Los Gigantes de 1978 ganaron 42 juegos por margen de una carrera, un récord que ningún otro equipo ha podido igualar. Se trata de un dato interesante, dado lo que están haciendo los Marineros ahora mismo en el Oeste de la Liga Americana.
La novena de Seattle amaneció el miércoles en el primer lugar de su división con ventaja de un juego sobre los campeones Astros. Houston ha anotado 130 carreras más que sus oponentes esta temporada. Los Marineros han superado a sus contrincantes por apenas 25.
¿Cómo es posible? Como ya sabemos, los Marineros han ganado 21 juegos definidos por una carrera, más que cualquier otro equipo en este momento, y están en posición de romper el récord de los Gigantes. A la vez, los Astros han tenido resultados pésimos en dichos juegos.

Récords en partidos decididos por la mínima
Seattle: 21-9
Houston: 6-12
¿Qué explicación hay? ¿Cómo es posible que un equipo que ha sufrido tantos golpes como los Marineros se esté creando leyenda en juegos decididos por una carrera mientras que a los campeones reinantes les va mal en partidos apretados?
Resulta que, históricamente, ese tipo de juegos suele desafiar las explicaciones.
¿Qué tan importante son los choques definidos por una carrera? Por más de 100 años, los dirigentes han dicho que son claves.
"El equipo que gana dos tercios de los juegos decididos por una carrera suele llevarse el banderín", dijo Pete Rose.
Eso quizás sea una exageración, pero es cierto que buenos resultados en partidos definidos por la mínima pueden generar milagros. Tomemos a los Mets de 1969 como ejemplo. No se esperaba nada de ellos. Venían de terminar en el noveno lugar en 1968 y siempre terminaban últimos o penúltimos en una liga de 10 equipos. Esa temporada, los Mets ganaron 41 juegos decididos por una carrera y sumaron un total de 100 victorias. Terminaron coronándose en la Serie Mundial.
Donde hay un equipo sorpresa, suele haber un récord insólito en juegos definidos por margen de una carrera. Los Medias Blancas de 1959 tuvieron foja de 35-15 en dichos partidos. Los Patipálidos del 2005 que ganaron la Serie Mundial también ganaron 35 juegos esa temporada por la mínima. Los Padres de 1984, los Atléticos del 2002 y los Marlins de 1997 son otros ejemplos.

Entonces, la pregunta es la siguiente: ¿Cómo se tiene éxito en juegos con margen de una carrera?¿Cuál es el secreto? ¿Existe una fórmula? ¿Gran pitcheo? ¿Un bullpen dominante? ¿Defensa estupenda? ¿Hacer las cosas pequeñas? ¿Un dirigente inspirado? ¿La química del equipo? ¿La habilidad para jugar la pelota pequeña? ¿Suerte?
Desafortunadamente, no se sabe.
El estadístico e historiador Bill James, quien ha estudiado el fenómeno, concluyó que en los juegos definidos por la mínima incide mucho la suerte.
Es cierto. Entre más reñido el partido, más volátiles son las posibilidades. Obviamente, hay fluctuaciones, pero cuando analizas los mejores equipos en la historia, se ve una gran diferencia entre su foja en juegos por margen de una carrera y los demás partidos.
La siguiente lista demuestra ese punto:
Yankees de 1927
Una carrera: 24-19 (.558)
Dos carreras o más 86-25 (.775)
Yankees de 1939
Una carrera: 22-15 (.595)
Dos carreras o más: 84-30 (.737)
Dodgers de 1955
Una carrera: 21-19 (.525)
Dos carreras o más: 77-36 (.681)
Yankees de 1961
Una carrera: 29-21 (.580)
Dos carreras o más: 80-32 (.714)
Rojos de 1975
Una carrera: 32-20 (.615)
Dos carreras o más: 76-34 (.691)
Mets de 1986
Una carrera: 29-20 (.592)
Dos carreras o más: 79-34 (.699)
Yankees de 1998
Una carrera: 21-10 (.677)
Dos carreras o más: 93-38 (.710)
Cachorros del 2016
Una carrera: 22-23 (.489)
Dos carreras o más: 81-35 (.698)
Los Cachorros del 2016 son el mejor ejemplo. Fue un equipo dominante. Su marca de 103-58 es la mejor de cualquier escuadra que ha ganado la Serie Mundial en esta década. Pero tuvieron un récord perdedor en juegos decididos por una carrera. Eso demuestra lo impredecibles que son esos partidos.
¿Y qué tal los equipos con marcas llamativas en juegos decididos por la mínima? ¿Tendrán algo en común?

Aquí tenemos los 10 equipos con los mejores récords en compromisos definidos por una carrera desde la Era de la Bola Muerta:
1. Rangers del 2016: 36-11
2. Orioles del 2012: 29-9
3. Orioles de 1981: 21-7
4. Orioles de 1970: 40-15
5. Indios de 1954: 32-13
6. Senadores de 1925: 27-11
7. Rojos de 1961: 34-14
8. Rojos de 1940: 41-17
9. Reales de 1980: 29-12
10. Medias Rojas de 1986: 24-10
Lo único que se nota es que nueve de esos equipos clasificaron para la postemporada. (La excepción son los Orioles de 1981, pero ese año hubo huelga.) De los nueve, solamente los Orioles de 1970 volvieron a los playoffs la temporada siguiente.
Volvemos entonces al tema de Seattle. No está claro por qué los Marineros han tenido tanto éxito en partidos reñidos. El bullpen no ha maravillado. Se encuentran en el séptimo lugar en la Liga Americana en carreras anotadas. La defensa está por debajo del promedio. Su superestrella, el dominicano Robinson Canó, se encuentra suspendido.
Pero están jugando mejor en momentos apremiantes. Es así de simple. El equipo tiene un promedio colectivo de .259. Nada del otro mundo. Pero en situaciones apremiantes batean .289. Se trata de una diferencia enorme.
Quizás eso no sea sostenible. Pero eso mismo se decía sobre los Mets de 1969. En 162 juegos pueden pasar muchas cosas descabelladas.