Los mejores cinco momentos en los 106 años del Fenway Park

10 de abril de 2018

En 1911, el dueño de los Medias Rojas, John Taylor, buscaba un cambio de ambiente. El estadio Huntington Avenue Grounds era una linda atracción, pero estaba un poco decaído -- parches de arena donde no crecía césped en los jardines y una caseta en el bosque central que increíblemente todavía era parte del terreno. Entonces, el propietario compró un terreno en Landsdowne Street en la vecindad de Fenway en Boston -- la cuadra era un poco irregular, pero se podía acomodar las dimensiones -- y comenzó a construir el estadio.
Un año después, se terminó la obra y Taylor estaba listo para presentarle al mundo su nuevo estadio: El 9 de abril de 1912, los Medias Rojas jugaron contra la Universidad de Harvard para celebrar el primer encuentro en la historia del Fenway Park.

Los Patirrojos triunfaron en ese partido y luego consiguieron 105 victorias durante la temporada regular, antes de conquistar el título de la Serie Mundial -- y el estadio no ha dejado de crear historia desde entonces. Ahora, en honor al aniversario de los 106 años del estadio que se celebró el lunes, repasemos una lista de los mejores cinco momentos en la historia del Fenway Park, presentados en orden cronológico.
El último turno al bate de Ted Williams
Antes de la acción del 28 de septiembre de 1960, los Medias Rojas tenían foja de 64-86, séptimos en una Liga Americana con ocho equipos y a 29 juegos de los punteros Yankees. Pero 10,454 aficionados estuvieron presentes pese al ventoso clima para ver el último partido de Boston contra los Orioles, por un simple motivo: Era el último juego de Ted Williams en el Fenway Park.
El gran bateador ya había anunciado sus intenciones de retirarse al final de la campaña, su 19na con los Patirrojos. Y siendo el legendario Ted Williams, se voló la cerca en su último turno:

El jonrón de Carlton Fisk
Las cosas no lucían muy alentadoras para Boston en la Serie Mundial de 1975, abajo por dos carreras contra los Rojos en el cierre del octavo episodio de un Juego 6 de vida o muerte. Pero el bateador emergente Bernie Carbo empató el partido con un bambinazo para llevar el partido a extrainnings y todos probablemente se acuerdan del resto:

El Juego de Estrellas de 1999
Primero, los rosters de la Liga Nacional y la Liga Americana fueron presentados. Luego fue el momento del Equipo del Siglo, integrado por leyendas como Hank Aaron y Willie Mays. Por último, salieron Carl Yastrzemski y Carlton Fisk, dos de los mejores jugadores en la historia de los Medias Rojas, para realizar el primer lanzamiento ceremonial. Un perfecto escenario para el último Clásico de Media Temporada del siglo 20 -- pero faltaba una sorpresa.
"Damas, caballeros y niños", se anunció por el estadio, "es un honor y privilegio presentar a uno de los mejores jugadores que ha pisado el terreno del Fenway Park y cualquier otro estadio. Damas y caballeros, el gran Salón de la Fama, Ted Williams".

Un carrito salió con Williams, para varios el mejor bateador de todos los tiempos, haciendo su primera presentación pública en un buen tiempo a los 80 años de edad. Después de dar una vuelta por el terreno recibiendo una gran ovación, el Splendid Splinter se dirigió al montículo para hacer el primer pitcheo ceremonial -- donde fue recibido por un grupo de excelentes jugadores activos y del pasado.
"Les dijeron a todos que volvieran a la cueva y todos se negaron", recordó Nomar Garciaparra. "Ya no nos importaba el juego. Era un momento especial que nadie esperaba. No queríamos que terminara".
Después de casi 15 o 20 minutos, los jugadores se esparcieron -- y luego era hora de que el dominicano Pedro Martínez se robara el show:

Martínez ponchó a cinco de los seis bateadores que enfrentó en dos episodios de trabajo, incluyendo a Barry Larkin, Larry Walker, su compatriota Sammy Sosa y Mark McGwire de manera consecutiva.
La Base Robada
No parecía como una jugada importante en aquel momento -- los Medias Rojas estaban abajo 3-0 contra sus eternos rivales, los Yankees, en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, lo que se suponía era una desventaja insuperable. Pero cada remontada comienza desde algún punto y en el caso de Boston, la chispa fue un corredor poco empleado y poco conocido:

El Policía del Bullpen
A plena vista, todo parecía predecible. El dominicano David Ortiz -- en octubre, con las bases llenas y su equipo contra la pared -- entrando a la caja de bateo con la posibilidad de empatar el partido, por supuesto que pegará un jonrón. No pudo haber ocurrido de otra manera. Por otra parte, el Policía del Bullpen fue una grata sorpresa: