Yermín premiado al fin por su persistencia

26 de mayo de 2021

El sueño beisbolero de Yermín Mercedes pudo haber terminado, como terminan muchos, bajo un sol caribeño, el día que fue cortado de la Liga de Verano Dominicana. Se pudo haber marchitado en algún desierto del Suroeste de los Estados Unidos, donde una liga independiente lo recibió cuando luchaba desesperadamente por volver al deporte. Cualquier brasa que quedara fácilmente se hubiese extinguido en alguna finca de liga menor.

En lugar de ello, el 2 de abril, en su primer juego como titular en Grandes Ligas, Mercedes se fue de 5-5 como bateador designado de los White Sox. Al día siguiente, el novato de 28 años conectó imparables en sus primeros tres turnos al bate. Ningún otro jugador de la Era Moderna (desde 1900) ha comenzado una temporada con hits en cada uno de sus primeros ocho turnos al bate.

El dominicano fue reconocido como Novato del Mes de la Liga Americana luego de tener línea de .415/.455/.659 con OPS de 1.113 y cinco jonrones en 22 partidos de abril. Y llegó al miércoles como líder del Joven Circuito con promedio de .344. 

Batear, batear y batear. Eso es lo que Mercedes sabe hacer y está consciente de ello, lo cual le ha dado la fuerza para rebasar obstáculos que parecían insuperables—algunos, aparentemente, de su propia creación. 

La batalla de Mercedes por llegar a las Mayores empezó en agosto del 2013, cuando fue dejado en libertad por el equipo de novatos de los Nacionales de la DSL como receptor de 20 años, pese a que bateaba .296 en 123 juegos a lo largo de tres temporadas. Johnny Dipuglia, el asistente de operaciones internacionales de Washington y quien firmó a Mercedes en el 2011, dio a entender en una entrevista con Ken Rosenthal de The Athletic que el comportamiento de Mercedes fue un factor en la decisión del equipo de dejarlo ir. 

“Tuvo algunos problemas con la disciplina aquí, no lo voy a negar”, Dipuglia le dijo a Rosenthal el mes pasado, agregando, “el que haya llegado a Grandes Ligas después de los problemas que tuvo me demuestra que tenía mucha más fortaleza mental de lo que yo pensaba”.

En efecto, Mercedes se hubiese podido dar por vencido tras ese fracaso. En lugar de ello, motivado por una enorme confianza en sus habilidades, en el 2014 Mercedes llevó su potente bate a la Liga Pecos, un circuito independiente donde él y otros jugadores dominicanos firmaron con los Douglas Diablos de Arizona. Cuando eso no funcionó, Darrell Carrillo, quien en aquel entonces dirigía a los White Sand Pupfish de Nuevo México, aceptó a Mercedes en su equipo. 

“Yo le pedí a él que me ayudara, que por favor me dejara en el equipo, que yo era un muchacho que iba detrás de un sueño”, cuenta Mercedes. “Yo no pertenecía a ninguna liga. Ésa era mi única oportunidad”. 

El hecho de que estuviera dispuesto a irse a una liga desconocida donde le costaba conseguir vivienda y cobraba poco dinero habla de su determinación. 

“Ganan como US$100 por la semana,” dice Carrillo. “Es una vida difícil. Allá todo es difícil. [Y los jugadores] se frustran y se quieren ir. Él pasó todo el verano con nosotros, terminó la temporada, una gran temporada. Simplemente tenía mucha confianza”.  

Aun después de su salida del sistema de los Nacionales, Mercedes no siempre apoyó su propia causa. Carrillo cuenta que, en una ocasión, botó por un momento a Mercedes de los Pupfish porque el receptor caminó para alcanzar un pasbol en lugar de correr. Desde su punto de vista, fue un momento clave para Mercedes. 

“Vino y habló conmigo. Llegamos a un acuerdo y jamás volvió a caminar así en el terreno. Siempre dio su mayor esfuerzo. No sé si eso lo ayudó o lo perjudicó. Creo que se sorprendió de que yo hiciera eso”, dice Carrillo. 

Mercedes recompensó a Carrillo y los Pupfish con números insólitos, aun tratándose de la Liga Pecos: Promedio de .417 con 15 cuadrangulares y 13 dobles en 37 partidos. Ese verano, también disputó seis encuentros por los San Angelo Colts de otra liga independiente, United League Baseball. En total, bateó .385/.424/.701 con 17 bambinazos por tres equipos independientes en el 2014. 

“En general, fue un gran muchacho”, dice Carrillo. “Jugó muy bien para nosotros, jugó donde quiera que se le pedía y su actitud después de que lo boté del equipo fue muy buena. Lo boté del equipo por un día. Nos sentamos y hablamos. Le dije, ‘Sabes qué, en el terreno no caminas. Corres y te esfuerzas. Si no puedes hacer eso, no vas a jugar para mí’. Nunca lo volvió a hacer y tuvimos una gran temporada. Y de repente está en Grandes Ligas”.

Hoy en día, cuando Carrillo ve a Mercedes por televisión, ve al mismo jugador que conoció hace siete años. 

“Saliendo (la bola) del bate, había un sonido de estallido”, agrega Carrillo. “Se notaba que le había dado con la mejor parte del bate posible. Yermín tenía mucha, mucha confianza en el terreno. Hacía las mismas cosas”. 

Luego de su gran actuación en los circuitos independientes, Mercedes firmó un contrato de liga menor con los Orioles en septiembre del 2014 y fue seleccionado por los Tigres del Licey de la liga invernal de la República Dominicana. Aun después de una campaña sólida en Clase A en el 2015, Mercedes no tenía puesto en el roster de los Tigres. Allí también, se abrió camino con su confianza y su bateo. 

“Él quería jugar”, comenta su ex manager con el Licey, el puertorriqueño Lino Rivera. “Me decía, ‘Ponme a jugar que no te voy a hacer quedar mal’. Eso era a diario”. 

Rivera quedó tan impresionando con el bateo de Mercedes y lo que llama su “swag” que abogó para que el receptor fuese incluido en el roster activo del Licey. 

“Me gustaba eso, y su bate”, dice Rivera. “Un bate agresivo. Un bate explosivo. Me llamó la atención eso y por eso me gustó él”.

El gerente general de Rivera, el dominicano Manny Acta, y el resto de la gerencia del Licey, tuvieron que ser convencidos de que Mercedes merecía tiempo de juego. Al final, el riesgo que tomó Rivera dio resultados, ya que Mercedes terminó bateando .357 con OPS de .844 en 18 compromisos por los Tigres durante la temporada del 2015-16. 

Para Mercedes, fue otro logro en su trayectoria. 

“Realmente no los hice quedar mal a ninguno de ellos”, dice Mercedes. “Ellos estaban muy contentos, muy alegres con el trabajo que yo había hecho. Y realmente me ayudó mucho. Me ha ayudado realmente. ¿Por qué? Porque allá es una liga que nosotros tenemos que te da confianza”. 

Sin embargo, Rivera reconoce que no estaba seguro si Mercedes llegaría a las Mayores, debido a su defensa detrás del plato que, salvo su gran brazo, es considerada por debajo del promedio. 

“El bate es más sobresaliente que su defensa”, dice Rivera. “El bate siempre ha sido bueno”.

Ciertamente, la falta de una posición defensiva y dudas sobre su dedicación pudieron haber confinado a Mercedes a ligas menores. El quisqueyano llevaba tres años en la finca de los Orioles cuando los Medias Blancas lo eligieron en la fase de liga menor de la Regla 5 en diciembre del 2017. Ahí, su bate nuevamente cambió el curso de su carrera: En el 2019, su más reciente campaña de liga menor, tuvo línea de .310/.386/.647 con 12 dobles, 17 cuadrangulares y 62 remolcadas en 53 partidos por Triple-A Charlotte.

El año pasado, luego de que la pandemia del COVID-19 le pusiera fin a una primavera fenomenal, Mercedes debutó con los Medias Blancas en agosto y tuvo un solo turno al bate. 

En lo que va de la campaña 2021, como BD de Chicago, Mercedes se ha tomado fotos con Albert Pujols y Mike Trout. Ha adquirido un gran apodo—The Yerminator—y hay una hamburguesa en Chicago que lleva su nombre. Como si fuera poco, es una pieza clave de un equipo de los Medias Blancas que llegó al miércoles como puntero de la División Central de la Liga Americana.

El destino también es parte de la historia de Mercedes. Al fin y al cabo, fue la lesión devastadora que sufrió su compatriota, el jardinero estelar Eloy Jiménez, lo que le abrió un puesto a Mercedes en el roster de Chicago para el Día Inaugural. Pero Mercedes está donde está ahora mismo porque confía en su habilidad para batear y porque salió a demostrarlo. 

“Siempre dicen que al que batea, le van a encontrar una posición”, señala Rivera. “Y ése es el caso de Yermín Mercedes”.