El problema con el período de cambios de las Grandes Ligas es que todos estos directivos inteligentes y analíticos se preocupan más por hacer movimientos razonables, responsables e inteligentes que por entregarnos historias fantásticas. Es decir, hacen lo mejor para sus equipos y no para el resto del mundo del béisbol.
Una locura, ¿verdad?
Afortunadamente, el resto de nosotros no está sujeto a esas reglas. Entonces, aquí les dejamos algunas propuestas de cambalaches divertidos, simplemente porque reunirían a caras conocidas o crearían historias interesantes. El punto de estos cambios -bueno, de casi todos- es que tienen sentido desde un punto de vista beisbolístico.
1. Cole Hamels a los Filis
Hamels fue un ícono en Filadelfia, y aunque no es el pitcher de aquellos años, de cualquier forma sería sensacional verlo de vuelta con el uniforme de rayas rojas. Los Filis son uno de nueve equipos que pueden adquirirlo sin su consentimiento y uno de pocos con la flexibilidad económica para absorber su significativo salario (Hamels gana US$23.5 millones este año).\

2. Josh Donaldson a los Bravos
¿No sería fantástico si Alex Anthopoulos adquiriera a Donalson otra vez? El primer cambio, el noviembre del 2014 que mandó al venezolano Franklin Barreto, Kendall Graveman, Brett Lawrie y Sean Nolin a Oakland cuando Anthopoulos todavía era el GG de los Azulejos, fue un verdadero éxito para Toronto. Ahora no se necesitarían tantos jugadores para obtener a Donaldson, y los Bravos tienen talento suficiente en las menores. El problema es que Donaldson ha estado lesionado buena parte de la temporada.

3. Adrián Beltré a los Medias Rojas
Los Medias Rojas dejaron ir al dominicano Beltré en el invierno del 2010 para darle un extravagante contrato a Carl Crawford. Beltré terminó en los Rangers, que ahora tienen la oportunidad de retenerlo como jugador franquicia para los últimos meses del 2018 o darle la oportunidad de ganar su primera Serie Mundial en otro lado. Los Medias Rojas podrían hacer eso realidad moviendo al quisqueyano Rafael Devers a la inicial o dándole más tiempo en los jardines a J.D. Martínez.

4. Adam Jones a los Marineros
Jones fue cambiado de Seattle a Baltimore en el 2008 junto a Chris Tillman y George Sherrill a cambio de dos años de control contractual de Erik Bedard, uno de los peores canjes de la última década. Bedard se la pasó lesionado, mientras que Tillman fue al Juego de Estrellas con los Orioles y Jones se convirtió en la cara de la franquicia. ¡Es hora de corregir aquel error! Jones obviamente no es aquel joven patrullero, pero todavía podría ser útil, especialmente si el cubano Guillermo Heredia no empieza a batear.

5. Manny Machado a los Indios
Hay otros destinos más realistas para Machado en este mercado, pero los Indios podrían buscar a un tercera base y mover al dominicano José Ramírez a segunda y a Jason Kipnis a los jardines o al banco. Pero luce complicado que absorban lo que queda del salario de Machado (US$8 millones).

Pero lo que haría de este cambio bien divertido es que le permitiría a Machado jugar junto a su cuñado, el cubano Yonder Alonso. Machado está casado con la hermana menor de Alonso, Yainee, y ambos jugadores son grandes amigos.
6. Bartolo Colón a los D-backs o a los Cachorros
En realidad, cualquier cambio de Colón a un equipo en carrera sería maravilloso. Pero el Chase Field y el Wrigley Field son los únicos dos estadios activos donde el dominicano nunca ha ganado un juego. Entonces, tratemos de hacerlo antes de que sea tarde.

7. Jonathan Lucroy a los Cerveceros
Los bonos de Lucroy han bajado desde que el receptor salió de los Cerveceros en el 2016, y este año en Oakland no le ha ido bien, así que hay que preguntarse si en verdad sería una mejora ofensiva sobre el venezolano Manny Piña. Pero Lucroy bateó mucho en Colorado en la segunda mitad de la temporada pasada y podría hacerlo otra vez en un equipo en el que siempre se sintió cómodo.

8. Matt Harvey a los Yankees
Hay gente que cree que la única forma en la que Harvey podría recuperar su carrera, tras su desastroso final en los Mets, es en un equipo de bajo perfil, lejos de la atención y las olas de reporteros. Sólo así podrá seguir dando los pasos que ya ha comenzado a dar en Cincinnati. Esa gente te dirá que la idea de llevar a Harvey al Yankee Stadium es una locura, pues además de lo dicho anteriormente, los Yankees necesitan una mejor y más estable opción para su rotación.

Bueno, amigos, a esa gente obviamente no le gustan las buenas novelas. Seguro son directivos de equipos de pelota.