La recta cortada de Mariano fue un “accidente”

18 de julio de 2019

Es considerado por muchos como el mejor pitcheo en la historia del béisbol, pero la famosa recta cortada del panameño Mariano Rivera inicialmente pudo llevarlo al final de su entonces corta carrera antes de que realmente se convirtiera en un arma eficaz.

En Full Account de MLB.com le estamos dando un vistazo a la vida de Rivera, incluyendo la repentina aparición de su cutter en 1997 y cómo ese envío lo ayudó a convertirse en el cerrador más dominante de la historia.

Al escuchar a Rivera hablando del arribo inesperado de su recta cortada, está claro que al principio lo impredecible del pitcheo lo asustaba un poco.

Rivera había sido el cerrador de los Yankees por dos meses en 1997 cuando él y su compañero y compatriota Ramiro Mendoza salieron un día al terreno a hacer algunos lanzamientos el uno al otro. Rivera le hizo un envío a Mendoza, que quedó sorprendido con el repentino movimiento de la bola justo antes de llegar a su guante. Mendoza le dijo a Rivera que dejara de jugar, pero Mariano no estaba jugando.

Rivera insistió en que estaba tirando la pelota como siempre lo había hecho, sólo que la bola no viajaba derecho. Mendoza vio como los siguientes pitcheos de su amigo hacían el mismo movimiento, lo que hacía difícil atrapar la bola. Entonces Mendoza decidió que no quería seguir lanzando, por miedo a lesionarse.

Mendoza no era el único intimidado por el pitcheo.

“Yo estaba petrificado”, recordó Rivera. “Los cerradores tienen que saber hacia dónde va la bola, a dónde vas a tirar el pitcheo, qué va a hacer la pelota. Tienes que tener control de todo eso. Yo no tenía control de nada. No dominaba el pitcheo”.

Rivera, que hasta entonces había dependido de una recta de cuatro costuras y una slider, buscó la ayuda del coach de bullpen Stottlemyre y el coach de bullpen Mike Borzello. El trío llegó temprano a Tiger Stadium, antes del juego de los Yankees esa noche en Detroit.

“No queríamos que la bola se moviera, porque no la controlaba”, dijo Rivera. “Hicimos todo lo que teníamos en nuestro poder, todo lo que sabíamos. Mel me decía, ‘Mariano, tírala así y la bola no debería moverse nunca, va a ir derecho’. Y en lo que yo la tiraba, era aún más duro. Se movía todavía más”.

Más tarde aquella noche, Joe Girardi, para entonces receptor de los Yankees, caminó hacia el montículo luego de que el cerrador lanzó sus primeros pitcheos.

“Viene hacia el montículo y me dice, ‘Lanza la bola derecho’”, recordó Rivera. “Y le dije, ‘Hermano, la estoy lanzando derecho, Joe, pero no sé qué está pasando. Atrápala porque no sé hacia dónde va la pelota”.

Tenía sentido que Rivera estuviese preocupado por la repentina pérdida del control de su recta. Es fácil olvidarlo, pero 1996 fue probablemente el año más dominante de su carrera. Lanzando sin su cutter, Rivera terminó tercero en la carrera por el Cy Young de la Liga Americana después de dejar 2.09 de efectividad en 107.2 innings, ponchando al 30.6% de los bateadores que vio.

Por supuesto, Rivera aprendió a dominar la cutter, convirtiéndola en la pieza angular de su carrera. Pero incluso después de tener ya uno o dos años dominando con ese pitcheo, había gente que le seguía aconsejando que refinara otros envíos. Era imposible que pudiera sobrevivir toda su carrera con un solo lanzamiento, ¿verdad?

“Un hombre muy sabio una vez me dijo esto. Se llama Whitey Ford,” elaboró Rivera. “Me dijo, ‘Mariano, no trates de cambiar la forma en la que estás haciendo out a alguien. Así lo saques outs 20 veces de la misma manera, no cambies. Haz que se ajuste. Haz que cambie su manera de batearte. Porque si no lo hace, ¿para qué vas a cambiar tu?’ Eso me quedó en la menta y en el corazón, en el alma. Hoy lo sigo recordando. ¿Por qué tengo que cambiar algo que está funcionado? ¿Por qué?”.

“Desde ese momento y hasta el día en el que me retiré, lancé el mismo pitcheo”.

Para saber más sobre la cutter de Rivera y los primeros años de su carrera en las Mayores, escucha el Episodio 3 de la serie de podcast Full Account de MLB.com dedica al miembro del Salón de la Fama.