Canadiense al Salón, con matiz latino

6 de septiembre de 2021

COOPERSTOWN, Nueva York -- Larry Walker es bien conocido por sus hazañas al bate con los Rockies de Colorado, donde conectó 258 de su total de 383 jonrones en una carrera de 17 años en Grandes Ligas que le ameritó ser elegido al Salón de la Fama en su décimo y último año en la boleta en el 2019-20, cuando fue favorecido por 304 de los 397 votantes (76.6%).

Sin embargo, muchos recuerdan cómo el toletero canadiense fue pieza clave de una de las épocas más especiales del béisbol de su país, cuando no sólo los Azulejos de Toronto ganaron sus únicos dos títulos de Serie Mundial (1992-93), sino también los Expos de Montreal -- con mucho liderazgo latinoamericano -- fueron uno de los mejores equipos de las Mayores.

Estamos hablando del período de 1992 a 1994. Y específicamente, nos referimos a lo hecho por los Expos desde el 22 de mayo de aquel 1992 hasta que el paro laboral del 11 de agosto de 1994 le puso fin a la temporada de Grandes Ligas. En ese trecho, comenzando con el nombramiento de Felipe Rojas Alou como el primer dirigente dominicano de las Mayores, los Expos tuvieron marca de 238-163, incluyendo 74-40 en 1994, el mejor récord de MLB.

En aquella edición de Montreal de 1994, otro miembro del Salón de la Fama, el quisqueyano Pedro Martínez, tuvo bajo Rojas Alou su primera oportunidad de abrir juegos cada cinco días, tras su cambio desde los Dodgers. Eso, definitivamente, lo puso en camino a Cooperstown, donde fue exaltado en el 2015. Además de Martínez, el hijo de Rojas Alou, el jardinero Moisés Alou, y el sobrino del capataz, el relevista Melquíades Rojas, cumplieron papeles claves, además del torpedero puertorriqueño Wilfredo Cordero.

“Éramos bastante buenos hasta que llegó la huelga”, dijo Walker en enero del 2020, cuando se enteró de que había sido elegido al Salón. “Y Felipe Alou fue tremendo dirigente. Tenía grandes habilidades de comunicación y era fácil acercarse a él”.

Walker, tal como Derek Jeter y Ted Simmons, además de la familia del fenecido Marvin Miller, tuvieron que esperar más de un año para ser exaltados y tener su placa en Cooperstown, debido a la pandemia de COVID-19. Eso ocurrirá este miércoles en el pequeño pueblo del estado de Nueva York.

Los Expos, como todos recordarán, jamás se recuperaron de la campaña detenida de 1994.

Al año siguiente, vía la agencia libre o cambios necesarios para reducir nómina, se fueron de Montreal Walker, Marquis Grissom, Ken Hill y John Wetteland.

Los Expos de Rojas Alou jamás clasificarían para los playoffs y en el 2005, la franquicia se trasladó a Washington para convertirse en los Nacionales.

“Los años con los Expos son donde básicamente aprendí todo”, dijo Walker, quien tras la campaña de 1994 firmó como agente libre con los Rockies. “Me dieron la oportunidad de aprender el juego. Sin los Expos de Montreal, es posible que no estuviésemos teniendo esta conversación, porque el béisbol es algo que yo tal vez no hubiera hecho”.

DE CANADÁ A GRANDES LIGAS -- ¿VÍA HERMOSILLO?
Criándose en la provincia de British Columbia, en el extremo oeste de Canadá, Walker jugaba hockey sobre hielo y ése era el enfoque de sus inquietudes deportivas. Sin embargo, como portero, su posición de siempre, no dio la talla.

Aunque su talento beisbolero fue descubierto por el departamento de scouts de los Expos a mediados de los años 80, Walker no había tenido la experiencia juvenil como pelotero como la de prospectos de otros países. Sus habilidades se veían bien crudas, pero poco a poco, sus destrezas al bate y en los jardines empezaron a verse.

Para el invierno de 1987-88, los Expos lo enviaron a Hermosillo, Sonora, México para que jugara con los Naranjeros. Allí, Walker se lesionó de manera seria de una rodilla al momento de anotar una carrera, lo cual terminó con su temporada en la Liga del Pacífico e incluso la de 1988 en liga menor. Pero, como todos sabemos, al final se recuperó, hasta el punto de debutar en las Mayores con Montreal en 1989.

“Yo sabía que no era muy adepto a la hora de batear frente a pitcheos en cambio”, dijo Walker sobre sus metas durante su estadía en México, donde tuvo promedio de .237 en 53 partidos. “Entonces, eso fue bastante beneficioso”.

Más adelante, por supuesto, Walker jugaría con el exjugador y manager de los Naranjeros, el mexicano Vinicio Castillo, en los Rockies con los famosos “Bombarderos de la Calle Blake”.

CONCURRENCIA CANADIENSE A LA ESPERA
Tal como ocurrió en el 2015 con la fanaticada de los Expos en la exaltación de Martínez, se espera una fuerte concurrencia de fanáticos canadienses en Cooperstown el miércoles para no sólo para apoyar a un exjugador de Montreal, sino también para festejar la inclusión en el museo del segundo canadiense, después del exlanzador Ferguson Jenkins.

“Obviamente, lo de Canadá es motivo de mucha felicidad”, dijo Walker, quien será el primer jugador de posición de su país con placa en Cooperstown. “Es más que una emoción tener el tatuaje de la hoja de maple en mi brazo y entrar al Salón de la Fama”.