El ver al venezolano José Altuve y al puertorriqueño Carlos Correa volando por todo el terreno, contentos, en salud, bateando líneas y contribuyendo al gran momento de los Astros -- para muchos el mejor equipo de Grandes Ligas en lo que va de la temporada -- es también una muestra de lo difícil que fue para ambos el 2018.

“Lo veo más en sus acciones”, señaló el dirigente del conjunto de Houston, AJ Hinch. “Estos muchachos juegan con una gran alegría. Tienen gran ánimo. Saltan de lado a lado. Es divertido tener esa energía y desempeño en el medio del cuadro interior”.

Una de las cosas más impresionantes sobre los Astros del 2018 es que consiguieron 103 victorias pese a una reducida producción de dos de sus estrellas. Altuve jugó pese a una fractura en la rótula derecha que requirió de una cirugía y semanas de intensa rehabilitación. La espalda le dio tantas molestias a Correa que su swing y su capacidad de generar contacto fuerte se vieron bastante afectados.

Altuve estuvo fuera de acción durante 25 partidos y Correa 52. Altuve tuvo tanto dolor que en ocasiones tenía que detenerse en el terreno y tomar un momento para reponerse antes de seguir batallando. Jugó con el dolor principalmente porque los Astros pensaban que un Altuve a un 60% o 70% sería mejor que cualquier otro jugador.

En el 2018, el intermedista conectó el 33.8% de las bolas bateadas a una velocidad de 95 millas por hora o más, según Statcast. Esta campaña, esa cifra ha aumentado a 49.1%. Las 26 pelotas bateadas al menos a 95 millas por hora están entre las cinco mayores cantidades en las Grandes Ligas.

“Nadie sabe por lo que pasaba tras bastidores”, expresó el abridor Justin Verlander. “Es una gran muestra de su carácter y la clase de persona que es”.

El contacto fuerte de Correa también ha aumentado, del 33.4% en el 2018 al 45.5% en esta campaña.

Las dolencias de Altuve y Correa fueron los mayores motivos por los que los Astros pasaron de anotar 5.5 carreras por juego durante la campaña en que conquistaron la Serie Mundial en el 2017 a 4.9 durante la temporada regular del 2018.

Este dúo también es el motivo por el que los Astros (foja de 12-5) están encendidos y llevan 10 victorias consecutivas. El equipo de Houston ha anotado más de seis carreras por encuentro durante la racha.

Altuve ocupa el séptimo lugar en la Liga Americana con OPS de 1.050. El de Correa está en .837.

“Me siento muy bien de volver a la normalidad”, explicó Correa. “Para mí, el año pasado fue muy decepcionante porque no podía hacer lo que era capaz de hacer. En estos momentos, me siento otra vez como Carlos Correa”.

El desempeño de Altuve en sus últimos siete partidos ha sido impresionante, un total de seis cuadrangulares, incluyendo un trecho de cinco juegos con al menos uno. Su racha de vuelacercas fue frenada por los Marineros el domingo. La semana pasada, encabezó el Joven Circuito en bambinazos y total de bases alcanzadas (28), fue tercero en OPS (1.527) y segundo en remolcadas (10).

Altuve se operó poco después de que los Astros fueron eliminados de la postemporada el año pasado y llegó a los Entrenamientos de Primavera agradecido de tener una completa recuperación.

“Estoy muy contento de poder jugar sin ningún dolor como antes”, dijo Altuve la semana pasada, agregando lo siguiente: “No me gusta hablar de eso. Ya está en el pasado”.

El segunda base pasó todos los elogios a sus compañeros, indicando que batear en una alineación tan profunda como la de Houston ha sido clave en su éxito y que observar el desempeño de figuras como George Springer lo ha impulsado a otro nivel.

Altuve encabezó la Liga Americana en hits en cuatro temporadas seguidas antes del 2018 y tiene tres títulos de bateo junto a seis convocatorias al Juego de Estrellas. Incluso en esas campañas, nunca tuvo el trueno que ha demostrado al comienzo de este año.

“Trabaja fuerte y es duro consigo mismo cuando no da la cara por el equipo”, manifestó Hinch. “Lo he dicho varias veces: Él es el jugador perfecto. Está enfocado en hacer todo lo correcto. Por eso lo han reconocido como Jugador Más Valioso”.