Stargell tenía un poder temible y legendario

6 de marzo de 2022

Cuando Willie Stargell enfrentaba a un pitcher, no solo era capaz de batearle, “también le quitaba su dignidad”.

La frase es de Don Sutton, miembro del Salón de la Fama, quien enfrentó a Stargell 165 veces. Stargell, nacido el 6 de marzo de 1940 y quien hubiese estado celebrando sus 82 años un día como hoy, conectó ocho jonrones, seis dobles y sumó 21 empujadas de por vida contra el derecho, incluyendo la postemporada. Además bateó dos monstruosos vuelacercas contra un par de compañeros de Sutton en L.A., dos de los seis batazos que han salido por completo de Dodger Stadium:

Pero Stargell, quien pegó 475 cuadrangulares de por vida, no tenía estadios preferidos. Bateó en jonrón más largo en la historia del Veterans Stadium, una majestuosa conexión de 450 pies que los Filis marcaron con una estrella dorada.

Stargell también bateó el que probablemente es el palazo más largo jamás dado en el Olympic Stadium de Montreal, un batazo estimado de 535 pies contra los Expos en mayo de 1978. El pitcher Wayne Twitchell lo comparó con una “bala rastreadora”. “Se podía escuchar cuando pegó en el segundo nivel. Quedé en shock”, dijo Twitchell.

Al igual que en Filadelfia, en Montreal le rindieron honores al batazo pintando de dorado la silla donde pegó la pelota. Adicionalmente, los Expos le regalaron al slugger un sitio para guardar sus impresionantes conexiones en su viejo hogar, el Jarry Park Stadium. Stargell solía mandar batazos hasta la piscina pública ubicada detrás de la cerca del jardín derecho. La alberca fue incluso rebautizada informalmente como “La piscina de Willie”.

En los estadios de sus equipos, Stargell fue uno de los pocos que mandaron un batazo hasta el nivel superior del Three Rivers Stadium. Y de las 18 pelotas que pasaron por encima del techo de 86 pies de altura en el jardín derecho del Forbes Field (1909-70), el zurdo bateó siete de ellas. Babe Ruth lo hizo una vez, con su 714to y último bambinazo en 1935. Aquí pueden ver lo lejos que hay que mandar una bola para superar ese techo:

Willie (o Wilver, como lo llamaba Vin Scully) también bateó siete en postemporada, donde dejó un OPS de .871, ganando dos anillos de Serie Mundial.