TORONTO -- El béisbol no le dará a los Azulejos una oportunidad de que se levanten del suelo. Repentinamente, hasta ásperamente, la temporada muerta de MLB está a punto de comenzar.
Incluso cuando el panorama sigue opaco en estos últimos días, cuando todavía es difícil dejar atrás la dolorosa derrota contra los Dodgers en el Juego 7, hay motivos para pensar que esta temporada de ensueño es apenas el inicio. Es posible que este mismo equipo no sea el que vuelva a estas alturas, pero esta organización puede lograrlo.
La gerencia del club canadiense ya está reivindicada. Los fracasos en el pasado viven en una mejor luz ahora que el equipo ha establecido una clara identidad y cultura, dos palabras que varias organizaciones tienen problemas para definir y mucho menos conseguir. Ahora sabemos cómo luce el “béisbol de los Azulejos”. Está armado en persistentes turnos; la “mentalidad en equipo” de la ofensiva que es necesaria en la postemporada, y el suficiente poder para que surja la grandeza. Está armado en defensa élite y la idea de que el pitcheo abridor al estilo de la vieja escuela todavía es importante.
Funcionó. Ha tomado tiempo, y Toronto todavía quedó dolorosamente corto contra los Dodgers, pero finalmente encontraron su fórmula.
“Hemos fijado una nueva expectativa y un nuevo modelo aquí”, señaló el piloto John Schneider, “y conseguimos todo eso con bastante trabajo fuerte, con bastante cohesión”.
Ahora los Azulejos necesitan regresar a esas alturas. Nada menos que un título será aceptable ahora. Han terminado en Toronto los días de estar satisfechos solo con una invitación al baile, como era el caso por tanto tiempo. El Comodín tampoco es importante ahora. Se trata del Este de la Liga Americana.
Lo que trabaja a favor de los Azulejos ahora son tres elementos cruciales, comenzando desde el presupuesto. El grupo de dueños de Rogers, encabezado por el director Edward Rogers, ha demostrado no solo estar dispuesto a invertir, sino ansioso por hacerlo. Un recorrido hacia la Serie Mundial con una teleaudiencia jamás vista aparte del Super Bowl o el hockey sobre hielo olímpico obviamente genera dinero. Los Azulejos podrán invertir como los demás equipos de grandes mercados. Ahora se sientan en esa mesa.
Esta organización discretamente también ha hecho del desarrollo de jugadores otra vez un punto fuerte, con Trey Yesavage como el nuevo ejemplo tras su brillante campaña 2025. Sobre todo, ahora cuentan con una superestrella capaz de atraer talento. El dominicano Vladimir Guerrero Jr. tuvo una postemporada para la historia. Por años su gran nivel era apenas una idea, pero ahora es una realidad. Aunque no es como LeBron James atrayendo veteranos para conseguir títulos -- así no funciona el béisbol -- los Azulejos ahora tienen un punto que llama la atención, y ahora tienen los buenos momentos para demostrarlo.
“Vladimir llevó su juego a otro nivel”, declaró Schneider. “Pienso que para los jugadores que están aquí y los que seguirán aquí en un futuro, el saber que tenemos otros 14 años de Vladimir Guerrero Jr. jugando un béisbol completo, es maravilloso saber como equipo y como afición”.
Sin embargo, hay cambios a la vista.
Bo Bichette, Chris Bassitt, Max Scherzer, Shane Bieber y el quisqueyano Seranthony Domínguez son agentes libres. El próximo año lo serán Kevin Gausman, Daulton Varsho y George Springer. El conjunto de Toronto tendrá bastante dinero este invierno, pero deberá invertirlo bien y de manera agresiva.
Bichette, tras su cuadrangular de tres carreras contra Shohei Ohtani en el Juego 7 -- que hubiera sido recordado como uno de los mejores momentos de Serie Mundial para los Azulejos -- dominará los titulares todo el invierno, y Bichette sigue diciendo que quiere quedarse en Toronto.
“Creo que la idea es que este es un lugar especial para jugar”, señaló el presidente y jefe ejecutivo Mark Shapiro. “Estamos pensando de cada manera posible para que sea algo especial para nuestros jugadores, pero también están los fanáticos y el apoyo aquí, el hecho que nos respaldan en la ruta. Bo, quien ha estado aquí toda su carrera, valora todo eso”.
Otros, como Bassitt, han expresado su deseo de quedarse y una conexión con este equipo. El interés podría ser mutuo.
Pero recuerden a esos Azulejos de 1993. Luego de conquistar la Serie Mundial, Pat Gillick reconfiguró casi todo su roster de 40 jugadores, agregando a Paul Molitor y Dave Stewart, luego a Rickey Henderson y el dominicano Tony Fernández por medio de canjes a mediados de la campaña. También renovó con Joe Carter, quien casi firma con los Reales.
Es posible que lleguen ajustes impactantes. También una nueva temporada, más rápido que en los últimos 32 años.
“Lo hermoso del béisbol es que no se detiene”, agregó Schneider. “Estaremos en los Entrenamientos de Primavera en febrero”.