Anillo de SM vuelve a esquivar a Baker

3 de noviembre de 2021

HOUSTON -- Tras mordisquear miles de palillos de dientes, Dusty Baker necesitará más para calmar su ansiedad... y para seguir buscando un título.

El tiempo apremia para uno de los manager más queridos, el máximo ganador de juegos sin un campeonato de Serie Mundial.

Diecinueve años después de quedarse a una victoria con San Francisco, Baker se ubicó esta vez más lejos, a dos triunfos con Houston. Los Astros fueron blanqueados 7-0 el martes por la noche ante los Bravos de Atlanta, el equipo con el que debutó como jugador en 1968.

"Honestamente, esta (derrota) no duele de la misma manera que la primera porque yo creía que esa primera la teníamos en el bolsillo", dijo.

Ahora con 72 años, al final de su 24ta temporada como manager de las Grandes Ligas, después de 19 como jardinero y cuatro como coach, Johnnie B. Baker Jr. ha participado en cerca de 6.550 juegos de las mayores. Pasó gran parte del encuentro del martes yendo de un lado a otro desde el dugout al montículo, con los hombros ligeramente encorvados.

"La primera vez que llegué, era más como un tío y después me convertí más en un padre", dijo. "Así que estoy entre un padre, o tal vez un abuelo. Probablemente sea más genial para ser un abuelo en este momento".

Baker era un abuelo decepcionado.

Meneó la cabeza, cerro el puño y murmuró algo después de que el cubano Jorge Soler mandó una recta cortada del venezolano Luis García por todo el jardín izquierdo y por encima de las vías del tren, en un jonrón de tres carreras, para que los Bravos tomaran ventaja de 3-0 en la tercera entrada.

"Me siento mal porque no tengo ganas de irme a casa", explicó Baker después. "No he estado en mi casa desde febrero. Soy alguien que quiere a estos jugadores y me gusta lo que hago".

Baker pertenece a la vieja guardia, antes de los bateadores designados, los esteroides, los desplazamientos controlados por computadora y los cambios perpetuos de lanzadores.

Es el rey del dugout y probablemente el único manager de las Grandes Ligas que compartió un porro con Jimi Hendrix, en 1968.

Baker se hizo cargo de los Astros en enero de 2020, después de su paso como manager de San Francisco, los Cachorros de Chicago, Cincinnati y Washington. Su primera misión con Houston fue guiar y proteger a los peloteros después del escándalo del robo de señales.

Su contrato terminó y su futuro es incierto, casi como el del campocorto puertorriqueño Carlos Correa, quien será agente libre, amenazada por un posible paro laboral.

"Aún tengo tareas pendientes", apuntó.