¿Cómo le dieron? HR con pitcheos malos

10 de abril de 2021

Conectarle un jonrón a un lanzador de Grandes Ligas es un logro impresionante.

Pero algunos bateadores elevan bastante ese nivel de dificultad saliendo a buscar pitcheos malos – o, al menos, pitcheos malos para la mayoría – y mandándolos sobre la cerca. Agarran carbón y lo convierten en diamante.

El puertorriqueño Javier Báez es uno de esos bateadores. Afianzado ya como un legendario bateador de bolas malas, el torpedero de los Cachorros le hizo honor a esa fama la tarde del jueves, conectando un cuadrangular ante un lanzamiento bajísimo de Tyler Anderson de los Piratas durante la sexta entrada del partido en el PNC Park. El cambio de velocidad de Anderson cruzó el plato a sólo 0.86 pie del suelo, empatado como el quinto pitcheo más bajo convertido en vuelacercas desde que se empezó a rastrear la trayectoria de los envíos en el 2008.

En el 2019, Báez se ganó una comparación con uno de los más célebres bateadores de bolas malas, el dominicano Vladimir Guerrero padre, consiguiendo un hit tirándole el bate a un pitcheo que pegó en el suelo. Desafortunadamente para nosotros, Guerrero jugó casi toda su carrera antes de que se rastrearan los pitcheos, pero incluso sin esos datos, es obvio que merece estar en cualquier conversación sobre bateador de jonrones contra lanzamientos ante los que nadie debería largar bambinazos.

Vimos a Vladimir hacer eso con su primer estacazo en las Grandes Ligas, un palazo por el jardín derecho en Atlanta ante un lanzamiento bien afuera. Lo vimos en el Juego de las Estrellas del 2006, cuando sacó un envío de Brad Penny a la altura de sus hombros y lo depositó en las gradas del jardín derecho del PNC Park. Y lo vimos en el 2010, cuando con un swing de “golf” trituró una curva lenta de Jered Weaver que no iba a mucho más alta que el pitcheo con el que jonroneó Báez el jueves.

Por supuesto, ha habido otros grandes bateadores de pitcheos malos a lo largo de la historia del béisbol. Pero a raíz de lo hecho por Báez el jueves, revisemos los que podemos cuantificar (desde 2008) y busquemos los cuadrangulares contra los envíos más “malos”.

Más bajo: Odúbel Herrera, Filis
8 de agosto de 2017 vs. Bravos
Mientras el derecho colombiano Julio Teherán lanzaba una curva, el cátcher Kurt Suzuki puso su guante en la tierra, esperando que allí terminaría el pitcheo. El venezolano Herrera tenía otros planes. El jardinero central de los Filis, de alguna forma, le puso el bate a la bola que cuando llegó el plato estaba a 0.73 pie del piso. Herrera sacó una línea a 100.8 millas por hora por el jardín derecho y celebró al batazo con un buen bat flip.

Más alto: Mark Trumbo, Orioles
8 de mayo del 2017 vs. Nacionales
El año anterior, Trumbo había liderado las Mayores con 47 jonrones con Baltimore. Nunca volvió a alcanzar ese nivel, pero literalmente alcanzó las alturas (4.57 pies, para ser exactos) para conectar una recta de cuatro costuras de Gio González a 91.1 mph. A pesar de que el receptor de los Nacionales, Matt Wieters, prácticamente se levantó para atrapar la bola, Trumbo dio una línea que superó la pared del jardín izquierdo.

Más adentro (derecho): Miguel Cabrera, Tigres
10 de agosto del 2010 vs. Yankees
Cabrera no está cerca de los 500 jonrones de por vida por nada. No acumulas tantos bambinazos – sin mencionar la Triple Corona y un par de premios a JMV – sin hacer este tipo de cosas con un bate en las manos. El rápido swing del venezolano lo llevó a conectar una recta pegada de a 92.5 mph de Phil Hughes que estaba a 1.88 pie del centro del plato. No sólo Cabrera sacó una línea, sino que la llevó por encima de la pared del jardín izquierdo del Yankee Stadium. Fue uno de los 44 bambinazos de Miguel en el 2013, cuando alcanzó un tope en su carrera con un slugging de .636 y se llevó su segundo JMV.

El más adentro (zurdo): Joe Mauer, Mellizos
4 de junio del 2008 vs. Orioles
El seis veces convocado al Juego de Estrellas es más conocido por haber sido un bateador nato y una amenaza de embasarse (promedio de .306 de por vida, con porcentaje de embasarse de .388) que un gran cañonero (143 bambinazos, incluyendo nueve en el 2008). Pero Mauer ciertamente tenía trueno ocasional – incluso ante un lanzamiento que no estuvo tan lejos de él. En este partido en el Metrodome, el zurdo de Baltimore Jamie Walker intentó lanzar un sinker en la esquina de adentro (1.59 pie del centro del plato), pero Mauer sacó sus manos y llevó la bola al segundo piso.

Más afuera (zurdo): Anthony Rizzo, Cachorros
23 de junio del 2014 vs. Rojos
Éste era el año en el que Rizzo realmente se transformaría de un prospecto en una franquicia en reconstrucción a un pilar de un equipo que al que llevaría a un título. El inicialista fue convocado a su primer Juego de Estrellas y dio 32 bambinazos, incluyendo éste ante una curva a 74.3 mph del dominicano Alfredo Simón de Cincinnati. No sólo fue el pitcheo más lejos (1.71 pies del centro del plato), sino estaba alto en la zona. Rizzo se las ingenió para desplegar toda su fuerza ante el lento lanzamiento, llevando la bola hacia las gradas del Wrigley Field.

Más afuera (derecho): Christian Villanueva, Padres
26 de septiembre del 2017 vs. Dodgers
El mexicano no se mantuvo mucho en Grandes Ligas, disputado 122 juegos con los Padres entre el 2017 y el 2018 antes de irse a la Liga Profesional de Japón. Pero tuvo un corto despliegue de poder, detonando 24 bambinazos en esos encuentros, incluyendo un duelo de tres cuadrangulares el 3 de abril del 2018. Había sido ascendido en septiembre del año anterior e hizo algo de historia en el Dodger Stadium, alcanzando un cambio que estaba a 1.58 pie del medio del plato. Se las ingenió para conectar un batazo hacia la esquina del jardín derecho, sobre la marca de los 330 pies. Luego de ser revisada la jugada, se declaró jonrón por interferencia de un fan.