Boleta del Salón para 2022: Temas a seguir

27 de enero de 2021

Una cadena sin precedentes de jugadores exaltados al Salón de la Fama llegó a su fin en el 2021, ¿pero será esto que durará más de un año?

Esa es la pregunta ahora que estamos en pleno ciclo de votación 2022, que comenzó el lunes pasado cuando se reveló la boleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA). Entre los candidatos hay 17 que repiten del año pasado, más 13 debutantes.

En la elección del 2021 al Salón de la Fama nadie alcanzó el 75% requerido para ser exaltado por la vía de la boleta de la BBWAA por primera vez desde el 2013. La BBWAA había seleccionado a por lo menos a dos candidatos en cada uno de los últimos siete años – un récord – enviando un total de 22 jugadores a Cooperstown en ese lapso.

Pero con la papeleta más despejada y ningún debutante con argumentos indiscutibles en este ciclo electoral, el 2021 fue una historia diferente. Curt Schilling fue quien obtuvo más votos (71.1%), sólo cuatro jugadores pasaron de 50% y apenas tres de los 11 nuevos candidatos (Mark Buehrle, Torii Hunter, Tim Hudson) se seguirán en la papeleta para el 2022 después de sacar más del 5% requerido para hacerlo.

Con todo eso en mente, presentamos un primer vistazo a los temas más importantes a seguir en la boleta 2022 de la BBWAA.

Última oportunidad para varios nombres grandes

Cuatro superestrellas están ahora en su décimo y último año de elegibilidad por la vía de la BBWAA: Barry Bonds, Roger Clemens, Schilling y el dominicano Sammy Sosa. Es la hora de la verdad: O entran, o salen de la boleta. (Los distintos comités del Salón -- conocidos anteriormente como el Comité de Veteranos -- todavía podrían ponderar sus casos en un futuro).

Sosa, quien sacó el 13.9% de los votos este año, tiene una brecha demasiado grande que cerrar. Los otros tres están mucho más cerca, pero hay serias interrogantes a su alrededor que complican su posible elección.

Luego de avanzar de manera notable en tres ciclos de votación seguidos (llegando al 70% en el 2020), Schilling subió apenas un 1.1% esta vez, quedándose a 16 votos de ser elegido. Algunos votantes han dicho públicamente que sacaron a Schilling de sus boletas por su continuo hábito de hacer comentarios ofensivos e intolerantes. Además, Schilling ahora pidió no ser incluido en la boleta del 2022, aunque no está claro en estos momentos si será aceptada su petición.

Por su parte, Bonds (61.8% este año) y Clemens (61.6%) siguen estancados. Desde que el dúo subió al 54% de apoyo en el 2017, han mejorado muy poco, perjudicados por sus vínculos con las sustancias para mejorar el rendimiento.

¿Se suavizarán las posturas de los votantes con algunos de ellos tres, basados en el hecho de que será su última oportunidad? Quizás, pero no está claro si será suficiente para marcar diferencias.

Llega A-Rod

Si creen que van a extrañar los debates del Salón de la Fama alrededor de Bonds y Clemens, no teman. Alex Rodríguez ya está aquí.

Rodríguez es el mejor jugador que se incorpora al grupo de elegibles en el 2022, y su candidatura nos promete una dinámica similar a la de esas otras dos controversiales figuras. En cuanto a números y logros se refieren, A-Rod sería una fija para entrar a Cooperstown en su primera oportunidad. Fue 14 veces al Juego de Estrellas, ganó tres premios a Jugador Más Valioso, tuvo más de 3,000 hits y 300 bases robadas, es cuarto de todos los tiempos en jonrones (696) y tiene WAR de 117.5 (Baseball-Reference), más que cualquier otro jugador no llamado Bonds en los últimos 60 años.

Pero los vínculos de Rodríguez con las sustancias para mejorar el rendimiento son claras. En el 2009, reconoció que las usó mientras estaba con los Rangers entre el 2001 y el 2003. Luego, fue implicado en el escándalo de Biogénesis, lo que resultó en una suspensión de 211 juegos impuesta por MLB que luego un árbitro redujo a 162 tras ser apelada. Por ello, Rodríguez no jugó en la campaña del 2014.

En otras palabras, el ciclo electoral del 2022 probablemente sea sólo el comienzo de una conversación prolongada sobre la candidatura de Rodríguez y su legado en el béisbol.

Big Papi entra en escena

A-Rod no es el único debutante notable. La lista de elegibles incluye a Mark Teixeira, Jimmy Rollins, Carl Crawford, Jake Peavy, Justin Morneau, Prince Fielder, Joe Nathan, Tim Lincecum, Jonathan Papelbon y Ryan Howard.

Sin embargo, el jugador con la mayor posibilidad de ser exaltado es el dominicano David Ortiz. Es un argumento obvio, ¿no? Los premios (10 convocaciones al Juego de Estrellas, siete Bates de Plata), los grandes números ofensivos (OPS de .931, 541 cuadrangulares), gestas en postemporada y legendario estatus en Boston ciertamente lucen bien. La reciente exaltación del puertorriqueño Edgar Martínez y de Harold Baines (éste último por el Comité de la Era Actual) deben de abonar el camino para un jugador que pasó la mayor parte de su carrera como bateador designado.

Del otro lado de la monada, el WAR de 55.3 de Ortiz no encandila, poniéndolo en un virtual empate con Jeff Kent (quien sigue sin mejorar mucho en la boleta). Martínez, con WAR de 68.4, necesitó de 10 años en la boleta. El WAR no es todo, por supuesto, especialmente con argumentos como las de Ortiz. Pero igual podría no sacar 75% de una vez.

¿Podrán Rolen y compañía mantener el paso?

Si bien Bonds, Clemens y Schilling se estancaron en lo alto de la boleta, otros jugadores siguen avanzando con fuerza.

Consideren el caso de Scott Rolen. El tercera base, ocho veces ganador de un Guante de Oro, ha visto su apoyo subir de 17.2% a 35.3% a 52.9% durante los últimos tres años y llegará a su quinto año de elegibilidad en una gran posición. Podría resultar exagerado esperar que Rolen entre a Cooperstown en el 2022, pero basado en lo que viene haciendo, quizás sería probable en el 2023.

Otros también van por buen camino. Todd Helton (29.2% a 44.9% en su tercer año), Billy Wagner (31.7% a 46.4% en su sexto año), Gary Sheffield (30.5% a 40.6% en su séptimo año) y Andruw Jones (19.4% a 33.9% en su cuarto año) también mejoraron bastante en el 2021 y eso podría ayudarlos en futuros procesos.