La postemporada hace relucir la campaña de revelación de Adolis

6 de octubre de 2023

ST. PETERSBURG -- Adolis García lo supo de inmediato. Se detuvo y miró fijamente cuando la pelota salió de su bate, viéndola volar a una distancia proyectada por Statcast de 416 pies hacia las gradas del jardín izquierdo del Tropicana Field. Luego miró hacia el dugout de los Rangers, tiró su bate y se golpeó el pecho antes de recorrer las bases.

El bate seguía rebotando junto al círculo de espera cuando el cubano empezó a trotar hacia la inicial.

En la parte alta de la cuarta entrada de la victoria por 7-1 de los Rangers sobre los Rays el miércoles, que cerró la Serie de Comodines de la Liga Americana, el cuadrangular solitario de García rompió un empate 0-0 y abrió de golpe las compuertas para que el aluvión ofensivo de Texas completara el desmantelamiento de un club de Tampa Bay que venía de ganar 99 juegos.

“Creo que eso nos puso en marcha”, dijo el manager Bruce Bochy. “Al principio, tuvimos algunos buenos turnos, algunos outs difíciles, y no pudimos empujar a los corredores. Parecía que ese batazo fue lo que realmente nos encendió, y la adición de tres carreras más allí ... Se necesita algo así para poner a andar una ofensiva, y lo hizo hoy para nosotros”.

En los últimos tres años, se ha convertido en algo habitual en Texas: las jugadas que merecen destacarse en outfield y los largos cuadrangulares de García. Y ahora, los ba flips y las flexiones del dos veces All-Star de la Liga Americana tienen por fin la oportunidad de brillar en la postemporada.

“El Bombi, hombre”, dijo el primera base Nathaniel Lowe. “El Bombi es especial. No es realmente una sorpresa para nadie aquí. Tenemos la oportunidad de ver el espectáculo todos los días jugando con él, y ver lo duro que trabaja, y como ha perfeccionado su oficio una y otra vez. A través de los altibajos o los ponches o los outs, sabemos que va a haber grandes batazos y emoción”.

Y Bochy sabía lo importante que sería García para el éxito de este equipo desde el principio.

Había muchas cosas que impresionaron a Bochy sobre García cuando fue nombrado mánager de los Rangers en noviembre de 2022. Pero en una alineación con los ganadores del Bate de Plata Corey Seager, Marcus Semien y Lowe, es fácil ver por qué García -- a pesar de su poder -- podría perderse entre la multitud.

El coordinador ofensivo de los Rangers, Donnie Ecker, tenía pensamientos similares cuando se unió al club después de la campaña del 2021. Aunque García era un jugador de calidad en las Grandes Ligas y un All-Star antes de la llegada de Ecker, éste sabía que había un potencial sin explotar.

“Lo primero que me vino a la cabeza cuando vi a Adolis fue una especie de pregunta fundacional: ‘¿Qué puede ser posible para este muchacho?’” recordó Ecker. “Veías la capacidad física para dejar una huella en el béisbol, la capacidad de conseguir que mucha gente le siguiera como un ser humano especial. Así que esa cuestión fundamental – pienso en todos, pero en particular en Adolis – era planificar el juego un poco mejor, ayudarle a moverse mejor. Es genial ver el año que está teniendo”.

El jugador en que se ha convertido García no es lo que se esperaba de él. Sigue teniendo poder y un bate hábil: 39 jonrones y 107 carreras impulsadas esta temporada. Eso es obvio, pero ahora es mucho más.

La sabiduría convencional del béisbol afirma que es difícil -casi imposible- enseñar a controlar la zona de strike. Algunos tienen mejor vista que otros. Ecker personalmente no suscribe lo que dice la sabiduría convencional del béisbol. 

Así que Ecker, junto con sus compañeros coach de bateo Tim Hyers y Seth Conner, han trabajado con García para darle la vuelta a esa idea.

“Realmente no nos importa lo que piensen los demás sobre esas cosas”, aseguró Ecker. “Creemos que todo es entrenable, todo es entrenable. Así que nunca vamos a decir que no creemos en eso. Él ha aprendido a simplificar su planificación del juego basado en ciertos lanzadores y, para su crédito, trabajó en la temporada baja en eso. Nunca vamos a pedirle a un jugador que haga algo que no está dispuesto a entrenar, así que es realmente crédito suyo por querer llevar su juego como bateador a un nivel completamente diferente”. 

No es una navegación completamente suave, y García todavía expande la zona a veces. Y aunque 175 ponches en la temporada regular no son lo ideal, sigue siendo menos que en el 2021 (194) y 2022 (183). Sobre todo, está claro que García se ha convertido en un jugador más completo este año.

En sus primeras dos campañas con los Rangers, García se ubicó en el 20 por ciento inferior de las Mayores tanto en boletos como en ponches. Este año, su índice de pasaportes se ha disparado hasta el percentil 74. Su tasa de persecución estaba en el noveno percentil en el 2022. Ahora se encuentra justo por debajo de la media de la liga en el percentil 41.

Este año, García registró el mayor número de bases por bolas de su carrera con 65, 25 más que en el 2022 en ocho juegos menos, y logró el mejor porcentaje de embasarse de su carrera con .328.  

Lo ha hecho mientras mantiene su poder, estableciendo topes personales en cuadrangulares e impulsadas y haciendo contacto de forma más consistente que antes.

“Creo que es justo decir que esas cosas tienen sus retos”, explicó Ecker. “Pero no empezamos pensando que iba a ser fácil. Empezamos diciendo: ‘¿Cuál es el siguiente paso para Adolis García? Cuando la liga se preparaba para Adolis García en el 2020, o  2021, decían: ‘Tiene mucho poder, pero lánzale una bola rompiente en la zona y trata de que haga swing a pitcheos fuera de la zona. No tomará boletos”.

“Se trataba de retar a Adolis para que llevara su juego como jugador en Grandes Ligas a otro nivel”. 

García admitió que no fue precisamente fácil cambiar el plan de juego como lo ha hecho, pero es algo a lo que se dedicó en la temporada baja y en los entrenamientos de primavera. Encontró una manera de controlar la zona de strike y manejar sus decisiones a la hora de hacer swing a través de la repetición constante y el enfoque.

“Es algo nuevo en mi plan de juego, en mi forma de ser y de jugar”, contó García. “Todo es diferente, así que tengo que prestar más atención a todo en el juego: los lanzadores, cómo trabajan, cuántos boletos dan, todas esas cosas. Todo eso me ha ayudado un poco”.

Al observar el tipo de jugador en el que se ha convertido García, Ecker cree que no hay comparación real, especialmente cuando se tiene en cuenta su trayectoria desde Cuba hasta ser designado para asignación y cambiado por los Cardenales, todo ese largo camino hasta convertirse en una estrella con los Rangers.

Hay muchos peloteros que han florecido tarde y se han convertido en superestrellas. Pero no hay ninguno como García y lo que ha significado para los Rangers en un corto período de tiempo.

Bochy, un hombre de 68 años que podría considerarse un manager de la vieja escuela, cree que García juega con tanta pasión y energía que inspira a todos a su alrededor con sólo estar allí. 

“Ha pasado por mucho para llegar a Texas y tener esa oportunidad”, agregó Ecker. “Así que creo que es favorable para él que no estemos tratando con un muchacho al que se le ha dado todo. Cuando llegamos, ya había tenido un año bastante bueno, pero pasó por muchas cosas diferentes. Así que no creo que haya nadie en el juego con quien pueda comparar a Adolis”.

Pase lo que pase, incluso como la estrella en la que se ha convertido, García sólo quiere hacer todo lo posible para ayudar a los Rangers a ganar y llevarlos a conquistar su primera Serie Mundial. Tiene la capacidad de convertirse en la próxima gran superestrella de postemporada de las Grandes Ligas.

Y es fácil ver su visión.

“Tienen que lanzarle a alguien”, dijo García con una sonrisa.