ARLINGTON -- En su mayor parte, fue un día de apertura típico para la batería de los Marlins conformada por Janson Junk y Liam Hicks.
Ambos, junto con los coaches de pitcheo Daniel Moskos y Alon Leichman, tuvieron su reunión habitual antes del juego para planificar la estrategia. Entre entradas, ofrecieron retroalimentación sobre lo que estaba, o no, funcionando en la loma durante la victoria del viernes 6-4 sobre los Rangers en 12 innings en el Globe Life Field.
Totalmente normal, ¿verdad?
Excepto por una pequeña diferencia: Leichman, el coach de pitcheo auxiliar del club, fue quien pidió los pitcheos desde el interior del dugout a través de señas a Hicks, quien luego revisaba su muñequera y usaba el PitchCom para transmitir el lanzamiento a su pitcher.
“Creo que fue una buena mezcla, diría yo. Hoy todo fluyó sin problemas”, expresó Junk, quien igualó la mayor cantidad de entradas en su carrera con siete y ponchó a cinco permitiendo una sola carrera. “Todo estuvo bien. No hubo contratiempos. No sentí que estuviera esperando nada cuando estaba ahí fuera. [Alon] hizo un gran trabajo esta noche. Sé que estaba un poco nervioso por hacerlo y no equivocarse, pero creo que hizo un gran trabajo. Y Hicksy también, detrás del plato, recibiendo la seña a tiempo y dándome la oportunidad de seguir mi rutina normal. Eso fue fundamental”.
La estrategia poco ortodoxa de Miami no fue una sorpresa, ya que el manager Clayton McCullough conversó durante su rueda de prensa antes del juego. Aunque este es un concepto nuevo en las Mayores, ha sido una estrategia de toda la organización en los afiliados de liga menor de los Marlins en el 2025.
Los Marlins, que no le han temido a la innovación, habían tenido conversaciones internas durante meses sobre traerla al club de MLB, y finalmente decidieron seguir adelante, informando al grupo de lanzadores el domingo pasado. El plan era practicarlo a principios de esta semana en Colorado, lo cual hicieron, y luego implementarlo durante el primer juego de la serie del viernes. McCullough aseguró que la decisión no se tomó por falta de fe en ninguno de los receptores novatos del club, Hicks o el dominicano Agustín Ramírez. La inexperiencia del roster tampoco fue la razón principal.
“Siempre volvíamos a la misma conclusión, creemos que nuestros lanzadores, con el tiempo, rendirán mejor si ese es el sistema que usamos desde el dugout”, aseguró McCullough. “Y seguíamos diciendo que la respuesta era sí, y sentí que este era el momento adecuado para hacerlo. Nos queda algo de temporada, sentimos que este es el momento en el que me siento cómodo para que lo hagamos”.
Junk, quien lanzó con esta estrategia varias veces en Triple-A Jacksonville, y Hicks, quien nunca lo había hecho, fueron los conejillos de indias.
Las cosas funcionaron bastante bien, ya que Junk limitó a Texas a una carrera, con un rodado lento que se mantuvo fair por la línea de tercera base, y tres hits. Después de esa rayita, Junk retiró a los siguientes 12 Rangers de manera consecutiva. Se apoyó un poco más en sus pitcheos rompientes en lugar de su cambio mientras enfrentaba a una alineación cargada de derechos.
“No negué ninguna seña”, comentó Junk. “Hubo un par de veces en las que lo pensé, en el primer turno al bate de [Joc] Pederson, cuando consiguió el doble por la raya, creo que lanzamos tres rectas seguidas, y [después de estar en] 2-0 pensé, ‘Como que quiero ir con un pitcheo diferente aquí’. Al final, no negué la seña. Y hablamos de eso, y le dije, ‘Oye, estaba sintiendo esto’. Y él dijo, ‘Sí, yo también lo pensé’”.
“El reporte de scouting dice una cosa, pero lo que estamos sintiendo, lo que estamos viendo, es otra historia. Así que ese fue un buen momento de aprendizaje sobre cómo leer el juego, en lugar de sólo basarse en su pequeña tarjeta o lo que sea”.
Hicks añadió: “Hay ciertas situaciones, obviamente, que ellos pueden ver. Tienen mapas de calor, tienen ciertas cosas en el dugout a las que quizás no veas, a las que quizás no tengas acceso en tiempo real en el juego. Y luego, también hay momentos en los que yo veo cosas que quizás ellos no ven. Así que creo que por eso la comunicación entre entradas es fundamental. Pero sí, definitivamente es bueno venir al dugout y hablar y decir, ‘¿Por qué pensaste en ese lanzamiento? ¿Por qué elegiste ese?’ Así que es bueno”.
Después de Junk, Miami utilizó al derecho Lake Bachar (octavo), al zurdo Cade Gibson (noveno) y a los derechos Michael Petersen (10mo) y el dominicano George Soriano (11vo y 12vo), y al receptor puertorriqueño Brian Navarreto para las últimas tres entradas. Caras diferentes, misma estrategia.
“Esperen que esta es la forma en que lo haremos de ahora en adelante. Pero como con cualquier otra cosa, cerrar la puerta por completo a algo probablemente no sea una buena manera de proceder, ¿verdad?”, indicó McCullough. “Cuanta más flexibilidad y opcionalidad te dejes en el futuro. Pero vemos esto como nos gustaría que fuera nuestro sistema para pedir los juegos el resto de la temporada y en el futuro. Nuestros cátchers necesitan poder dedicar su capacidad y su tiempo a otros aspectos de las cosas en lugar de la parte de la preparación en ese lado”.