Una semana después de que anunció su retiro como jugador de Grandes Ligas y luego de realizar una gira por los estadios de la LIDOM con los Gigantes del Cibao para despedirse de los fanáticos de su país, Nelson Cruz hizo una última y emotiva parada en el Estadio Julian Javier de San Francisco de Macorís.

La noche empezó con un acto previo a un juego en el que el cañonero se fue de 3-0 con un boleto en la derrota 5-2 de los Gigantes a manos de los Tigres del Licey. Pero el mejor momento se produjo una vez finalizado el encuentro, cuando Cruz tomó el micrófono visiblemente emocionado tras un segundo homenaje.

“Gracias por hacer este día tan especial para mí”, dijo el jugador de 43 años en el montículo. “En verdad, Dios me ha dado más de lo que he merecido y mucho más de lo que he soñado. Y ustedes con este efecto de amor hacia mí… ha sido una noche increíble. En verdad, gracias, gracias. Gracias, San Francisco”.

Por el tamaño de la concurrencia en el estadio y todas las personas que lo rodearon en la lomita, era obvio que esas gracias eran recíprocas.  

Además de su familia y compañeros de equipo en los Gigantes, entre ellos el veterano Fernando Rodney, el ganador del Premio Roberto Clemente también estuvo acompañado por una de las tantas personas a las que el veterano toletero derecho ayudó a lo largo de su carrera: el dos veces campeón bate en las Grandes Ligas, el venezolano Luis Arráez.

Cruz, que jugó 19 temporadas en las Grandes Ligas en las que conectó 468 jonrones, disputó cinco juegos en esta gira de despedida en la República Dominicana. Y no fue un asunto simplemente decorativo. Bateó .308 (de 13-4) con dos boletos, dos carreras empujadas y una anotada. 

De por vida en las Grandes Ligas, Cruz bateó .274 y empujó 1,325 carreras. Debutó en las Mayores con los Cerveceros en el 2005 antes de pasar a los Rangers, donde se hizo un nombre con su poder y producción entre 2006 y 2013. También jugó para Orioles, Marineros, Mellizos, Rays, Nacionales y Padres.