Yorvis contento en Rockies, el equipo de su papá

DENVER -- Yorvis Torrealba, el hijo del ex receptor venezolano de los Rockies, Yorvit Torrealba, escuchó sonar su teléfono la tarde del miércoles. El muchacho, que tenía el día libre durante el torneo de béisbol de la División II de la NCAA en el que participan sus Espartanos de la Universidad de Tampa, agarró el aparato para ver quién estaba llamando.

Era su papá.

“Mantén el teléfono prendido”, le dijo el padre al hijo. “Los Rockies te van a agarrar en el Draft”.

Fue un momento surrealista para Yorvis. Cuando era un niño, se la pasaba corriendo por el clubhouse del Coors Field mientras Yorvit jugaba allí entre el 2006 y el 2009. Era común verlo poniéndose la careta de receptor de su padre, que le quedaba gigante, y chocando las manos con estrellas como Troy Tulowitzki, Matt Holliday y el venezolano Carlos González.

Pocos momentos después, la noticia se volvió oficial: Yorvis era miembro de la organización de los Rockies luego de que éstos eligieran al jardinero de 21 años en la 20ma ronda.

“Yo crecí en el Coors Field”, dijo Yorvis. “Fue increíble escuchar cuando mencionaron mi nombre”.

Durante los dos días anteriores, Yorvit había estado recibiendo llamadas de distintos equipos interesados en su hijo, que acaba de ser nombrado Jugador del Año de la “Sunshine State Conference”. Pero hubo una llamada que lo emocionó más que las demás.

“Recibí una llamada de los Rockies”, recordó el padre. “Me dijeron, ‘Mira, sólo para dejarte saber, vamos a elegir a tu hijo en la ronda 20’. Y ahí mismo empecé a llorar”.

Fue un momento que los Torrealba nunca van a olvidar. Es la culminación de un largo proceso que comenzó en clubhouses de equipos de Grandes Ligas en San Francisco y Colorado, y que continuó mientras Yorvis iba al colegio en Venezuela antes de mudarse a la Florida.

Hay otro recuerdo que padre e hijo no pueden olvidar. Algo espantoso, el producto de un episodio que le dio a Yorvis una perspectiva totalmente nueva de la vida cuando apenas tenía 11 años.

Yorvis fue secuestrado a punta de pistola en Venezuela junto a dos de sus tíos mientras éstos lo llevaban a la escuela una mañana del 2008. Los secuestradores pedían medio millón de dólares, a sabiendas de quién era el padre del niño.

“Yo cerraba los ojos y lo único que podía ver era a mi hijo tirado muerto en alguna parte”, revivió Yorvit.

El padre inmediatamente se montó en un avión hacia Venezuela y trabajó junto a la policía mientras mantenía su presencia en el país suramericano en secreto para los secuestradores, que sin duda hubiesen subido sus exigencias si hubieran sabido que el receptor ligamayorista estaba en el país.

Mientras tanto, Yorvis permanecía sentado con sus tíos, que trataban de mantenerlo lo más calmado posible frente a los secuestradores.

“Yo los oía hablando con mi mamá, diciéndole que tenían a su hijo”, recordó Yorvis. “Yo estaba en pánico, llorando todo el tiempo. No sabía si iba a volver a ver a mi mamá y a mi familia.

“Es imposible poner en palabras lo que uno siente en un momento como ése, sin saber si vas a salir vivo”, siguió el hijo.

Yorvit y la policía acordaron enviar el dinero al lugar que señalaron los secuestradores en una zona rural de Venezuela. Otros de los delincuentes tenían a Yorvis en un sitio distinto. En lo que al parecer fue un problema de comunicación entre los secuestradores, Yorvis fue libertado antes de que se entregara el dinero.

De vuelta junto a su familia, Yorvis dejaría Venezuela. Sus padres lo mudaron a la Florida, donde siguió su vida y se convirtió en un prospecto del béisbol.

Varios años después, tras el retiro de su padre como jugador profesional, Yorvis regresó a Colorado para estudiar en la Universidad Colorado Christian. A finales de septiembre del 2015, regresó otra vez al Coors Field para ver un juego de los Rockies contra los Padres por invitación de González y el dominicano Wilín Rosario.

“Jamás pensé en ese momento que un día iba a ser parte de la organización de los Rockies”, dijo Yorvis. “Los Rockies eran mi equipo favorito cuando niño, pero jamás pensé que esto se volvería realidad”.

Ahora es una realidad. Y después de todo lo que han pasado Yorvis Torrealba y su familia, qué tremenda semana fue ésta.

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