Cody Bellinger está haciendo de todo en este 2019. Está bateando como loco en una temporada digna de Jugador Más Valioso y es el mayor productor con el maderro de unos punteros Dodgers que casi con seguridad ganarán el Oeste de la Liga Nacional por séptimo año consecutivo. Verlo jugar es un placer.

Sin embargo, el béisbol siempre encuentra la manera de recordarnos que nadie es perfecto. A Babe Ruth lo atraparon robando para ponerle fin a una Serie Mundial. Tommy John una vez cometió tres errores en la misma jugada. Todos nos equivocamos.

Bellinger descubrió eso en la parte baja del cuarto inning del juego del martes contra los Azulejos. Limpió las bases con un swing para convertir lo que era una ventaja de 5-2 en una más cómoda de 8-2 (sumando así su empujada 100 del 2019), pensando todo el tiempo en llegar a la tercera base.

Quizás era un movimiento arriesgado para un hombre con sólo dos triples en la temporada, porque los Dioses del Béisbol lo castigaron a su llegada a tercera almohadilla… y Bellinger perdió la correa y los pantalones.

Desafortunado. Divertido, ¡sin dudas! Pero desafortunado. Nadie quiere que se le bajen los pantalones en el medio del diamante.

Por supuesto, traer tres carreras en medio de un episodio así cae de maravilla para evitar sentirse avergonzado. Y Bellinger lo que hizo fue reírse.

Si algo así le pasa a la mayoría, sin dudas no sería un momento agradable. Pero incluso cuando a Bellinger le pasan cosas malas, es en el medio de algo grandioso. Así de tremenda ha sido la temporada para la joven estrella de los Dodgers.