Ortiz, ¿la mayor figura de los Medias Rojas?

27 de enero de 2022

Esto no se trata de los que no fueron elegidos. Se trata del que sí fue. Se trata del dominicano David Ortiz, el Babe Ruth de los Medias Rojas de Boston.

La noche en que se anunció que Ortiz ingresaría al Salón de la Fama fue como los días y noches de alegrías para los aficionados de los Patirrojos, cuando Big Papi se convirtió en la figura más popular e importante del conjunto. Antes del quisqueyano, la fanaticada adoró a Ted Williams y a Carl Yastrzemski. Pero no como adoraron a Ortiz, quien ayudó al club a conquistar su primer título desde que Ruth partió a los Yankees -- y después les consiguió otros dos campeonatos.

Entonces, la noche del martes trajo la misma clase de alegría como la del partido contra los Tigres en el Juego 2 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana del 2013, una noche de domingo, cuando los Felinos estaban arriba por 5-1 en la octava entrada, cuando Detroit estaba a punto de tomar una ventaja de 2-0 en la serie contra Boston, cuando Ortiz pegó el grand slam contra su compatriota Joaquín Benoit que cayó en el bullpen del bosque derecho para empatar el partido. Las piernas de Torii Hunter estuvieron en el aire tratando de atrapar la bola, como también lo estuvieron los brazos del oficial policial Steve Horgan, quien se convirtió en parte del momento para siempre.

“Porque soy fanático de los Medias Rojas, simplemente levanté mis brazos”, declaró Horgan después.

Alzó sus brazos por su equipo y por el hombre que cambió todo en el Fenway Park desde su llegada de los Mellizos de Minnesota.

Williams dio más jonrones que Ortiz como miembro de los Patirrojos, 521 a 483. Los cuadrangulares de Ortiz fueron de mayor importancia. Yastrzemski dio 44 vuelacercas en 1967, el año del Sueño Imposible, cuando ganó la Triple Corona e hizo que Boston fuera relevante otra vez, para guiarlos al Juego 7 del Clásico de Otoño contra los Cardenales. Ortiz pegó 54 bambinazos en el 2006.

Los aficionados de los Medias Rojas lo saben y están conscientes de que, en la Serie Mundial del 2013 contra San Luis, la misma franquicia que los había derrotado en siete encuentros en 1967, Ortiz fue una fuerza imparable como se había visto pocas veces en un Clásico de Otoño. Ortiz bateó .688 en dicha serie, conectó 11 hits, negoció ocho pasaportes en seis compromisos, tuvo OPS de 1.948 y slugging de 1.188. Remolcó seis carreras, anotó siete y dio varios jonrones. Y fue en una Serie Mundial a la que no hubieran llegado sin ese grand slam contra los Tigres.

Hizo todo eso al final de la temporada “_Boston Strong_” en el Fenway. Los Patirrojos pasaron la campaña del 2013 honrando y recordando las vidas que se perdieron por el atentado en la Maratón de Boston. Y al final, Ortiz se vio como el hombre más fuerte del mundo.

Por supuesto en abril de ese año, cuando los Medias Rojas regresaron al Fenway Park para disputar su primer juego después del atentado de bomba, fue Ortiz el que tenía el micrófono antes del encuentro, gritando “Esta es nuestra ------- ciudad”. Hubo una gran ovación, porque era él. Era Big Papi y en el momento nadie se molestó porque usó una palabra inapropiada y respaldaron el sentimiento. Y querían abrazarlo.

Ese partido contra los Reales terminó a favor de los Patirrojos tras un cuadrangular de Daniel Nava. Don Orsillo, el narrador de televisión de los Medias Rojas en ese entonces, gritó “¡Boston, esto es para ti!” mientras la bola se volaba la cerca del bosque derecho. Pero los aficionados de los Medias Rojas recuerdan a Ortiz de igual manera como esas palabras de Orsillo, incluso en un día cuando el quisqueyano no fue el héroe con su gran estilo ni con un swing.

Por eso el martes hubo la misma alegría de ese día, la noche cuando los seguidores de los Patirrojos se enteraron de que Ortiz -- el bateador que más ha dado la cara en la historia de la postemporada -- había sido elegido al Salón de la Fama en su primer intento, pese a ser un bateador designado y a pesar del hecho de que un informe indicó que había arrojado positivo en una prueba antidrogas, en lo que se suponía que era una encuesta anónima en el 2003, a la que el Comisionado Rob Manfred respondió:

“Incluso si el nombre de alguno estuvo en la lista, es totalmente posible que no haya arrojado positivo. Creo que nadie entiende de qué se trataba esta lista”.

Cuando se realizó el anuncio del Salón de la Fama, se sintió otra vez como el día de Boston Stong en el Fenway,y fue como el final de la larga noche de octubre del 2004 contra los Yankees, cuando los Medias Rojas estaban abajo 3-0 y el cuadrangular de Ortiz en la 12da entrada contra Paul Quantrill envió esa SCLA a un Juego 5. La siguiente noche, en un partido aún más largo, fue Ortiz el que impulsó a Johnny Damon con la carrera decisiva en el cierre del 14to episodio. Boston viajaba otra vez al Yankee Stadium, donde completarían la mayor remontada en la historia del deporte profesional en los Estados Unidos.

“Ese hit”, expresó Ortiz después de su cuadrangular de oro en el Juego 4, “me puso en el mapa”. Y también lo puso camino a Cooperstown. Aunque algunos votantes que no marcaron su nombre en la boleta por la encuesta de las pruebas en el 2003.

Williams participó en apenas una Serie Mundial. Yastrzemski jugó en dos. Los Medias Rojas ganaron tres luego de la llegada de Big Papi a Boston. Ruth se fue después de 1918 y parecía que se había llevado con él la Serie Mundial a Nueva York. Big Papi, el Babe Ruth del Fenway Park, la trajo de vuelta.