¿Es auténtico el ascenso de Arozarena?

31 de octubre de 2020

Una de las imágenes que vamos a recordar de esta postemporada será el tórrido bateo del cubano Randy Arozarena.

Pero cómo será exactamente recordado el increíble octubre de Arozarena es una pregunta más interesante. ¿Cómo la fiesta de bienvenida de una estrella? ¿Un buen mes y nada más? ¿O una histórica e increíblemente oportuna racha de un sólido pelotero de Grandes Ligas?

Si bien parece que Arozarena salió de la nada, con apenas 99 viajes al plato en las Grandes Ligas antes de esta postemporada, ya había señales de su potencial.

Durante los últimos dos años, el beisbolista de 25 años dominó a los lanzadores de Doble-A (.938 de OPS en 28 juegos), Triple-A (1.028 de OPS en 64 juegos) y las Grandes Ligas (.991 de OPS en 42 juegos, incluyendo 1.022 este año). Los Rays creyeron en él, entregando un estelar prospecto de pitcheo, Matthew Liberatore, en un cambio para adquirir a Arozarena de los Cardenales en enero. En ese momento, el gerente general de Tampa Bay, Erik Neander, dijo que Arozarena estaba “muy cerca de establecerse como un muy buen jugador de Grandes Ligas con un significativo potencial

Y si bien Arozarena no recibió tanta atención como el dominicano Wander Franco, prospecto Nro. 1 de todo el béisbol, fue el Nro. 19 en el respetado sistema de granjas de los Rays este mismo año, de acuerdo con MLB Pipeline, recibiendo una calificación sobre el promedio en su bateo.

Nadie sabía que Arozarena iba a pasar la larga cuarenta del COVID-10 apegado a una dieta de pollo, arroz y 300 flexione de brazo al día. Y nadie predijo que iba a implantar récords de hits (29), jonrones (10) y bases alcanzadas (64) para una postemporada.

Pero había razones para ser optimistas con Arozarena antes de este octubre y ciertamente ahora hay más. Lo que sigue es un vistazo a lo que podemos esperar del futuro de Arozarena, basados en la evidencia que ya tenemos a mano.

¿Qué dicen las métricas avanzadas?

Todos los indicativos son alentadores. De los 36 bateadores que pusieron al menos 25 bolas en juego esta postemporada, Arozarena fue quinto en tasa de batazos duros (58.2%) y tercero en tasa de macetazos (20%), y además de ese contacto de calidad, se ponchó a una tasa (22.1%) que estuvo por debajo del promedio de la postemporada 2020.

Combine esos factores, y entendemos por qué Arozarena tuvo un .446 de promedio esperado de embasarse ponderado (xwOBA) de .446, ubicándose cuarto entre 28 peloteros con al menos 50 viajes al plato, sólo por detrás de Corey Seager, Carlos Correa y Freddie Freeman. (El promedio de MLB este año fue de .322, y durante la temporada regular, el único bateador calificado con al menos .446 de xwOBA fue el dominicano Juan José Soto).

Si usted combina el abreviado pero estelar paso de Arozarena este año durante la temporada regular con la postemporada, estuvo entre los 10 mejores bateadores del año en las Mayores, entre los más de 200 con al menos 150 viajes al plato.

Mejor wOBA esperado, 2020 (temporada regular + postemporada)

  1. Juan Soto (WSH): .451
  1. Freddie Freeman (ATL): .446
  1. Bryce Harper (FIL): .435
  1. Corey Seager (LAD): .430
  1. Marcell Ozuna (ATL): .417
  1. Mike Trout (LAA): .408
  1. Fernando Tatis Jr. (SD): .407

8) Randy Arozarena (TB): .403

  1. Brandon Belt (SF): .402
  1. Salvador Pérez (KC): .387

La explosión de Arozarena ciertamente es real, pero eso no exactamente igual a decir que sirve para predecir, incluso si estadísticas como xwOBA son mejores indicadores del verdadero talento de un jugador que los números más tradicionales.

Pero de cualquier forma, lo que Arozarena hizo este año – especialmente en la postemporada, donde mejores rivales trabajaron incansablemente para encontrar la forma de detenerlo – es una clara señal de que estamos ante un jugador con potencial de estrella.

¿Qué otros han comenzado su carrera así?

Como apuntó recientemente Mike Petriello de MLB.com, el wOBA de .444 que tiene Arozarena en su carrera es el 13ero mejor tras los primeros 190 viajes al plato de un jugador durante los últimos 100 años, cuando se combinan actuaciones de temporada regular y postemporada.

Este es un interesante grupo de jugadores, en el que hay tres miembros del Salón de la Fama (Willie McCovey, Jim Bottomley, Mickey Cochrane), un cuarto que se les unirá apenas pueda (el dominicano Albert Pujols), y otros beisbolistas que disfrutaron o han disfrutado de largas y productivas carreras (los cubanos Oréstedes “Minnie” Miñoso y Tony Oliva, Ryan Braun). Incluso Bernie Carbo y Alvin Davis jugaron cada uno al menos nueve campañas en la Gran Carpa con números ofensivos bien por encima del promedio.

También hay otros dos jugadores activos que ameritan atención: el Novato del Año del 2019, el cubano Yordan Álvarez, que se perdió casi toda la temporada por lesión, y el dominicano Gary Sánchez, que ha tenido varios altibajos en su carrera, incluido un complicado 2020. El verdadero caso atípico es el de Buzz Arlett, una ligaminorista que sólo jugó una temporada en las Mayores, con los Filis de 1931 a los 32 años, y no volvió a jugar de nuevo, pese a sus excelentes números.

La lista no tiene respuestas definitivas. Pero la lección general es que los jugadores que comienzan con una racha tan buena, casi siempre siguen siendo buenos (si es que no grandes) bateadores por un tiempo largo.

Precedente de postemporada

Enfocándose sólo en la postemporada, ¿quién puede brillar tanto como Arozarena en el escenario más alto y no seguir el camino hacia el estrellato? ¿Castigar una dura competencia a lo largo de octubre califica como “momento significativo”?

Bill James utilizó ese término para describir las instancias en las que demostrar una habilidad en una pequeña muestra puede enseñar algo más profundo sobre un jugador, como un lanzador teniendo un juego de 15 ponches sin boletos. Tal vez esta dinámica es similar.

El problema aquí es que el octubre de Arozarena no tiene precedentes. Pero si utilizamos un filtro de jugadores con 50 veces al bate y 1.000 de OPS en una misma postemporada, sólo aparecen 40, en un total de 48 temporadas totales, comenzando en la Era del Comodín en 1995.

Ese grupo incluye a cuatro jugadores del 2020: Arozarena, Seager, el venezolano José Altuve y Correa, y esos últimos tres representan más al grupo que Arozarena, al ser estrellas establecidas. Casi todos los jugadores en la lista han sido convocados al Juego de Estrellas, han ganado algún premio importante o han dejado números impresionantes en una brillante postemporada.

Dicho eso, no es imposible para un jugador poco conocido brillar en octubre. Aquí hay cinco ejemplos de eso.

David Freese (2011, Cardenales): 28 años, 184 juegos en MLB (115 de OPS+)

Cody Ross (2010, Gigantes): 29 años, 636 juegos en MLB (105 de OPS+)

Carlos Ruiz (2009, Filis): 30 años, 366 juegos en MLB (85 de OPS+)

Scott Spiezio (2002, Angelinos): 30 años, 774 juegos en MLB (97 de OPS+)

Adam Kennedy (2002, Angelinos): 26 años, 470 juegos en MLB (86 de OPS+)

Ninguno en ese grupo se mantuvo en el estrellato después de ese gran momento, aunque cada uno disputó al menos 11 temporadas en las Mayores en total. De todas maneras, el cubano es más joven que todos ellos y ha bateado mejor hasta este punto (aunque en una muestra menor) y además dejó números más impresionante en la postemporada. Sólo Freese en particular está cerca, imponiendo el récord de más bases totales en un mismo playoff (50) que Arozarena acaba de romper (64), con la ayuda de 15 veces al bate más.

¿La lección aquí? Un jugador que no es estrella puede tener una postemporada de alto calibre, pero lo que hizo Arozarena en octubre fue tan extraordinario que no puede compararse con otros ejemplos.

¿Qué podemos esperar de aquí en adelante?

El piso de Arozarena: Salvo algo como una lesión mayor, es casi imposible imaginar que el cubano no tenga una carrera productiva, no sólo por lo que ha hecho hasta ahora, pero por las habilidades de las que ha hecho gala, tanto con el bate como con sus piernas (94to percentil en velocidad en sprint). Freese otorga una comparación similar. Luego de su impresionante postemporada del 2011, jugó ocho campañas más con un sólido 112 de OPS+ y un WAR (Victorias por Encima del Reemplazo, por sus siglas en inglés) de 16, asistiendo a su único Juego de Estrellas en el 2012. Arozarena es más atlético y es tres años más joven que Freese, así que esta comparación sería muy conservadora, pero tampoco sería un mal panorama.

El techo de Arozarena: ¿Y si lo que hemos visto de Arozarena hasta ahora realmente representa su verdadero nivel de talento? Entonces tendrás a un jardinero de las esquinas con una velocidad por encima del promedio y un bate élite. En otras palabras, algo similar a la versión 2018-2019 de Christian Yelich (.431 de wOBA, 15.4 de WAR), quien ganó un premio de Jugador Más Valioso y terminó segundo en la votación en esos dos años. Obviamente ese es un período considerable, pero si el cubano puede mantener el nivel demostrado hasta ahora, esa sería su compañía.