CINCINNATI – Willi Castro no tuvo tiempo de guardar la tarjeta laminada que le indica dónde posicionarse defensivamente para concretar una de las mejores jugadas del año para los Mellizos.

Aún sosteniendo el pedazo de papel en su mano derecha, el patrullero dominicano-boricua salió corriendo hacia lo más profundo del jardín central del Great American Ball Park y saltó para estirarse y robarle un cuadrangular de dos carreras al receptor de los Rojos, Tyler Stephenson, y preservar la eventual blanqueada de Minnesota por 7-0, que reduce a tres el número mágico de su equipo para asegurar la Central de la Liga Americana.

Puede que Castro quizás ni se haya dado cuenta del estilo con el que consiguió la atrapada. Aparentemente, sostener la tarjeta laminada es algo natural para él, pues seguía sujetándola cuando habló con la prensa después del partido.

“No sabía [que tenía la tarjeta en la mano]”, expresó Castro. “Pablo [López] fue quien me dijo, ‘Oye, tenías la tarjeta en la mano’ y luego recordé que la estaba viendo para ver dónde ubicarme. Pero lo hice tarde. De repente, vi el batazo y pude recorrer una buena ruta”.

Pero ésa no fue la única joya defensiva que aportó Castro el martes. Más temprano en el juego, también con Stephenson al bate, el patrullero evitó que los Rojos anotaran dos carreras con una atrapada de clavado en el bosque central.

Todo esto generó un gran sentido de gratitud por parte del abridor Kenta Maeda, quien completó cinco innings en blanco para los Mellizos, gracias en buena parte de la ayuda de Castro.

“Le quiero dar cuantos abrazos sean posibles”, expresó Maeda.