Los juegos más cortos brindan beneficios más allá del terreno

17 de mayo de 2023
(Illustration by Benjamin Marra for MLB.com)

Cuando el equipo de béisbol de su papá gana un partido en casa, para Kyler Woodruff, es hora de jugar.

Kyler, de dos años, es hija del lanzador de los Cerveceros Brandon Woodruff, y se ha convertido en una presencia fija en el clubhouse local de Milwaukee después de las victorias, haciendo tiros a la canasta en la máquina de juego de baloncesto con sus “tíos” -- los dominicanos Willy Adames y Freddy Peralta.

“Entró, agarró un balón y Willy lo picó”, dijo Woodruff. “Con eso bastó. Ahora lo único que quiere hacer cuando viene al juego es tirar el balón con Willy. Mi esposa me manda mensajes de texto antes del juego diciendo, ‘Más les vale ganar. Kyler quiere entrar al clubhouse’”.

Antes del reloj del pitcheo, las visitas de niños como Kyler al clubhouse no eran muy comunes. Pero una nueva era de juegos más breves ha permitido que los familiares de los jugadores de Milwaukee se unan a las celebraciones después de los partidos.

“Nunca tenían la oportunidad de hacer eso antes, con los juegos largos, especialmente si era un partido (que empezaba a) las 7:10”, dijo Woodruff. “Fácilmente esos juegos terminaban a las 10 o 10:30”. 

En toda la liga, los jugadores están cosechando los beneficios de partidos más cortos gracias al reloj del pitcheo, que ha reducido el tiempo muerto y logrado que el deporte vuelva a sus ritmos de antaño. En promedio, un juego de nueve entradas en la actualidad es 26 minutos más corto comparado con el promedio de toda la temporada del 2022 -- y ese tiempo se suma en el transcurso de 162 choques.

Debido a la exigencia del juego y cuándo se disputan los partidos, el béisbol profesional siempre será un empleo inusual con horarios extraños. Pero reducir el número de juegos de tres horas y media (solamente ha habido cuatro que han durado tanto esta temporada, uno de los cuales fue el duelo del lunes entre los Mellizos y Dodgers que duró 12 innings, después de que hubo 361 en el 2022) les da a los jugadores y a los coaches un respiro de ese trote.  

“Ahora te sientes como una persona que trabaja en el béisbol”, dijo el manager de los Mellizos, Rocco Baldelli, “y no una criatura de béisbol que de vez en cuando pone pie en su casa”.

Más allá de la reducción obvia en el tiempo promedio de los partidos, lo que ha hecho el cronómetro es reducir las diferencias en los horarios de los partidos. El béisbol sigue siendo único entre los principales deportes profesionales en que un reloj no dicta el final del juego, pero el límite entre lanzamientos ha hecho que sea más predecible el tiempo que vas a dedicar a ver, asistir o jugar un partido de Grandes Ligas.

“Ahora de verdad, se puede hacer planes para cenar”, dijo el relevista de los Nacionales, Carl Edwards Jr. “Estuvimos en Colorado, y yo y otros cuatro jugadores pudimos ir a cenar (en una churrasquería) que hubiese estado cerrada. Creo que lo mejor es que podemos cenar en familia – la familia del equipo y luego si tu familia está en la ciudad también”. 

Agregó el tercera base de los Rojos, Spencer Steer: “Ha sido agradable. Cuando tengo familia visitando, he podido verlos después de los juegos, a diferencia de salir de aquí a las 11 u 11:30 y no tener oportunidad de verlos”.

El jardinero de los Mets, Mark Canha, le dijo a ESPN que su beneficio favorito del reloj del pitcheo es que no tiene que apresurarse a llegar al garaje cerca de su apartamento antes de que cierre a la medianoche.

Aunque las cenas poco después de los partidos, las visitas de niños al clubhouse y más tiempo para entretenerse (“Tengo más tiempo de noche, entonces juego más PlayStation y veo más películas”, dijo el intermedista dominicano de los Nacionales, Luis García) mejoran el balance de trabajo/vida cotidiana, el cronómetro del pitcheo también tiene el potencial de mejorar la vida del pelotero.

Algunos jugadores están siguiendo el consejo de especialistas de descanso y aprovechando que el horario se mueva más rápido para dormir a una hora más consistente que la que tenían antes.

“Antes, llegabas a casa, te relajabas, y de repente eran la 1 o 2 a.m.”, indicó el relevista de los Medias Blancas, Jimmy Lambert. “Entonces, se trata más de poder relajarse y acostarse a una hora más razonable”.

El descanso adecuado es vital para la recuperación de un atleta, especialmente en un deporte que se juega prácticamente todos los días. Y con los partidos terminando más temprano, los peloteros han podido dedicarles más tiempo a otros aspectos de su plan de recuperación.

“Este deporte es sumamente rotacional y exigente, tanto corriendo y lanzando como bateando”, explicó el jardinero de los Mellizos, Trevor Larnach. “Haces todos esos movimientos y si haces uno varias veces, tu cuerpo podría alinearse de cierta manera después del partido. Entonces, quieres enderezar todo antes de irte a dormir. Para mí, se trata más de poner mis caderas y pelvis otra vez en su lugar. Me siento tan cansado o desgastado en esa parte, que me debo enfocar ahí”.

Para los relevistas, que comienzan a prepararse física y mentalmente en la cuarta o quinta entrada para un posible accionar en el partido, los innings más rápidos podrían favorecerlos mentalmente, como lo indicó el zurdo de los Cerveceros, Hoby Milner.

“La cantidad de ‘tiempo de ansia’ en el bullpen se reduce bastante”, señaló Milner. “Hay menos estrés en el bullpen. Te sientes en un mejor estado durante la temporada y probablemente se note la diferencia más adelante”.

Si el descenso en el promedio de tiempo de los partidos sigue así, serán más de 60 horas menos que los jugadores de posición estarán en el terreno durante una campaña.

“Le agregará otros dos años a mi carrera”, declaró el receptor venezolano de los Reales, Salvador Pérez, casi bromeando.

Ése es un tema para tener en mente a largo plazo.

Pero por ahora, lo que es seguro es que el cronómetro ha reducido dramáticamente la cantidad de tiempo de un choque, y como resultado, ha progresado con rapidez la jornada de los que juegan.

“Cuentas con una mejor versión de cada jugador cuando llega al estadio”, dijo Baldelli. “Un partido de dos horas y media simplemente es una experiencia diferente. Hay una gran diferencia en cómo te sientes tras un encuentro de tres horas y media. Y pienso que todos se sentirían diferente sobre sus trabajos -- especialmente si te exige físicamente -- si podrías hacer la misma cantidad de trabajo en menos tiempo. Te puedes enfocar mejor y te sientes mejor. Me ha encantado”.

Por supuesto, es posible que a Kyler Woodruff le encante más.

“La puedo llevar al cuarto de atrás por un dulce”, dijo su padre. “Me hace sonreír; todos sonríen cuando entran los niños. Es mi parte favorita de estos partidos más cortos”.