¿Por qué tanto disgusto con el toque de bola ante el ajuste defensivo?

3 de abril de 2018

Cuando Ted Williams vio la formación que Lou Boudreau, el manager de los Indios, había creado para defenderse de sus batazos en 1946, el estelar toletero de los Medias Rojas empezó a reírse. Se paró en la caja de bateo y metió un doblete tras soltar varias carcajadas. "Si los equipos empiezan a hacer esto en mi contra", bromeó Williams con los reporteros después del juego, "pues empezaré a batear a la derecha".
Los equipos empezaron a aplicar la misma táctica contra Williams, pero éste no empezó a batear a la derecha. Al contrario, pasó el resto de su carrera bateando hacia el mismo lado derecho del terreno, donde había más defensores para contrarrestar el estilo del bateador zurdo. Williams dio batazo tras batazo en esa dirección porque sentía que era más importante ser un bateador de poder y no andar acumulando sencillos con toques y rodados hacia la banda contraria.
"Willams creía que su valor para los Medias Rojas y para el juego de pelota era como toletero", escribió John Updike en su famosa historia del último juego de Williams para la revista The New Yorker. "Por eso iba a jalar la pelota, tratando de mandarla entre los tres defensores, y pagó el precio perdiendo quizás 15 puntos de promedio".
En otras palabras, el poder de la formación especial no se trata de simplemente cubrir la mitad del terreno, sino del juego mental también, de convencer a los bateadores de que no deberían hacer nada para superar la formación especial.
Y bueno, algo de eso vimos el domingo en el juego entre los Mellizos y los Orioles. Para recapitular rápidamente: Minnesota estaba arriba 7-0 en el noveno con el boricua José Berríos en la loma. Hasta ese momento, sólo había permitido un hit en ocho innings.
Entonces, vino a batear con un out en la novena y los Mellizos pusieron a todos sus defensores del cuadro entre primera y segunda. Viendo esto, Sisco tocó la bola hacia el lado izquierdo y se embasó con un sencillo.

Nada de eso importó, pues Berríos terminó el juego y el blanqueo. Pero los Mellizos no estaban contentos. Para nada.
"No me gustó", dijo Berríos. "Sólo sé que no es bueno para el béisbol en esa situación".
"Obviamente no somos muy aficionados a eso", aportó .
"A nadie le gustó eso", acotó otro boricua, . "No. No. No. No es una buena jugada".
Podríamos argumentar aquí, como han sugerido muchos en Twitter y Facebook, que es una ridiculez poner una formación especial estando arriba 7-0 contra un receptor suplente y después quejarse de que el muchacho tocó. Pero sugerir eso es tan tonto que no necesita una explicación.
Pero hay algo aquí bien interesante: Nadie en el béisbol cree que defender así contra un cátcher novato arriba 7-0 es una violación de las reglas no escritas. Pero aparentemente mucha gente en las Grandes Ligas cree que un cátcher tocando sí pasa de esa raya.
Si todo el mundo empezase a tocar de forma regular contra ese tipo de defensiva, básicamente se acabaría con la estrategia. Estoy seguro de esto. En las raras veces en las que Williams tocó contra el shift, como se le conoce en inglés, bateó un hit casi siempre. Los números más actualizados indican que se fue de 16-13, un sabroso promedio de .813. Y recuerden que Williams no corría mucho.
El año pasado, según los números de Statcast™, los jugadores que tocaron contra la formación especial batearon para .568. El punto es simple: Los jugadores de Grandes Ligas podrían vencerla formación una y otra vez si así lo deseasen.
Pero no lo hacen porque el shift es más que una estrategia defensiva. Es un juego psicológico, y lo ha sido así desde los días de Ted Williams. Está diseñado para convencer a los bateadores de que realmente no tienen la opción de tocar ni mandar un rodado a la otra banda. Hacer eso, sugiere la estrategia defensiva, es hacerte daño a ti y tu equipo.
Y más allá de eso, aparentemente va contra alguna regla no escrita. Los Mellizos no son los únicos que están convencidos de que el trabajo de Sisco como bateador de Grandes Ligas es batear la bola directo a la formación defensiva que diseñaron para él cuando su equipo está abajo y sin esperanzas contra un pitcher poderoso.
Mi esperanza, en lo personal, es que más bateadores empiecen a tocar con éxito ante la formación en cada situación que se presente. Ese tipo de posicionamiento tuvo ya sus días. Es hora de que los bateadores contrataquen.