Buck Showalter y sus Orioles amanecieron el jueves con 29 derrotas, en el sótano de la División Este de la Liga Americana. Los Yankees y los Medias Rojas, bien acomodados en la cima, se levantaron con 28 y 29 triunfos, respectivamente. Los Orioles finalmente empezaron a batear el pasado fin de semana. Pero ya tienen 29 reveses. Los Yankees y los Medias Rojas no van a desaparecer. Y desafortunadamente para los Orioles, parece que ellos no van para ninguna parte.
"Hay muchas interrogantes en nuestro clubhouse", dijo Showalter esta semana. 
Luego añadió lo siguiente: "Yo siempre pienso que estamos a una buena semana (de ponerse en la pelea). Pero eso significa que estamos a una semana en una división en la que los Yankees y los Medias Rojas han perdido los dos el mismo día una sola vez en toda la temporada".
Showalter, quien llegó a Baltimore y cambió la cultura beisbolística allí, dirigió a los Orioles durante un lapso de cinco años en los que ganaron más juegos que cualquier otro equipo del Este de la Americana, incluyendo a los grandulones en Boston y Nueva York. Pero nunca llegaron a la Serie Mundial. Cuando parecía que iban a lograrlo, en el 2014, chocaron con los Reales y fueron barridos en la Serie de Campeonato. Y ahora aquí andan, en medio de una situación bien complicada, atrapados entre el pasado reciente y un futuro incierto.
Puede que cambien a Manny Machado, uno de los mejores jugadores de pelota de la Tierra, antes de que se convierta en agente libre llegado el invierno. Esperan por Zach Britton, uno de los mejores cerradores cuando está saludable, para que vuelva a lanzar en junio. Pero lo que podrían terminar haciendo con Britton es prepararlo para que termine jugando en otro lado.
Jonathan Schoop ha estado lesionado esta campaña. Mark Trumbo también. Chris Davis, a quien le dieron un contrato de US$161 millones, batea .173 y los Orioles han tenido que sentarlo ante zurdos. Adam Jones, una de sus estrellas por mucho tiempo, también es elegible a la agencia libre y sigue siendo muy buen jugador, pero ya no es el de antes. Chris Tillman solía ser su mejor abridor, pero ahora tiene efectividad de 10.00 y está en la lista de lesionados por problemas en la espalda.
Quedan 120 juegos por disputar, pero por ahora, los Orioles no aparecen.
"Algunas veces uno siente como que ya no sabemos quiénes somos", dijo Buck. "Ni quiénes éramos".
Nick Markakis se fue hace tiempo. Matt Wieters también partió. J.J. Hardy, un ganador de aquellos días en los que los Orioles ganaban, se fue. Machado se está yendo. Y Britton también, probablemente.
El cuerpo de abridores, de hecho, ha lucido mejor últimamente. Pero incluso cuando la fortuna les sonríe a los Orioles, ven hacia lo alto de la tabla de posiciones en su división, allí donde solían estar ellos, y lo que ven es a los Medias Rojas y los Yankees, con los Azulejos justo detrás.
"Es duro quedarse atrás en esta división", reconoció Showalter. "Y eso es viendo las cosas con cierto optimismo".
Le pregunté entonces cómo hace para que su equipo siga luchando, viendo lo que les viene en distintos frentes, la incertidumbre alrededor de Machado y todas esas cosas. 
"Es difícil", comentó. "Los muchachos que hemos perdido, o que ya habíamos perdido antes iniciar el año, como Britton, todo eso hace que vayas perdiendo un poco de tu identidad. Honestamente, creo que hemos recuperado un poco de esa actitud ganadora, esa confianza, últimamente. Y también creo que el pitcheo ha venido mejorando".
Pero luego reconoció lo siguiente: "Siempre es duro ascender y recuperar terreno en esta división. Pero cuando además te colocas en un hoyo así…"
Las interrogantes que se avizoran en el futuro de los Orioles también incluyen al manager y al gerente general, Dan Duquette, cuyos contratos expirarán al final de esta temporadas.
Se ha escrito sobre historias positivas a lo largo del béisbol durante este primer cuarto de temporada. Los Orioles son lo opuesto de eso. Hemos visto quiénes son esta temporada. Se hace cada vez más y más difícil recordar quiénes fueron. Estos de ahora lucen como los Orioles de aquellos días en los que Showalter tomó el mando por primera vez.