego. Cuando lo veamos en las almohadillas pudiéramos tener una mejor idea de qué es lo que podemos hacer y qué no podemos hacer".
Lo que sí tiene Maddon es una enorme fe en el jovencito que entró a las Grandes Ligas como un huracán ofensivo en el 2015.
"Se perdió todo el año físicamente, pero no mentalmente", comparó Maddon. "Ha acudido a todas nuestras reuniones, las asambleas de receptores y lanzadores. Todo el año ha observado los videos. Está al tanto de toda la información. Realiza todo lo que hacemos en casa. Soy un gran creyente en visualización.
"Le tengo una gran fe al muchacho", acentuó Maddon. "Definitivamente, no tiene miedo y definitivamente cree que está listo. Vi su swing y parece normal. De paso, corre bien. No creo que eso sea algo de lo que tengamos que preocuparnos".