“Momentos récord” inolvidables en la Gran Carpa

21 de mayo de 2019

Quizás no exista en el mundo otro deporte profesional cuyos récords sean tan consagrados como los más impresionantes del béisbol de Grandes Ligas.

Los aficionados pueden recordar con facilidad estadísticas exactas de varias décadas atrás y valorar los números que sirven como recordatorios de algunos de los momentos más extraordinarios del llamado “Rey de los Deportes”.

A continuación, los jugadores que han conseguido las hazañas más históricas de los últimos 100 años.

Hank Aaron, Bravos

8 de abril de 1974 vs. Dodgers

Desafortunadamente, Aaron tuvo que luchar contra algo más que solamente el pitcheo rival mientras trataba de romper la marca de Babe Ruth de más cuadrangulares en la historia de Grandes Ligas con 714. El cañonero afroamericano era a menudo asediado por burlas racistas y amenazas de muerte. Aaron tuvo que aguantarse con 713 jonrones durante toda la temporada muerta antes de reanudar su lucha por el récord en abril de 1974. Después de empatar la marca de Ruth en el Día Inaugural en Cincinnati, Aaron, entonces de 40 años de edad, fue mandado a la banca para el partido siguiente y no se voló la cerca en el último juego de la serie, obteniendo así la oportunidad de romper la marca frente a sus propios fanáticos.

En el 4to episodio del primero de la serie de los Bravos contra los Dodgers, Aaron finalmente disparó su cañonazo número 715 – un batazo ante el lanzador Al Downing que cayó en el bullpen de Atlanta por todo el jardín izquierdo. Mientras la multitud festejaba jubilosa, dos fanáticos saltaron al terreno de juego y le dieron varias palmadas de felicitación a Aaron mientras éste corría hacia la tercera base, y el cronista de los Bravos, Milo Hamilton, dijo la frase que se hizo tan famosa: "¡Hay un nuevo campeón de jonrones de todos los tiempos, y se llama Henry Aaron!".

Mientras tanto, el legendario cronista de los Dodgers, Vin Scully, describió con sus palabras la magnitud de la hazaña de Aaron: "Qué momento tan maravilloso para el béisbol, qué momento tan maravilloso para Atlanta y el estado de Georgia, qué momento tan maravilloso para los Estados Unidos y el mundo entero. Un hombre de raza negra está siendo ovacionado en el sur (de los EE.UU.)".

Barry Bonds, Gigantes

5 de octubre del 2001 vs. Dodgers

Aaron culminó su carrera con 755 cuadrangulares, marca que prevaleció en las Mayores hasta que fue superada por Bonds en el 2007. En camino a romper el récord, Bonds había impuesto otro seis años antes, cuando conectó la mayor cantidad de vuelacercas en una sola campaña en la historia de Grandes Ligas. La marca de 61 estacazos que entonces le pertenecía a Roger Maris y que había logrado en 1961 parecía insuperable hasta que Mark McGwire se voló la cerca 70 veces en 1998. Tres años después, Bonds superó ese total.

Bonds arrancó la temporada del 2001 con 39 jonrones en sus primeros 68 juegos. Tras bajar el ritmo con solamente seis bambinazos en sus siguientes 32 encuentros, el cañonero zurdo disparó 25 en un espacio de 50 juegos del 1ro de agosto al 4 de octubre para empatar el récord de McGwire, antes de iniciar la última serie de la temporada regular contra los Dodgers.

Enfrentando al derecho Chan Ho Park en el primero de la serie, Bonds sacó un tablazo que superó la cerca por todo el jardín derecho-central en el primer inning para llegar a 71. En el turno siguiente volvió a sacarla del parque frente a Park para su número 72. El cañonero agregó el 73er cuadrangular del año en el último día de la campaña regular.

Cal Ripken Jr., Orioles

6 de septiembre de 1995 vs. Angelinos

Antes de que su carrera terminara de manera trágica debido a una esclerosis lateral amiotrófica en 1939, Lou Gehrig era el "Caballo de Hierro" de Grandes Ligas tras haber visto acción en 2,130 juegos seguidos del 1ro de junio de 1925 al 2 de mayo de 1939. Por mucho tiempo dicha marca fue considerada como irrompible hasta que Ripken empezó su propia cadena en los Orioles el 30 de mayo de 1982 y no salió del lineup durante los próximos 16 años.

En anticipación a la histórica hazaña de Ripken superando a Gehrig el 6 de septiembre de 1995, el entonces presidente de los Estados Unidos Bill Clinton, el vicepresidente Al Gore, los miembros del Salón de la Fama Frank Robinson y Joe DiMaggio, la familia de Ripken y más de 46,200 espectadores estuvieron presentes en el Camden Yards de Baltimore. La que ya era una noche mágica se hizo aun más especial cuando Ripken se voló la cerca en el cuarto inning -- con Clinton en la cabina de transmisión de TV – y el juego se detuvo para honrar al campocorto después de que los Orioles registraron el último out en la parte alta de la 5ta entrada, cuando el partido se hizo oficial.

Con las pancartas colgando detrás de los portones del jardín derecho con los números "2131", Ripken celebró junto a su familia y recibió una larga ovación por parte de los aficionados, compañeros y los rivales Angelinos. Ripken humildemente pasó a refugiarse en la cueva, pero los fanáticos continuaron ovacionándolo de pie – lo que animó al cubano Rafael Palmeiro y Bobby Bonilla a regresar a su compañero al terreno de juego para que diera una vuelta triunfal alrededor de la franja de advertencia. Sorprendentemente, pasaron 22 minutos antes de que el encuentro se reanudara.

Joe DiMaggio, Yankees

5 de julio de 1941 vs. Atléticos

Mientras que "Joltin’ Joe" ya había ganado el premio al JMV por la Liga Americana y era uno de los jugadores más grandes de su era para 1941, su sexta temporada en Grandes Ligas, DiMaggio solidificó su legado con una de las hazañas más impresionantes en la historia del béisbol: Una racha de 56 juegos seguidos bateando de imparable.

La seguidilla comenzó el 15 de mayo, cuando DiMaggio conectó un sencillo en cuatro turnos en la derrota por 13-1 de los Yankees ante los Medias Blancas. Pero durante los próximos dos meses, siguió dando imparable en cada partido – y no paró de batear hasta el 17 de julio, cuando se fue de 3-0 con una base por bolas en contra de los Indios. Con un tablazo de tres rayas el 2 de julio, DiMaggio superó a Willie Keeler por la racha más larga de juegos consecutivos bateando de hit en una sola temporada en la historia con 45. Pero Keeler había conectado un imparable en su último juego de la campaña de 1896 antes de arrancar la temporada siguiente con una seguidilla de 44 encuentros, lo que significaba que el "Yankee Clipper" todavía tenía trabajo por hacer para adueñarse de la racha bateadora más larga en la historia.

Los Yankees tuvieron dos días de descanso después del 2 de julio – uno programado en el calendario y el otro debido al mal clima – lo que permitió generar expectación mientras toda la nación se preparaba para ser testigo de la gran hazaña. El 5 de julio, DiMaggio se paró en la caja de bateo en el primer inning y conectó un jonrón de dos vueltas ante Phil Marchildon para extender su racha a 46. DiMaggio continuó alejándose de Keeler, bateando de imparable en cada uno de los próximos 10 juegos antes de que su seguidilla terminara. DiMaggio entonces compiló otra racha bateadora, esta vez de 16 juegos seguidos, dando por lo menos un hit en 72 de 73 cotejos del 15 de mayo al 2 de agosto.