Cuatro motivos del resurgir de Gleyber

7 de junio de 2022

Durante buena parte de los primeros dos meses de la temporada, para el venezolano Gleyber Torres había sido fácil mantener un bajo perfil. Pero luego, las lesiones golpearon a varios de sus compañeros en los Yankees y fue mucho más difícil ignorarlo. Ahora, con los Yankees en el primer lugar de su división con el mejor récord de las Grandes Ligas (39-15, .722) antes de iniciar el martes su serie ante los Mellizos, es un buen momento para repasar lo que viene haciendo el segunda base de 25 años.

La evolución de la carrera de Torres ha sido un poco rara: Pasó de ir al Juego de Estrellas en sus primeras dos campañas a convertirse en un enigma que produjo muy poco en las siguientes dos. Entre el 2018 y el 2019, tuvo slugging de .535 y conectó 62 jonrones en 546 turnos. Entre el 2020 y el 2021, su slugging fue de .366 con sólo 12 bambinazos en 595 veces al bate.

Esta campaña ha sido diferente. Torres amaneció el martes en el percentil 94 (mejor que el 94% de los jugadores) entre los ligamayoristas con una velocidad de salida promedio de sus batazos de 92.3 millas por hora. Su slugging esperado de .575 se ubica en el percentil 92. Su tasa de batazos duros ha mejorado en un 12.9% con respecto al 2021, el aumento más grande entre los jugadores de Grandes Ligas calificados. Ya ha dado 10 jonrones, uno más de que los que conectó en 127 encuentros el año pasado. Su OPS+, una estadística que compara su producción con el resto de la liga, es de 118 (18% mejor que el promedio), tras la peor marca de su carrera (93, o 7% peor que el promedio) la temporada pasada. Si mantiene el ritmo, es bien probable que pase de 30 cuadrangulares y 80 remolcadas este año, algo similar a lo hecho en sus primeras dos campañas.

Claramente, algo pasó aquí.

Quizás sencillamente sea un poco mayor, aunque sigue siendo más joven que el jugador de posición promedio en Triple-A. Quizás pasar del campo corto a la segunda base ha hecho maravillas en el aspecto mental. Ésos son factores reales en esta historia. Pero también hay cosas cuantificables, motivos verificables vía Statcast que permiten creer en el resurgir del caraqueño.

Entonces, si la frustración por los últimos dos años llevó a algunos de dejar de creer en Gleyber, los dejamos con varios argumentos para que consideren volver a confiar en él.

1) Está siendo agresivo otra vez

Torres realmente nunca ha sido uno de esos bateadores muy preocupados por negociar bases por bolas. Eso generalmente no es visto como algo positivo. Pero no todos los jugadores van a beneficiarse de ser pacientes.

Yendo al grano: El 26% de los ponches de Torres en el 2021 fueron viendo pasar el tercer strike. La cifra estuvo ligeramente por encima del promedio de la liga, pero representó un incremento drástico para él, después de promediar 13.3% entre el 2018 y el 2020. Ese tipo de aumento pareciera sugerir que, en vez de volverse más paciente, Torres se convirtió en un bateador más dubitativo y, como resultado, más susceptible a quedarse congelado ante pitcheos bateables. Pero hasta ahora en el 2022, sólo el 15% de sus ponches han sido con el bate en la mano.

Ése es sólo uno de los efectos del cambio en su plan de ataque. Esta temporada, la tasa de swings de Torres ha subido en un 7%. Su tasa de swings a primeros pitcheos se ha incrementado en un 16.1%. Entonces, además de la disminución de esos terceros strikes cantados, ahora es más difícil para los lanzadores contrarios presumir que va a dejar pasar un primer pitcheo en la zona y ponerse inmediatamente en desventaja.

En el 28.9% de los turnos de Torres en el 2021, le abrieron con strikes cantados, en gran medida porque los rivales sabían que -- como sucede con la mayoría de los bateadores-- el éxito de Torres en conteos de 1-0 era radicalmente mejor que en conteos de 0-1, una diferencia en OPS de .788 contra .611.

2) Está poniendo la bola en juego hacia todos lados

A Torres se le preguntó recientemente cómo ha impactado su juego sentirse con más confianza en sí mismo. Su respuesta se puede resumir así: “Tratar de poner la bola en juego y divertirme”.

Generalmente, hacer más swings se traduce en fallar más swings. Es normalmente el costo que asume el bateador. Pero la tasa de swings en blanco, o fallados, de Torres se ha mantenido estable, una clara señal de que tiene un plan que va más allá de “hacerle swing a cualquier cosa cerca del home”.

En ese sentido, ser más agresivo en el plato no ha afectado su capacidad de hacer contacto.

Otra preocupación común es que cuando los jugadores deciden hacer swing con más frecuencia, tienen la tendencia de jalar más la bola hacia su banda, bien sea porque quieren sacarle más provecho a su poder o porque se vuelven más ansiosos en el plato. Eso hubiera sido un problema grave para Torres, quien en el pasado había tenido éxito yéndose a la banda contraria, particularmente con envíos del medio hacia afuera.

Pero tampoco hay motivos para preocuparse por eso. Un tercio de sus hits en el 2022 ha sido hacia el jardín derecho, mejor que su tope personal anterior del 26.1% en el 2021 (y del 17.8% que tuvo en el 2018). Su tasa de batazos duros hacia la banda contraria es del 51.1%, la mejor de su carrera y la séptima mejor en las Mayores en el 2022, justo por detrás de su compañero de equipo Aaron Judge (51.4%).

3) La mala suerte no es para siempre

Ésta es la cosa: las estadísticas “esperadas” de Statcast no siempre reflejan los resultados que aparecen al día siguiente en el boxscore, pero sí reflejan la realidad. Digamos, por poner un ejemplo, que el slugging esperado de Torres en el 2021 (.423) hubiese sido su slugging real. Con su porcentaje de embasarse de .331, habría finalizado el año con OPS de .754. Eso es casi el mismo OPS de Trey Mancini, quien conectó 21 jonrones. Puede que los siempre exigentes fanáticos de los Yankees no hubiesen quedado muy impresionados, pero un año así no habría despertado mayor molestia en la afición.

El punto es que, a pesar de las cosas concretas que le salieron mal a Torres durante 2020 y 2021, la suerte jugó también un rol grande.

Slugging y xSLG de Torres entre el 2018 y el 2022

2018: .480 (.461)
2019: .535 (.492)
2020: .368 (.384)
2021: .366 (.423)
2022: .476 (.575)

Curiosamente, Torres nunca había tenido peor suerte que esta temporada, una de las consecuencias esperadas cuando pones tu destino con más frecuencia en las manos de los defensores rivales al colocar tanto la bola en juego. Pero una brecha de 100 puntos entre SLG y xSLG es extremadamente difícil de sostener. Un solo jugador que tuvo al menos 250 visitas al plato en el 2021 terminó la campaña con una disparidad así de grande. Las estadísticas como promedio de bateo y slugging tienden a “regresar” naturalmente hacia la cifra de la cifra esperada. Muy buena noticia en el caso de Torres.

4) Está pegándole bien fuerte a la bola

Torres fue extremadamente productivo en sus primeras dos campañas con los Yankees. Pero si bien los resultados finales lo hacían ver como un bateador ya maduro, los datos desprendidos de sus batazos realmente no respaldaban esa idea.

Tasa de batazos duros de Torres por temporada, en percentiles

2018: 45to
2019: 35to
2020: 42do
2021: 26to
2022: 89no

Esta campaña, los batazos duros han generado un promedio de bateo de .478 y un slugging de .923. Las bolas bateadas a una velocidad de salida de 94 mph o menos tienen un promedio de .217 y un slugging de .253. Tendrás más posibilidades de éxito mientras más duro le pegues a la pelota. Si Torres no estaba haciendo eso al principio de su carrera, sí lo está haciendo ahora, una muy buena señal de cara al futuro.

Esos rankings de los percentiles de Torres año por año realmente no pintan la idea de un otrora joven fenómeno al que de golpe se le apagó la chispa. Lo que sugieren es la imagen de un joven jugador que pasó malos momentos una vez la liga se fue ajustando a su forma de batear y que ahora, con el beneficio del tiempo y la experiencia, ha encontrado la forma de responder. Se lo pueden preguntar al mismo Gleyber.

“Mi swing está mejorando y mejorando. Estoy trabajando duro todos los días para ser el jugador que quiero ser”, dijo Torres en mayo, cuando se le preguntó si su swing se siente más parecido a como se sentía en el pasado. “Pero hasta ahora, todo va bien”.

Por más que estos primeros resultados del 2022 puedan lucir como un regreso al nivel de sus primeros dos años, basado en su perspectiva – y en los datos – sería adecuado considerar si no estamos realmente presenciando el verdadero despegue de Gleyber Torres como bateador.