Hay más bases robadas en el 2023. ¿Cuáles equipos han impulsado eso?

25 de abril de 2023

Hubo un aumento en los robos de base por partido en la Liga de California, categoría Clase-A, entre el 2016 y el 2017. Pero no se atribuyó a ningún cambio de estrategia general en el circuito. Fue porque un equipo se volvió loco corriendo las almohadillas.

Los Lancaster JetHawks del 2017, filial de los Rockies, se robaron 326 bases, más del doble que cualquier otro conjunto de su liga y más de 100 más con respecto a su cifra de estafadas del año anterior. Los JetHawks tuvieron seis muchachos con 30 robos o más, incluyendo a los futuros jugadores de Grandes Ligas Garrett Hampson, Sam Hilliard y el venezolano Yonathan Daza. Un jardinero llamado Wes Rogers se robó 70.

“Fue especial verlo”, dice Anthony Sanders, quien era supervisor en el sistema de los Rockies en ese momento. “Definitivamente, cambió el juego”.

Sanders ahora es coach de la primera base y encargado de trabajar en el corrido de bases en unos Orioles que están ayudando a cambiar el juego a nivel de Grandes Ligas. Si bien no hay conjuntos de MLB que estén corriendo como aquellos JetHawks del 2017, una vez más estamos viendo que el aumento de la tasa de robos de la liga es atribuible a una pequeña cantidad de divisas.

Una de las principales narrativas en esta etapa inicial de la temporada del 2023 es que la base robada es el Regreso del Año. Impulsados por los límites a los intentos de tiros a las bases por parte de los lanzadores, el cronómetro de 20 segundos con corredores en circulación y las bases más grandes, la tasa estafas por encuentro ha aumentado en un 41,2%, de 0,51 por partido en el 2022 a 0,69 por encuentro este año.

Si se sostiene ese ritmo, será el mayor salto de una campaña a la otra en la historia moderna de Grandes Ligas.

Pero en realidad, es un pequeño grupo de equipos que está impulsando esa narrativa. De hecho, tras completarse la jornada del domingo, había siete conjuntos cuyas tasas de bases robadas habían disminuido en lo que va de la temporada. (Los Mellizos se robaron un solo saco en sus primeros 22 juegos. Y aunque este artículo comenzó con una referencia a un equipo del sistema de fincas de Colorado que se volvió loco, los Rockies del 2023 tienen sólo dos bases hurtadas en 24 cotejos).

Lo que ha sucedido es que algunos equipos especialmente veloces han empezado a correr, elevando así la tasa de toda la liga.

Éstos son los siete clubes que han tenido el mayor impacto en el aumento de los robos de base (todas las estadísticas hasta completados los partidos del domingo):

Que un equipo promedie incluso un robo por partido, como están haciendo Orioles, Piratas, Guardianes, Cachorros y Yankees, es algo bien significativo. Los Cerveceros del 2016 (181 robos) son el único conjunto en los últimos 10 años que lo ha hecho.

Pero los Guardianes llevan paso para estafarse 205 almohadillas. La marca de 200 se alcanzó una sola vez en el último cuarto de siglo: Los Mets del 2007 se robaron 200 bases, incluidas 78 cortesía del dominicano José Reyes, quien estaba en su mejor momento.

“Después de que vimos lo que sucedió en Triple-A el año pasado [con las nuevas reglas], nos quedó la sensación de que a veces podíamos ser un poco más agresivos”, dijo el coach de la tercera base de Cleveland, Mike Sarbaugh, quien se encarga del corrido de bases del equipo. “No queremos ser imprudentes. Pero si tenemos esa mentalidad agresiva, eso ayuda a algunos de nuestros jugadores a tener más confianza para robar bases. Creo que eso se ha visto desde el principio”

Si realmente queremos soñar en grande, tal vez los Guardianes o uno de estos otros clubes logren estafarse 250 bases, lo que no se ha visto desde que los Cerveceros liderados por Pat Listach en 1992 robaron 256. Ese equipo de Milwaukee es el único en los últimos 36 años en llegar a 250.

Antes de la implementación de las nuevas reglas, no había ninguna razón para ni siquiera pensar en esas cifras. El robo de base se quedó en el camino cuando los equipos empezaron a darle más valor a los outs y optaron por no crearse problemas corriendo.

Pero los equipos antes mencionados nos están demostrando lo que se puede lograr en este nuevo entorno.

“Tienes que contar con el personal adecuado”, dijo Sanders. “No estamos simplemente corriendo por correr. Pero la base robada para mí es parte de un béisbol ganador. Si la situación lo amerita, se aprovecha. Los managers y las gerencias deben ver el valor de esto y cómo puede cambiar el juego. Respetamos eso en Baltimore, muchísimo”.

No sorprende que ciertas escuadras estén aprovechándose de las nuevas reglas. Los Mets, por ejemplo, han utilizado a Tim Locastro con la intención de reactivar su plan de ser agresivos en las bases. Luego de 11 partidos disputados, antes de que ingresara a la lista de lesionados por espasmos en la espalda, Locastro tenía casi tantos robos (cuatro) como turnos al bate (siete).

“No puedes pararte para evitar que tomen terreno en las bases”, señaló el manager de los Mets, Buck Showalter. “Convierte a muchos muchachos, que antes no robaban, en amenazas en las bases”.

El inicialista de los Orioles, Ryan Mountcastle, encaja en ese perfil. Aunque siempre ha contado con buena velocidad, logró estafarse apenas ocho bases en sus primeros dos años en las Mayores. Sin embargo, ya suma dos en sus 21 partidos iniciales de este año.

Después tienes a jugadores que ya eran una amenaza, pero que ahora son implacables. Nico Hoerner, de los Cachorros, tiene nueve robos en 21 juegos, luego de acreditarse 20 en el 2022.

“No estoy saliendo a lo loco”, dijo Hoerner. “No siento que haya forzado nada en las bases aún. Obviamente, también confío en los bateadores que tengo detrás de mí. Creo que la cantidad de bases robadas de este año ha sido producto de que estoy dando más sencillos y posicionándome en la inicial, además de mejores oportunidades y más información”.

Como asomó Hoerner, tienes que embasarte para poder robarte una base. Para los dos equipos con las mejores tasas de robos en las Mayores hasta ahora, la mejoría que han tenido en la ofensiva ha sido vital.

El dominicano Jorge Mateo, de los Orioles, se ubica en el 99no percentil de velocidad en sprint. Por esa razón, logró estafarse 35 bases en el 2022, a pesar de contar con un porcentaje de embasarse de apenas .267. En lo que va de temporada, su porcentaje de embasarse se ha disparado a .414, lo que le ha ayudado a sumar ocho robos.

Los patrulleros centrales de los Orioles y los Guardianes también han tenido un incremento en porcentaje de embasarse. Myles Straw de Cleveland ha visto un aumento en de .291 a .349, robándose a la vez siete bases, comparado con 21 del 2022. De su parte, Cedric Mullins, de Baltimore, ha aprovechado un salto de 53 puntos en su porcentaje de embasarse (de .318 a .371) para encabezar la Liga Americana con nueve robos, tras estafarse 34 el año pasado.

“Creo que podré sumar muchos”, dijo Mullins. “Siento que probablemente habrá ajustes en la liga en algún momento. Pero cuando pase eso, nosotros también nos ajustaremos. Hay que mantener el ritmo”.

Sólo una temporada completa nos podrá decir qué tan curioso es esto. Los Guardianes, que tienen 28 robos en 33 intentos, tienen una proyección de al menos 200 robos con una tasa de éxito que sólo hemos visto en cinco equipos que se hayan estafado al menos esa cantidad de bases desde 1992.

Sin embargo, los Guardianes han establecido un patrón de éxito en los últimos años. Se ubicaron de terceros en Grandes ligas en el 2022 tanto en robos (119) como en tasa de éxito (81.5%), y ahora están con una alineación bien similar, así que particularmente ellos comenzaron la campaña bien posicionados para aprovechar las nuevas reglas.

“Se trata de lo mismo que hemos hecho en el pasado, pero con más agresividad”, señaló Sarbaugh. “Y cuando tienes un club más joven, eso también influye. Cuando tienes a un grupo joven que está intentando establecerse en las Mayores, tienes una mentalidad más agresiva. Los Orioles están en ese mismo club”.

Cierto. Los jugadores de posición de los Guardianes y de los Orioles se ubican entre los cinco conjuntos más jóvenes en MLB en promedio de edad. El ascenso de los Cachorros ha sido alimentado por Hoerner, de 25 años. El de los Piratas ha sido en gran parte por el novato de 23 años, Ji Hwan Bae, quien lleva cinco robos. Los Atléticos suman nueve robos combinados entre el dominicano Esteury Ruiz y Connor Capel – ambos novatos. De su parte, Anthony Volpe, de 21 años y también en su primer año en la liga, suma ocho estafadas.

Claro, aún falta mucho para que un equipo de MLB pueda igualar lo que hicieron los JetHawks del 2017. Pero, con las nuevas reglas en vigencia, podemos ir recalibrando nuestros cerebros para ver un número de robos similar a ése a nivel de Grandes Ligas.

“Muchas cosas comienzan en las menores, con el desarrollo de jugadores”, señaló Sanders. “No es fácil enseñar a los que ya están en las Mayores a adaptarse, teniendo en cuenta lo corto de la pretemporada. Pero sí funciona. Hay diferentes técnicas y formas de robar bases. Estoy contento, porque esta organización nos anima a eso”.