¿Cuál es la cualidad más importante para un manager? Los pilotos opinan

6:34 PM UTC

Fue hace 65 años el próximo mes cuando el propietario Philip K. Wrigley utilizó el almuerzo anual de prensa de los Cachorros para hacer un anuncio audaz sobre el próximo dirigente del club.

Es decir, que no habría ninguno.

"Son los tiempos de los especialistas", dijo Wrigley, según el Sporting News, "y creo que tiene sentido conseguir a los mejores hombres para cada trabajo individual. Lo hacen en el fútbol americano y funciona bastante bien”.

Con eso, los Cachorros, en 1961, se convirtieron en el primer -- y último -- equipo de Grandes Ligas en alejarse de un manager tradicional y en su lugar usar lo que llamaron un "Colegio de Coaches".

Durante las siguientes dos temporadas, una "facultad" de personas llamadas El Tappe, Charlie Grimm, Goldie Holdt, Bobby Adams, Harry Craft, Verlon Walker, Ripper Collins y Vedie Himsl ocupó temporalmente el puesto de "entrenador principal" en algún momento u otro.

En medio de toda esa rotación, la única constante era la derrota. Los Cachorros perdieron 90 juegos en 1961 y 103 en 1962.

Para la primavera de 1963, incluso el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, los estaba criticando, en medio de un discurso sobre cómo la automatización estaba reduciendo la fuerza laboral estadounidense.

"Chicago... proporciona la excepción de este patrón", dijo Kennedy, "ya que ahora se necesitan a 10 hombres para dirigir a los Cachorros en lugar de uno."

Cuando se trata de pensar de nuevo el papel del manager, nada podría igualar esa desafortunada y efímera catástrofe de los Cubs.

Pero el mundo de los dirigentes en Grandes Ligas es extrañamente intrigante en estos días.

Diez de los 30 equipos de MLB llenaron formalmente sus vacantes este invierno, ya sea eliminando la etiqueta de interino para un manager que había asumido el puesto a mitad de temporada en el 2025 (Don Kelly de los Piratas y Warren Schaeffer de los Rockies), asciendiéndolos desde la misma organización (Walt Weiss de los Bravos, Skip Schumaker de los Rangers, Craig Stammen de los Padres y Kurt Suzuki de los Angelinos) o contratándolos desde afuera (Tony Vitello de los Gigantes, Blake Butera de los Nacionales, Craig Albernaz de los Orioles y Derek Shelton de los Mellizos).

Los únicos contratados de ese grupo que han dirigido una campaña completa de MLB en algún momento son Schumaker, Weiss y Shelton. Los demás son ejemplos de equipos que dan la oportunidad a sangre nueva. Y algunas de esas decisiones demuestran los extremos de quién califica como candidato a manager en el juego moderno.

Stammen, por ejemplo, fue un lanzador de las Grandes Ligas tan recientemente como en el 2022 y, aunque fungió como asistente en el cuerpo técnico de Grandes Ligas en San Diego y en el departamento de operaciones de béisbol, nunca había sido coach ni había dirigido un partido en ningún nivel. Que haya pasado de relevar juegos a dirigirlos sólo añade a la rareza histórica de su contratación. Pasó de ayudar a los Padres a entrevistar a candidatos a convertirse en el que consiguió el trabajo.

Suzuki es otro exjugador de MLB que nunca había dirigido un juego anteriormente, y Kelly estaba en esa misma categoría cuando los Piratas lo nombraron como reemplazo de Shelton a mediados del 2025.

Butera recorrió un camino ligeramente más tradicional, habiendo dirigido al menos cuatro temporadas en Ligas Menores dentro de la organización de los Rays (aunque ninguna por encima de la Clase-A, y más recientemente en el 2022). Pero fue su camino acelerado -- ascendido a piloto de Grandes Ligas a la edad de 33 años -- lo que lo convierte en una excepción. Es el manager más joven de las Grandes Ligas desde que los Mellizos contrataron a Frank Quilici en 1972.

Y luego, por supuesto, está Vitello, quien después de una exitosa etapa en la Universidad de Tennessee, está haciendo historia como el primer capataz universitario en convertirse en manager de Grandes Ligas sin ninguna experiencia anterior como timonel profesional.

Todo eso significa que no se aplicó una mentalidad única por números o pensamiento grupal a estas contrataciones. Los equipos lo hicieron de maneras muy diferentes.

Y algunos, aunque no fueron tan creativos como los Cachorros de 1961, no temían salirse del camino.

"Es increíble", dijo el manager de los Tigres, A.J. Hinch, "ver cómo nuestra posición crece."

En mayo del 2009, Hinch fue nombrado manager de los Diamondbacks, reemplazando a Bob Melvin a mitad de campaña. Hinch había sido el director del sistema de liga menor de Arizona y nunca había dirigido antes. Apenas tenía 34 años.

Los jugadores de los D-backs, en su mayoría, estaban atónitos, y su descontento fue una gran razón por la que Hinch, quien fue despedido en julio del 2010, no duró mucho en ese experimento en particular.

"Muchos de los muchachos decían, 'Despedimos a un buen manager, y [Hinch] ni siquiera ha estado en el terreno,'" dijo el entonces receptor del equipo, el venezolano Miguel Montero, a The Athletic en el 2018. "Ni siquiera había dirigido".

Obviamente, como indica este grupo de contrataciones, los tiempos han cambiado.

Entonces, si la experiencia como manager, o cumplir 40 años, o incluso tener un vínculo previo con el béisbol profesional afiliado no son necesariamente requisitos para ser un dirigente en Grandes Ligas, ¿qué demonios lo es?

¿Qué hace a un buen candidato a piloto en el juego moderno?

En las Reuniones Invernales, planteamos esa pregunta a varias de las personas que actualmente ocupan los puestos, y ¿saben qué no escuchamos?

Nada sobre el manejo del bullpen.

Nada sobre la elaboración de las alineaciones.

Nada sobre decidir cuándo tocar la bola o cuándo dejar que un bateador haga swing en conteo de 3-0, o cuándo pedir bateo y corre o cuándo hacer una visita al montículo.

No. Escuchamos alguna variación del mismo sentimiento, una y otra vez.

"Es tu mensaje al grupo", dijo el manager de los Medias Blancas, Will Venable, quien fue contratado antes del 2025, "y ser capaz de conectar con el grupo."

Añadió el manager de los D-backs, Torey Lovullo, quien ha estado en el cargo desde el 2017: “Poder conectar a las personas. ¿Las estrategias? Todos somos iguales. No somos más inteligentes que el siguiente capataz. Podemos hacer lo correcto. Pero creo que manejar las personalidades va a ser lo más importante”.

También Hinch, ahora en su tercer equipo y entrando en su décima tercera temporada como manager, dijo lo siguiente: “Lo más importante son las habilidades de comunicación. Esas habilidades de comunicación son importantes para que el jugador esté comprometido con la meta, y también son importantes en asociación con la oficina principal para ser un líder en la organización”.

Y Schumaker, quien fue el Manager del Año de la Liga Nacional mientras estaba con los Marlins en 2023, agregó esto: “La capacidad de relacionarse es muy importante para muchas personas en el juego hoy en día y saber cómo piensan los jugadores”.

Ser un comunicador eficaz siempre ha sido importante en éste o cualquier puesto de dirigencia.

Pero en el béisbol, esa característica significa algo muy diferente ahora que en generaciones pasadas.

Las plantillas se expandieron a 26 jugadores esta década. Todo lo demás también ha crecido.

Los managers tienen cuerpos técnicos más grandes de lo que solían tener. El personal de operaciones de béisbol, que hoy en día incluye grupos de analítica y desarrollo (también conocidos como métricas avanzadas) y grupos médicos, ha crecido enormemente. (En las Reuniones Invernales, algunos equipos tenían a su personal disperso en varios hoteles de la zona, porque era imposible alojarlos a todos en el mismo lugar.)

"Hay muchas personas". dijo Venable, "y muchas personas con las que tienes que comunicarte”.

Obviamente, las responsabilidades frente a los medios en lo que se ha convertido en un entorno de noticias y redes sociales 24/7 son un mundo aparte. El manager moderno ha sido comparado con un secretario de prensa de la Casa Blanca, pero ni siquiera el secretario de prensa de la Casa Blanca habla en el podio dos veces por día como los pilotos de Grandes Ligas (y nunca después de que se pierde una ventaja tardía por el bullpen).

Por eso, los equipos intentan encontrar lo mejor de ambos mundos: Alguien que pueda decir lo correcto, tanto en público como en privado.

(Y sí, con suerte también saben manejar un bullpen.)

"Está bien no tener las respuestas", dijo Stephen Vogt de los Guardianes, quien ha dirigido dos temporadas y ganó el premio a Manager del Año de la Liga Americana después de ambas. "Está bien decir, 'No lo sé' o usar los recursos a tu alrededor". Creo que una de las cosas que aprendí muy temprano fue que si no sé, les preguntaré a las personas inteligentes a mi alrededor para que, con suerte, tengan la respuesta”.

Dado su rápido éxito como timonel después de que su propia carrera como jugador concluyera en el 2022 (con una temporada como coach del bullpen de los Mariners en medio), algunos consideran a Vogt como un modelo de lo que los equipos buscan actualmente. Es afable y accesible, un amante de las personas y también lo suficientemente humilde como para saber lo que no lo sabe todo.

Pero cuando se le preguntó por qué personas como él, Suzuki y Stammen están obteniendo estas oportunidades como managers tan pronto después de retirarse como jugadores, Vogt dio una respuesta esclarecedora.

"Creo que las personas de mi edad o de esa era de jugadores, jugamos en un momento único en que llegamos a las Grandes Ligas y subimos a través de las ligas menores sin absolutamente ninguna información," dijo Vogt. "Y luego, durante nuestras carreras en las Grandes Ligas, nos lanzaron toda la información posible, y se esperaba que la usáramos en el terreno. Y así creo que crecimos en un mundo de la vieja escuela, pero luego jugamos durante la transición.

"Entonces, ahora siento que tenemos una muy buena comprensión de cómo aplicar los datos, sin perder de vista tal vez la intuición. Entonces, creo que es un período de tiempo único, desde el 2008 hasta el 2020, en el que aprendimos todo eso”.

Probablemente no sea tan simple sugerir que el candidato ideal para el puesto de manager haya jugado en las Grandes Ligas desde el 2008 hasta el 2020 (aunque resulta que ése es exactamente el tiempo de la carrera en MLB del receptor venezolano Francisco Cervelli, quien dirigirá a la selección de Italia en el próximo Clásico Mundial de Béisbol), pero esa capacidad para navegar la sobrecarga de datos del juego es esencial.

El dirigente de los Rojos, Terry Francona, es, junto con el de los Cerveceros, Pat Murphy, uno de los dos únicos managers actuales que nacieron en la década de 1950. Y Francona es el único piloto actual que ha dirigido un juego de MLB antes del siglo XXI. Entonces, señalarle que el grupo de capataces se está volviendo más joven es simplemente decir lo obvio.

Pero Francona también expresó un punto interesante cuando señaló que los grupos de operaciones de béisbol de los equipos, cada vez más formados por mentes jóvenes y analíticas, deben tener cuidado de no basar demasiado sus decisiones de contratación de pilotos en cómo el posible manager se comunica con la oficina principal.

"¿Es [la contratación] para [la oficina principal] o para los jugadores?" dijo Francona. "Alguien que pueda hablar con la oficina principal es genial. Pero también tienes que ser capaz de hablar con un jugador. Y a veces, eso es muy diferente. Si puedes hacer ambas cosas, estás bien”.

Como indica este nuevo grupo de contrataciones, los timoneles pueden provenir de todo tipo de niveles de experiencia. Y considerando que seis de los 12 premios a Manager del Año otorgados en este siglo fueron para personas que ya no están con esos clubes, el trabajo siempre está sujeto a cambios.

Pero al menos podemos decir que la importancia de la comunicación es una constante, aunque su aplicación esté evolucionando.

Y al menos todavía tenemos a un solo manager para cada equipo... hasta que un club se vuelva rebelde y traiga de vuelta el Colegio de Entrenadores.