La etiqueta de mejor lanzador de G.L. ya no le pertenece a Kershaw. ¿Quién lo será ahora?

9 de mayo de 2018

Hay cosas en las que se supone uno puede confiar, incluso en un mundo tan cambiante. El sol va a salir. La gravedad nos mantendrá conectados al piso. Siete por cinco son 35. El chocolate es una cosa maravillosa. Y es el mejor pitcher de todo el béisbol.
Por eso es tan extraño, casi surrealista, decir lo siguiente: Por primera vez en mucho tiempo, Kershaw no es el mejor pitcher sobre la Tierra.
Kershaw tiene apenas 30 años y viene de una temporada fantástica en la que encabezó la Liga Nacional en efectividad por quinta vez y por poco gana su cuarto Premio Cy Young. Entonces, nadie está sugiriendo que ya no pertenece a la élite de los abridores ni que no volverá a ocupar el trono más adelante.
Pero algo ha cambiado.
Durante siete temporadas, del 2011 al 2017, Kershaw fue el mejor lanzador del béisbol. Eso no significa que haya sido el mejor pitcher cada temporada. fue mejor una campaña. estuvo probablemente por encima un par de años. dejó una huella mucho más profunda en la postemporada.
Pero ser mejor por un año o dos, o en los playoffs, es diferente. Kershaw era el mejor. Punto. Es como en golf o tenis. Tiger Woods y Roger Federer no ganaban cada semana, y llegaron a pasar muchas semanas sin ganar, pero eran los mejores y todo el mundo lo sabía. Kershaw era un caso parecido. En esas siete temporadas, tuvo récord de 118-41 con 2.10 de efectividad, ganó tres veces el Cy Young y encabezó la Liga Nacional en al menos una categoría importante cada año.

Pero es difícil argumentar que el as de los Dodgers siga siendo el mejor serpentinero de las Mayores. En una temporada en la que todo le ha salido mal a Los Angeles, Kershaw ha lucido humano, permitiendo siete jonrones en 44 innings, y con una efectividad de 2.86 y un FIP de 3.72 bien por encima de sus típicos números. Y sobre todo, están las lesiones. Ahora está en la lista de incapacitados con tendinitis del bíceps, y ésta será la tercera temporada corrida en la que pierde tiempo considerable por problemas físicos. Kershaw ha lucido sensacional cuando ha estado sobre la loma, pero lanzó sólo 149 entradas en el 2015 y 175 la temporada pasada. Es difícil ser el más grandioso de todos cuando no estás en el montículo.
Pero la razón más importante para que Kershaw esté siendo destronado es el impresionante ascenso de dos lanzadores, ambos mayores que él quienes nadie esperaba pudiesen sobrepasarlo.
En el 2011, el año en el que Kershaw se dejó sentir por primera vez, Max Scherzer tuvo 4.43 de efectividad por los Tigres, y lo que se decía en el mundo del béisbol era que nunca alcanzaría su potencial. Y no era un muchacho. Ya para esa campaña, Scherzer tenía 26 años.
Scherzer mejoró al año siguiente, encabezando la Liga Americana en ponches por cada nueve innings. Pero nadie ha podido saber en ese momento lo que vendría.

tenía 25 años en el 2011, temporada que pasó en ligas menores salvo por tres juegos en septiembre. El año siguiente abrió 12 duelos a nivel de Grandes Ligas, terminando con marca de 2-5 y 5.14 de efectividad. En el 2013 le dieron una nueva oportunidad, y aunque lanzó mejor, tampoco fue nada del otro mundo. Al igual que con Scherzer, nadie podía imaginarse lo que le depararía el futuro.
Scherzer se convirtió en un lanzador dominante en el 2013, de golpe y gracias a su entrega. Ese año terminó con 21-3 y 3.90, siendo líder de la Liga Americana en WHIP, suficiente para ganar el Cy Young. Al año siguiente fue igual de bueno. Cuando Washington lo firmó por aquel dineral en el 2015, muchos pensaron que se trataba de un error, que sus buenos años en Detroit fueron cosa más bien del momento y que no envejecería bien. Bueno, Scherzer ha ganado el Cy Young de la Nacional las últimas dos campañas.
Kluber ascendió a la cima en el 2014, año en el que ganó el Cy Young. En el 2015 encabezó la Liga Americana en derrotas, lo que puso a muchos a preguntarse si lo del 2014 no había sido un buen año y nada más, pero en realidad lanzó bien en gran parte de la temporada. En el 2016 terminó tercero en la carrera por el Cy Young y el año pasado se lo llevó por segunda vez.

Tanto Kluber como Scherzer ha tenido tremendos inicios del 2018.
Y ahora mismo, hay que reconocer que ambos tienen más argumentos que Kershaw para ser nombrado como el mejor pitcher de Grandes Ligas. Ambos han elevado su juego de forma extraordinaria. Y Kershaw no puede mantenerse saludable.
Oh, y si Justin Verlander sigue lanzando como lo ha venido haciendo, habrá que incluirlo en la conversación. Lo mismo pasa con Chris Sale, quien todos los años llega cerca pero no ha terminado de ganar un Cy Young.
De verdad es algo extraño. Kershaw ha sido el mejor de todos por tanto tiempo que uno ya ni lo pensaba.
Pero el mundo parece estar moviéndose. Y sobra decir que Kershaw puede volver más fuerte que nunca, lanzar como siempre lo ha hecho y retomar el trono.
Claro que ése es el punto: Kershaw tendría que recuperar la corona. Porque, por los momentos, ya no le pertenece.