Seis jugadores con posibilidades de lograr un 30-30, algo poco visto hoy en día

2 de junio de 2018

Con el pasar de los años, los jugadores con temporadas de al menos 30 jonrones y 30 bases robadas se han vuelto cada vez menos frecuentes. De hecho, no vemos una campaña de esa índole en las Grandes Ligas desde el 2012, cuando lo lograron y un precoz novato de 20 años llamado , quien se convirtió en el jugador más joven en la historia en hacerlo.
Durante una era en la que se están dando más jonrones que nunca, las bases robadas básicamente se han evaporado del juego, y con ellas las campañas 30-30. Es difícil encontrar por estos días un jugador con 30 estafadas, así que imagínense a alguien que además pueda largar 30 jonrones.
Aquí pueden ver la cantidad de jugadores que se robaron 30 bases desde el 2013:
2013: 16 (el de más jonrones: Mike Trout, 27)
2014: 15 (el de más jonrones: Carlos Gómez, 23)
2015: 7 (el de más jonrones: A.J. Pollock, 20)
2016: 14 (el de más jonrones: Mike Trout, 29)
2017: 6 (el de más jonrones: José Altuve, 24)
Trout, como pueden ver, ha llegado cerca un par de veces, pero no lo ha conseguido. Lo que alguna vez fue una especie de hito sacrosanto en el béisbol, el 30-30 parece haberse perdido en el tiempo. Es más, ahora ni se habla de ello.
Bueno, les tengo buenas noticias: La temporada 30-30 está a punto de volver. Y los que encabezan el intento son un par de superestrellas.
Los mejores dos jugadores de esta temporada, según cualquier forma objetiva de medición, han sido Mike Trout y . ¿Y adivinen qué? Van bien encaminados a terminar con más de 30 bambinazos y 30 estafadas.
Trout, Angelinos:
Ya tiene 18 jonrones y 12 bases robadas, con dos tercios de campaña por jugar. Mucho se ha hablado de que Trout está corriendo más este año, y se ha robado cuatro bases en las últimas dos semanas. Y claro, todavía no lo han puesto out en intento de robo en el 2018.
Betts, Medias Rojas:
Betts, quien se encuentra en la lista de lesionados, está a un jonrón de Trout, pero le lleva una base estafada de ventaja. Eso probablemente le dé algo de ventaja en esta competencia, pues en estos días es mucho más fácil pegar un vuelacercas que robarse un cojín.
Es muy probable que uno de ellos, y posiblemente los dos, termine con la sequía de temporadas con 30 y 30. Son los mejores dos peloteros de las Grandes Ligas.

, Medias Blancas:
Un nombre que seguro no estaban esperando. Anderson batea apenas .249, pero tiene 11 jonrones y 12 bases robadas, lo que le da ritmo para finalizar con más de 30 en cada categoría. Está recibiendo más boletos con respecto al año pasado, pero la clave es que ha recibido la luz verde para correr en el 2018. En el 2017 intentó estafar 16 veces, y este año ya suma 13. De cualquier manera, si Anderson termina con una campaña 30-30 sería tremenda sorpresa.

A.J. Pollock, D-backs:
Pollock iba bien encaminado al segundo 30-30 de su carrera hasta que se fracturó un pulgar hace dos semanas. De cualquier manera, tiene 11 cuadrangulares y nueve robos, así que si puede regresar más temprano que tarde todavía tendrá una ligera posibilidad.

, Piratas:
El dominicano ha dejado su tormentosa temporada 2017 en el retrovisor, con siete jonrones, 10 bases robadas y el mejor slugging (.497) de su carrera. Necesitará aumentar sus bambinazos, pero es posible que esa ocurra con la llegada del verano.

Tommy Pham, Cardenales:
Pham está en medio de un bache, pero incluso así sigue siendo uno de los mejores jugadores de la Liga Nacional y tiene nueve jonrones y ocho bases robadas. Lo movieron al tercer puesto del lineup, lo que podría reducir sus oportunidades de correr, pero claramente está motivado para alcanzar ambas cifras.

Es más, amigos, todo este tema del 30-30 me ha emocionado: ¿Hay posibilidades de volver a ver un 40-40? No hay uno desde el dominicano Alfonso Soriano en el 2006, y en la historia sólo cuatro lo han logrado: Soriano, Alex Rodríguez en 1998, Barry Bonds en 1996 y José Canseco en 1988. Trout lleva paso en estos momentos para 53 cuadrangulares y 35 escamoteadas, y Betts para 50-38. Son números para ponerse a soñar. Son los números de jugadores que pueden hacerlo todo en un diamante.