Franco, el “eterno” con swing inolvidable

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Mientras esperamos por la reanudación del béisbol, vale la pena recordar a jugadores especiales en la historia de dicho deporte y por qué fueron tan importantes.

Anteriormente:

Moisés Alou

Rubén Sierra

Carlos Delgado

Andrés Galarraga

Jugador: Julio César Franco

Carrera: FIL 1982, CLE 1983-88, TEX 1989-93, CHW 1994, CLE 1996-97, MIL 1997, TBR 1999, ATL 2001-05, NYM 2006-07, ATL 2007

Logros: Juego de Estrellas (1989-91); Bate de Plata (1989-91, 1994)

Lo primero que piensas cuando escuchas el nombre del dominicano será “el hombre que jugó en las Grandes Ligas hasta casi los 50 años” y eso sería una respuesta justa. Sin embargo, Franco fue mucho más que eso. Hablaremos del muy, muy veterano Franco más adelante. Pero el quisqueyano, como todos, también fue joven.

Cuando Franco por fin se retiró en el 2007, mucho se habló de su debut en 1982, cuando bateó de 4-1 contra Bob Forsch y unos Cardenales que resultaron ganando la Serie Mundial de dicho año. Ya tenía 24 años cuando finalmente ascendió a las Mayores. Franco debutó como profesional en 1978 con los Copper Kings de Butte en la Liga Pionera. Desde un principio, tuvo el curioso cuadre para batear, que de alguna manera parecía que por detrás de la cabeza apuntaba el bate hacia el lanzador. Sobre todo, era como un cable eléctrico con bastante corriente. Desde el comienzo, era completamente cautivador verlo jugar.

Franco también era excelente con el madero desde el principio, un bateador de .300 durante su tiempo en Ligas Menores, pero su defensa necesitaba bastante trabajo, especialmente como torpedero. Franco disputó 16 partidos con los Filis en 1982, pero Filadelfia, que venía de conquistar la Serie Mundial en 1980, quería reforzar su alineación con Von Hayes de los Indios. Por eso enviaron a Franco (junto a otros cuatro jugadores, incluyendo al venezolano Manny “El Indio” Trillo y George Vukovich) a la Tribu a cambio de Hayes.

Franco se convirtió en el campocorto titular de Cleveland, y aunque tuvo un buen desempeño con el madero (lo suficiente para terminar de segundo en las votaciones para el premio al Novato del Año de la Liga Americana en 1983, por debajo de Ron Kittle), nunca pudo afianzarse. Fue lo suficientemente bueno para continuar en las paradas cortas, pero no lo suficiente para completamente opacar una defensa que seguía empeorando. (Al final, los Indios le dieron tiempo de juego entre la intermedia y el campo corto, sin buenos resultados).

Para 1987, el bate de Franco había alcanzado otro nivel. Tuvo promedio de .319 y se convirtió en uno de los favoritos entre la afición de la Tribu, que gritaba “Juliooooooooo” cada vez que entraba a la caja de bateo. También tenía un poco más de disciplina en el plato de lo que insinuaba su cuadre. En 1990, tuvo apenas un ponche más (83) que pasaportes negociados (82). Eso ocurrió después de que Cleveland, que comenzaba a preocuparse por la edad de Franco (tenía 29 años), lo envió a los Rangers a cambio de Oddibe McDowell y otros dos jugadores. A los 30 años, Franco se convirtió en su mejor versión como bateador, participando en tres Juegos de Estrellas consecutivos de 1989 a 1991.

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Franco fue reconocido como el JMV del Clásico de Media Temporada en 1990, cuando empujó las únicas dos carreras del partido, y su mejor campaña llegó en 1991, cuando encabezó la Gran Carpa con promedio de .341.

Luego, la carrera de Franco dio un giro que hubiera hundido a alguien con menos valentía. Una lesión en una rodilla lo limitó a 35 juegos y prácticamente le dio fin a su carrera como infielder. Fue obligado a convertirse en un bateador designado de tiempo completo en 1993, y pegó apenas 14 cuadrangulares en 144 compromisos con promedio de .289 -- algo que no está a la altura de un BD titular.

Franco firmó con los Medias Blancas para la temporada de 1994 y tuvo uno de los mejores años de su carrera a los 35 años, con promedio de .319, 20 jonrones y 98 remolcadas en un club que estuvo en el primer lugar cuando llegó la huelga. Terminó de octavo en las votaciones para JMV del Joven Circuito.

Frustrado por la huelga -- especialmente con la posibilidad de que la campaña de 1995 también se retrasara -- Franco firmó con Chiba Lotte Marines de la Liga del Pacífico en Japón y bateó .305, también llevándose el equivalente al Guante de Oro como inicialista. Ahora tenía 37 años, pero ansioso por volver a la Gran Carpa, firmó con los Indios otra vez y tuvo promedio de .322 con porcentaje de embasarse de .407 en 1996 en un equipo de Cleveland que conquistó la División Central de la Liga Americana y le permitió participar en los primeros partidos de postemporada de su carrera.

Los números de Franco descendieron en 1997. Los Indios volvieron a preocuparse por la edad del dominicano y le dieron de baja en agosto. Los Cerveceros lo firmaron para 42 encuentros en los que no sobresalió y luego también lo dejaron libre.

A estas alturas, Franco tenía 38 años, sólo podía jugar como inicialista o BD y no tenía tanto trueno. Eso normalmente es una señal de que una carrera ya ha llegado a su final, lo que algunos pensaron que era el caso con Franco. De 1998 al 2001, Franco agotó un solo turno en las Grandes Ligas (en 1999 con los Rays y se ponchó), pero siguió demostrando sus capacidades por todo el mundo, otra vez en Japón, después México, Corea del Sur y otra vez México (ni hablar de sus 14 temporadas en la Liga Dominicana con las Estrellas Orientales entre 1979-80 y el 2004-05). El éxito que aún tenía contra lanzadores zurdos llamó la atención de los Bravos, que casi de manera impulsiva, le otorgaron un contrato en septiembre del 2001 a los 42 años. Franco bateó .300 en 25 partidos con Atlanta y luego sacudió dos bambinazos en la postemporada de dicho año, lo que motivó al club a firmarlo por otro año.

Y los contratos de un año siguieron llegando. El quisqueyano bateó .284 en 125 compromisos a los 43 años, .294 en 103 juegos a los 44 años, .309 en 125 partidos a los 45 años y .274 en 108 encuentros a los 46 años. Después de participar en apenas una postemporada antes de los 41 años, Franco había jugado en octubre del 2001 al 2006. Su nivel fue tan excelente con los Bravos en el 2005 que el equipo le otorgó un contrato de dos años antes de la temporada del 2006, aunque cumpliría 49 años cuando se venciera el acuerdo.

En ese momento, el ritmo de Franco se detuvo un poco, y después de disputar 135 partidos con los Mets del 2006 al 2007, Nueva York le dio de baja en julio del 2007. Los Bravos lo adquirieron, posiblemente por motivos de nostalgia, y luego su carrera en MLB concluyó cuando el quisqueyano un imparable en su último turno.

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Aunque fue el final del camino para Franco en las Grandes Ligas, eso no significaba que su carrera en el béisbol había concluido. Brevemente vio acción en la Liga Mexicana de Béisbol con los Tigres de Quintana Roo en el 2008, antes de retirarse y convertirse en manager de una de las sucursales de liga menor de los Mets. Fue dirigente campeón en la LVBP con los Caribes de Anzoátegui en el 2010-11 y dirigió los Pericos de Puebla en la Liga Mexicana de Béisbol en el 2012. Pero no pudo resistir volver a jugar.

En el 2014, a los 55 años, Franco agotó 30 turnos en siete partidos con los Gatos de Fort Worth de la United Baseball League. En el 2015, a los 57 años, fue jugador/manager con un club de una liga independiente en Japón, bateando .333.

Debido a la pandemia del coronavirus, son pocos los que juegan béisbol ahora mismo. Pero Franco es uno de ellos. Esto se debe a que es el coach de Lotte Giants en la liga surcoreana. No ha disputado partido alguno. Pero el swing sigue siendo el mismo. Siempre será el mismo.

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