Análisis de maniobras: Moustakas, Aguilar y Villar

3 de diciembre de 2019

La jornada del lunes--además de que conocimos que jugadores se sumaron al mercado de agentes libres tras no recibir contratos, como el venezolano Yolmer Sánchez de los White Sox, el dominicano Maikel Franco y el venezolano César Hernández de los Filis y el dominicano Domingo Santana de los Marineros--estuvo marcada por el pacto de Mike Moustakas con los Rojos y la llegada a los Marlins del dominicano Jonathan Villar (vía cambio) y del venezolano Jesús Aguilar (vía waivers).

A continuación, un análisis de esas tres últimas transacciones:

Marlins obtienen al 2B Jonathan Villar en cambio y reclaman al 1B Jesús Aguilar en waivers

Orioles reciben al prospecto Easton Lucas por Villar

Empecemos con Villar, porque su camino a Miami fue bien sorpresivo. Pasó de Houston a Milwaukee a Baltimore, intercalando buenas temporadas (62 bases robadas y 117 OPS+ en el 2016, 40 bases robadas y 109 OPS+ en el 2019) con dos años decepcionantes del 2017 al 2018, en los que bateó apenas .251/.310/.379 (83 OPS+). Hay señales de que su producción estuvo por encima de la calidad de sus batazos, según Statcast, en el 2019, pero en cualquier caso 40 bases robadas y 24 jonrones para un jugador del medio del cuadro eran razones para que los Orioles le ofrecieran contrato. Es una buena pieza con un precio razonable, incluso para alguien que, sorpresivamente, podría jugar en la tercera base y en los jardines para Miami.

La cosa es un poco distinta con Aguilar, quien explotó en el 2017-2018 con 51 jonrones y 127 de OPS+ como compañero de Villar en Milwaukee, antes de venirse abajo en el 2019. Aguilar se ponchó menos (22%, comparado con 30% y 25% en 2017 y 2018, respectivamente), pero también disminuyeron sus batazos fuertes (de 43% a 38%) y aumentaron sus rodados (35% a 42%). En total, conectó apenas 12 jonrones con 87 de OPS+ este año por los Cerveceros y Rays, que lo designaron para asignación la semana pasada. Los Marlins, por cierto, ya tenían al bateador derecho Garrett Cooper en sus filas, alguien que viene de dejar un sólido 110 de OPS+.

Tanto Villar como Aguilar representan un riesgo: Que no recibas la versión “buena” de ellos. Pero ninguno costó tanto en dólares ni prospectos, y se trata de dos jugadores de cierta capacidad. Los Marlins, que perdieron 105 juegos este año, no tuvieron muchos jugadores así, con sólo Cooper y Brian Anderson dejando números ofensivos por encima del promedio. Ni Villar, ni Aguilar le van a dar solos la vuelta a este equipo. Pero si son mejores que el dominicano Starlin Castro y Neil Walker, será suficiente.

El 2B/3B Mike Moustakas firma con los Rojos, aseguran fuentes

Cuatro años, US$64 millones

“Tendremos una nómina más grande”, dijo Dick Williams, el presidente de operaciones de béisbol de los Rojos, en octubre. “Tendremos dinero para gastar. Será un buen aumento”.

Consideren la firma de Moustakas como un gran inicio de eso. El año pasado, y después de cuatro temporadas corridas con 94 derrotas o más, los Rojos trataron de dar un giro sumando al cubano Yasiel Puig, Matt Kemp, Alex Wood, Kyle Farmer, Tanner Roark, Sonny Gray, Derek Dietrich, Zach Duke y el cubano José Iglesias, antes de agregar durante la temporada a Trevor Bauer y al venezolano Freddy Galvis. Fue divertido y admirable, pero eso no iba a ser suficiente. Y no lo fue. Con foja de 75-87, los Rojos terminaron cuartos en su división, y además perdieron a varias piezas de su finca para ello.

Sorpresivamente, no fue el pitcheo lo que les falló, pues el dominicano Luis Castillo y Gray lideraron un efectivo cuerpo monticular. Fueron los bates. Los Rojos anotaron la sexta menor cantidad de carreras en las Grandes Ligas y, junto a los Tigres, fueron los únicos equipos con un solo bateador por encima del promedio con al menos 400 visitas al plato (el venezolano Eugenio Suárez).

Ahora hay que sumar a Moustakas, quien de acuerdo con Mark Sheldon de MLB.com consiguió finalmente el contrato a largo plazo que buscó por tanto tiempo tras firmar dos pactos de un año, uno detrás del otro. A pesar de disparar 35 jonrones, Moustakas fue básicamente el mismo bateador bueno pero no grandioso que ha sido ya por varios años.

Quizás sea una buena señal sobre el rumbo que va a tomar la agencia libre este invierno, pero es un gran salto de pasar de un año a cuatro campañas garantizadas sin mayor diferencia en producción.

Además, Moustakas no va ni siquiera a jugar en la tercera base, la posición donde ha pasado el 96% de su carrera. Bloqueado por Suárez en la antesala, Moustakas va a jugar en la intermedia, donde hizo un aceptable trabajo en 47 juegos por Milwaukee en el 2019, pero también una posición en la que inició un solo partido después del 27 junio debido al ascenso de Keston Hiura.

Es bueno que Moustakas haya amarrado el contrato multianual que se había ganado en el pasado, y no hay dudas de que Cincinnati necesitaba ser agresivo para incorporar un bate. Pero es un poco sorpresivo verlo conseguir cuatro años, especialmente porque su posición principal no está abierta. Sin embargo, si eso era lo que necesitaban hacer los Rojos para firmarlo, pues es mejor que quedarse sin él.