NUEVA YORK -- Se supone que noviembre es un mes lento en el calendario de béisbol, y en muchos sentidos lo es. Los principales agentes libres rara vez firman en noviembre, prefiriendo dejar que sus mercados tomen forma en el transcurso de semanas. Sólo suelen ocurrir cambios menores.
Sin embargo, suceden muchas noticias en el mes siguiente a la Serie Mundial, como demostraron los Mets durante una ocupada primera semana de la temporada baja.
A continuación, tres de las noticias más notables que surgieron esta semana, dando mi opinión sobre lo que significan.
Esto era inevitable, un trámite, como quieran llamarlo. Siempre que el mercado esperado de un jugador excede el valor de su opción de contrato, va a rechazar esa opción -- incluso si su intención es quedarse.
Aunque Alonso y el puertorriqueño Díaz han manifestado su deseo de quedarse en Flushing a largo plazo, es totalmente posible que uno o ambos se marchen. Díaz, en particular, acaba de entrar en lo que parece ser un mercado relativamente escaso para relevistas, en el que será el premio mayor. Esperen que muchos equipos hagan ofertas por él. La gran incógnita aquí es si el presidente de operaciones de béisbol de los Mets, David Stearns, estará entre los que oferten con desenfreno, o si se apegará a su política de toda su vida de no invertir fuertemente en relevistas. Su elección probablemente marcará la diferencia entre si Díaz se queda o se va.
El problema para los Mets es que no existen grandes alternativas obvias en la primera base o como cerrador. Y aun si vuelven a firmar tanto a Alonso como a Díaz, no serán mejores que el equipo que acaba de quedarse fuera de los playoffs. Necesitarán hacer más. Todos estos factores hacen que esta temporada baja sea tan fascinante para Stearns, quien está bajo toneladas de presión para tomar las decisiones correctas.
Por cierto, de todas las decisiones de contrato de los Mets, la más obvia del año fue ejercer la opción del club de US$4.75 millones de Brooks Raley. Fue clave para el club después de regresar de la cirugía Tommy John. Aunque Raley tendrá 38 años la próxima campaña, no muestra signos de bajar el ritmo.
Imaginen si les hubiera dicho la mañana del 30 de mayo que el dominicano Soto sería uno de los tres finalistas para el Premio JMV de la Liga Nacional. En ese entonces, tenía una línea ofensiva de .224/.352/.393, y no había conectado un jonrón en casi tres semanas. Soto críticas a diario en las redes sociales y la radio deportiva.
El resto del camino, Soto tuvo una línea de .285/.418/.596 con 35 vuelacercas y 31 bases robadas en 105 juegos -- números que superaron incluso a los de Shohei Ohtani. Durante los últimos cuatro meses de la campaña, Soto fue el mejor bateador de la liga o un segundo lugar muy cercano.
Es imposible decir qué causó su bache de dos meses para comenzar el año, pero si tuvo algo que ver con un período de ajuste después de firmar con un nuevo equipo, ese es un pensamiento prometedor de cara a la próxima campaña. Ahora completamente aclimatado y justo en el medio de su apogeo físico, Soto tiene la oportunidad de producir una temporada histórica a los 27 años. No ganará el JMV este año, pero estará entre los favoritos para hacerlo en el 2026.
Antoan Richardson y Jeremy Hefner se marchan a los Bravos
Más de una ceja se levantó en la industria del béisbol el miércoles, cuando los Bravos anunciaron que habían contratado tanto a Richardson como coach de primera base como a Hefner como coach de pitcheo. La noticia de Hefner no fue impactante, considerando que es un joven y brillante instructor que atrajo mucho interés después de que los Mets decidieran no retenerlo. La contratación de Richardson sí lo fue.
Esta campaña, Richardson recibió elogios constantes por mejorar el rendimiento de Soto y otros Mets en las bases. A diferencia de Hefner, el equipo invitó a Richardson a regresar. El hecho de que Richardson se fuera por una disputa salarial puede parecer ilógico para uno de los equipos más ricos de la liga, pero Nueva York claramente no le da un valor premium a los coaches de bases.
Sólo el tiempo dirá si esa y otras decisiones del cuerpo técnico vuelven para atormentar a los Mets. Por ahora, esto es simplemente desconcertante.
