Los resultados de una resonancia magnética a la que se sometió el receptor venezolano Omar Narváez tras el juego de los Mets el miércoles revelaron una distensión severa en la pantorrilla izquierda.

La lesión podría mantener a Narváez fuera de acción durante 8-9 semanas, lo que llevó al club a ascender a su mejor prospecto, el cátcher venezolano Francisco Álvarez, de manera oficial el viernes.

Si los resultados de Narváez no hubieran revelado ningún problema grave, los Mets habrían considerado devolver a Álvarez, quien ya se encuentra en Nueva York, a Triple-A Syracuse antes de activarlo.

Sin embargo, la lesión de Narváez sugiere que Álvarez estará de regreso a las Mayores.

Un bateador de poder que recibió un bono de US$2.7 millones en el 2018, Álvarez tuvo 14 visitas al plato al debutar en Grandes Ligas con los Mets al final de la temporada pasada, incluso conectando su primer jonrón. Dio 27 cuadrangulares con OPS de .885 en los niveles más altos de liga menor en el 2022.

Sin embargo, hubo algunas señales de que hacía falta más pulimiento. En sus primeros 30 partidos en Triple-A Syracuse, Álvarez bateó .165 con una tasa de ponches del 29.8%. En las Mayores el año pasado (incluyendo los playoffs), el oriundo de Guatire se ponchó en un tercio de sus veces al bate. En cuatro encuentros este año en Triple-A, se ponchó en el 42.1% de sus turnos, aunque disparó dos bambinazos y tuvo slugging de .688.

También está el tema de la defensa, que necesita más desarrollo. Pero los Mets creen que Álvarez tiene las herramientas para ser un buen receptor defensivo y ahora podrán verificarlo. Con Narváez fuera de acción hasta junio por lo menos, Álvarez debe de dividir tiempo de juego detrás del plato con el puertorriqueño Tomás Nido, además de tener oportunidades al bate como designado.

El viernes para el primer partido de los Mets en casa en el 2023, Nido estuvo en la alineación como receptor y Daniel Vogelbach como bateador designado.