Hace un año, se detuvo nuestro juego

12 de marzo de 2021

PHOENIX – Craig Counsell tiene una fotografía que le recuerda el día en que el mundo del béisbol se detuvo. 

Fue el 12 de marzo del 2020. Un jueves. A mitad de la pretemporada. Counsell estaba en el American Famlly Fields of Phoenix tras un corto sueño. Los Cerveceros venían de jugar la noche anterior frente a los Dodgers, en un partido que fue acortado por la lluvia. Los juegos de escuadras divididas ante los D-backs y Rockies fueron aplazados previamente. 

Aquel 12 de marzo, Major League Baseball decidió detener los entrenamientos debido a la pandemia del coronavirus. Poco después, las instalaciones de los Cerveceros estarían vacías. No se volvería a jugar en 131 días. 

“Recuerdo estar saliendo del parque después de la tormenta, un poco extrañado porque no lucía como el Phoenix que conozco”, dijo Counsell “Eso es lo que más recuerdo de ese día. Salí del estadio preguntándome qué estaba pasando, tanto con la tormenta como con nosotros”. 

Antes de salir, Counsell tomó un par de fotos de los campos de práctica de los Cerveceros. El cuadro interior estaba bajo agua. El césped verde estaba cubierto por un blanco granizo. Y un arcoíris completo alumbraba un cielo nublado.

Un año después, con los Cerveceros y las Grandes Ligas alistándose para una nueva temporada, con aficionados de vuelta a los estadios y con una sensación de optimismo, es la incertidumbre lo que todos recuerdan de esos días de marzo pasado, cuando las cosas a su alrededor comenzaban a cambiar. 

Se le fue negado el acceso a los camerinos a la prensa el 9 de marzo, para limitar el número de personas que estaban en contacto con los jugadores y coaches. El 11 de marzo, mientras el dominicano Freddy Peralta lanzaba en un juego acortado por la lluvia ante los Dodgers, el presidente de operaciones de los Cerveceros, David Stearns, estaba en su oficina del American Family Fields of Phoenix cuando se enteró de la noticia de que el basquetbolista del Jazz de Utah, Rudy Gobert, había arrojado positivo por COVID-19 y la temporada de la NBA había sido suspendida. Stearns presentía que una noticia similar llegaría al béisbol. La mañana siguiente, el 12 de marzo, Counsell quedó sorprendido al ver que los juegos de la Liga de Toronja en la Florida estaban pautados para iniciare con normalidad. 

“Estaba lanzando ese día”, dijo el veterano de los Cerveceros, Brett Anderson. “Luego llegan y dicen: ‘No vamos a jugar y tal vez tengas que irte a casa’. Quedas como: ‘¿Es una broma?’ Luego te das cuenta de que es verdad”. 

“Fue una locura. Fue bien estresante”, dijo el jardinero venezolano Avisaíl García. “Todo el mundo estaba como, ‘¿Y ahora qué va a pasar?’”. 

Counsell y varios jugadores fueron llevados a un cuarto auxiliar que había sido convertido en una sala de prensa adaptada al distanciamiento social. Una bicicleta del venezolano Jhoulys Chacín estaba al lado de unas cajas de chicle y de semillas de girasol. Brandon Woodruff había estado ahí por la mañana. La situación de la NBA y las restricciones de viajes comenzaron a preocupar a su esposa, Jonie, quien estaba en Mississippi embarazada con su primer hijo. 

Si se detenían las Mayores, Woodruff se preguntaba, ¿podría encontrarse con ella? 

“Luego de hablar con ella, recuerdo haber pensado, ‘Necesito llegar a casa cuanto antes’”, confesó. 

Apenas pasado el mediodía en Arizona, MLB anunció la suspensión de la pretemporada y la postergación de dos semanas del Día Inaugural. Los jugadores de los Cerveceros recibieron inicialmente la instrucción de quedarse en Arizona hasta nuevo aviso. 

Eso cambió rápido. 

“Para el final del día, empezamos a enviar a los jugadores a sus casas”, dijo Stearns. “Éramos responsables por llevarlos a casa. Una cosa son los 50 muchachos del campamento del equipo grande, pero también teníamos a los jugadores de liga menor. Enviamos a cerca de 200 a casa, más unos 50-75 instructores. Se requirió de un tremendo esfuerzo colectivo para lograrlo”. 

Los jugadores internacionales presentaron un caso complicado. Un grupo de ligaminoristas de la República Dominicana y Venezuela estaba en un autobús rumbo al aeropuerto Phoenix Sky Harbor cuando tuvieron que regresar tras la noticia de la cancelación de los vuelos. Los Cerveceros terminaron alojando a más de una docena de jugadores por todo el verano en Phoenix. 

Al mismo tiempo, el prospecto venezolano de 16 años, Hedbert Pérez, estaba en la República Dominicana alistándose para viajar a Phoenix e integrarse al campamento de liga menor. Terminó quedándose allí cuatro meses, junto a otros dos jugadores. 

“No sabía cocinar mucho”, dijo Pérez. “Ahora creo que lo hago bien”. 

“La noticia de Rudy Gobert y de la NBA definitivamente fue muy importante para todos. La suspensión por parte de la NBA nos indicaba que vendría cierto período de ausencia”, dijo Counsell. “Pero no teníamos idea del tiempo ni lo que eso significaba, si nos iríamos a casa a estar junto a nuestras familias. No creo que ninguno de nosotros estuviera esperando eso. Eso es lo que recuerdo”. 

Los Cerveceros no volvieron a juntarse hasta comienzos de julio en el Miller Park, para el inicio de los campamentos de verano, así que los jugadores tuvieron que ingeniárselas para mantenerse en forma. Christian Yelich jugó en el medio de la calle junto a su hermano, tal como lo hacen de niños. El venezolano Manny Piña mantuvo sus piernas listas empujando una camioneta por la calle. Woodruff entrenó en un gimnasio en su garaje y soltó el brazo – cuidadosamente – con Jonie. También vio mucha televisión. 

“Veía la novela Days of Our Lives con mi abuela cuando era un niño y tengo que decirte, nunca pensé que volvería a verla”, dijo Woodruff. “Pero llegó la cuarentena. Ahí fue cuando empecé a aburrirme de estar en casa”. 

Para todos los jugadores alrededor del mundo, Zoom se convirtió en una herramienta esencial para el desarrollo. 

El zurdo Quintin Torres-Costa, en su casa en Hawái, colocaba su iPhone en un parque y se grababa para verse en cámara lenta mientras lanzaba hacia una malla. Ocasionalmente, les enviaba los videos a los instructores del equipo. Los Cerveceros hicieron lo posible para mantener el contacto con sus jugadores a lo largo de todo el sistema para lograr el mayor desarrollo posible, pero toda recaía en el enfoque de cada uno. 

“Era mi propio profesor. Algo así”, dijo Torres-Costa. “Hice mi investigación sobre biomecánica y me di cuenta de lo que necesitaba hacer. Para mí, se trató de valorar cada momento que estuve en la loma. Tenía la mentalidad de no tomar nada por contado”. 

Todo el mundo espera un regreso a la normalidad en el 2021. Pero esta semana, los jugadores hablaron de lo extraño que ha sido el último año. 

“En algún momento durante el proceso, sentía que había pasado mucho tiempo”, dijo Woodruff. “Pero ahora, sentado aquí un año después, siento como si hubiese sido ayer que estuvimos aquí un minuto y al próximo nos estábamos yendo”, 

¿Puede Anderson, un veterano que habla claro y de un humor seco, creer que ha pasado un año ya? 

“Sí”, dijo inexpresivo. “El tiempo no vuela durante una pandemia”.