El Equipo de Estrellas de los jugadores no drafteados

4 de junio de 2018

Aunque el Draft Amateur de MLB es sin duda uno de los eventos más emocionantes del calendario beisbolístico, también es verdad que no es el único camino posible hacia las Grandes Ligas para los nacidos en los Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico. Pueden comprobarlo dándole un vistazo a nuestro equipo histórico de jugadores que no fueron seleccionados en ese proceso.
C: Mike Redmond

A pesar de ser un destacado jugador en la Universidad de Gonzaga, Redmond no recibió mucha atención de los equipos de las Mayores hasta que los recién formados Marlins de la Florida, que estaban tratando de llenar su sistema de liga menor, le ofrecieron un puesto en Clase-A. Redmond terminó siendo una decisión acertada, pues gracias a su sólida defensa y a un bate mejor de lo que muchos recuerdan, Redmond pasó siete años como cátcher del equipo y los ayudó a ganar la Serie Mundial del 2003.
1B: Kevin Millar

Millar también fue una estrella en el béisbol universitario, y al igual que Redmond también pasó por debajo del radar de los cazatalentos. No fue seleccionado en el draft de 1993 y tuvo que firmar con St. Paul Saints del béisbol independiente para mantener su sueño vivo.
Y, una vez más, al igual que Redmond, su primera oportunidad se la dieron los Marlins, en Clase-A Kane County. Nunca paró de batear y el resto es historia.
2B: Frank White

Fue captado por la Academia de los Reales, una idea del propietario Ewing Kauffman que tenía como propósito encontrar a atletas talentosos sin mucha experiencia en el béisbol y convertirlos en jugadores de la Gran Carpa.
White fue parte del primer grupo de graduados en 1970 y tres años después se encontraba en las Grandes Ligas, el inicio de una carrera de 18 años que terminó con un puesto en el Salón de la Fama de los Reales.
SS: Larry Bowa

Bowa no fue elegido en el draft de 1965, y un solo scout mostró interés en él: Eddie Bockman de los Filis, quien le ofreció un bono de US$2,000 y un puesto en un equipo de una liga invernal. En 16 temporadas en las Grandes Ligas, Bowa fue cinco veces al Juego de Estrellas, ganó dos Guantes de Oro y se retiró como el líder de todos los tiempos en partidos jugados en el campo corto en la Liga Nacional.
3B: Bobby Bonilla
Bonilla
Más de 850 jóvenes escucharon cómo sus nombres eran llamados en el Draft de 1981, pero por alguna razón Bonilla no fue uno de ellos, a pesar de que había sido la estrella del equipo de su preparatoria en el Bronx.
El tercera base se inscribió en el "New York Institute of Technology", donde pensó buscar su sueño en el mundo de la computación. Pero su futuro cambió durante un campamento de béisbol en Europa, donde un scout de los Piratas quedó tan impresionado que lo firmó de una vez. Entre otra cosas, fue porque podía hacer cosas así:

LF: Kevin Mitchell
Mitchell
No es difícil entender por qué Mitchell no fue elegido: no jugó mucho béisbol en la preparatoria, enfocándose más en el fútbol americano y el boxeo. Pero un amigo lo convenció a ir a una prueba con los Mets en 1980, y allí dejó a todos boquiabiertos una vez se paró en el plato a batear.
Dejó un OPS+ de 142 y fue el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1989 con los Gigantes. Oh, y una vez atrapó un elevado a mano limpia:
Mitchell
CF: Dan Gladden

Gladden fue una estrella en su preparatoria en San José, California y también en la universidad, pero de cualquier manera nadie lo eligió en el draft. Al final decidió ponerse a rogar: Gladden le pidió a Jack Mull, entonces manager de la filial Clase-A de los Gigantes en Fresno, que le diese una oportunidad. Incluso estuvo dispuesto a no recibir bono alguno.
Eventualmente, Mull le dio esa oportunidad y tras subir por las menores, Gladden se convirtió en jardinero titular de los Gigantes y terminó cuarto en la votación del Novato del Año de 1984 en la Liga Nacional. Luego pasó a los Mellizos, donde inscribió para siempre su nombre en la historia del equipo durante la Serie Mundial de 1991:

RF: Larry Walker
Walker
Técnicamente, Walker fue drafteado, sólo que en otro deporte. Durante su niñez en British Columbia, Canadá, su sueño era convertirse en arquero del hockey sobre hielo de la NHL. Fue elegido en la 12da ronda del Draft por los Montreal Canadiens.
Pero cuando su carrera en el hockey no funcionó, se enfocó en el béisbol y llamó la atención del director de cazatalentos de los Expos, Jim Fanning, durante un torneo juvenil. Fanning lo firmó de una vez y Walker no paró de mejorar hasta convertirse en Jugador Más Valioso.

Abridor: Danny Darwin

Cuando salió de la prepartoria, Darwin nunca pensó seriamente en jugar béisbol profesional. Pero un amigo lo convenció para que jugase a nivel de Junior College y le fue tan bien que los Rangers le dieron un bono de US$37,500 en 1976.
En una carrera de 21 temporadas, Darwin ganó 171 juegos con 3.84 de efectividad lanzando principalmente por los Rangers y Astros.
Cerrador: Bruce Sutter

JP/AP

Sutter fue elegido en la 21era ronda del Draft de 1970 por los Senadores de Washington, pero decidió ir a la universidad. Luego dejó los estudios para jugar béisbol en una liga independiente. Ahí fue donde los Cachorros lo encontraron en el verano de 1971 y decidieron darle una oportunidad, firmándolo por US$500.
En este caso, no haber sido elegido en el draft fue lo mejor que le pudo pasar a Sutter, pues en la primavera de 1974 conoció al instructor de pitcheo de las menores de los Cachorros, Fred Martin, quién le enseñó un nuevo pitcheo para su repertorio. Fue así como nació la legendaria recta de los dedos separados de Sutter:

Tras 12 temporadas y 300 salvados, Sutter se convirtió en el primer y hasta ahora el único jugador no elegido en el draft que llega el Salón de la Fama.