CIUDAD DE MÉXICO – Al llegar a la Ciudad de México con cinco derrotas consecutivas de su equipo, el manager de los Astros, el puertorriqueño Josué “Joe” Espada, utilizó el término “trampolín” varias veces para expresar lo siguiente: Quería que los Astros se olvidaran de su pésimo inicio de la temporada con récord de 7-19 y que reiniciaran su campaña.

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El domingo, tras barrer la Mexico City Series de dos partidos ante los Rockies con una victoria por 8-2 en el segundo choque, el capataz de Houston volvió a pronunciarse en tal sentido, confiando en que estos dos triunfos con marcador global de 20-6 sirvieran para darle un nuevo impulso al club.

“Queremos utilizar esta serie como trampolín para jugar mejor de lo que hemos jugado”, dijo Espada. “Creo que demostramos en estos últimos dos juegos quiénes somos nosotros y el estilo de béisbol que tenemos que jugar”.

De hecho, tras Houston ser barrido en el Wrigley Field de Chicago por los Cachorros la semana pasada, Espada sostuvo una breve reunión con el equipo, enfatizando que esta serie en la Ciudad de México podía marcar un nuevo inicio en el 2024.

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“Es tal como hablamos”, confirmó en ese sentido el segunda base de los Astros, el venezolano José Altuve, quien el domingo conectó su séptimo jonrón de la temporada, uno de seis cuadrangulares que disparó Houston entre los dos juegos – incluyendo dos cada uno del cubano Yordan Álvarez y Kyle Tucker. “Joe nos dijo en una pequeña reunión que era importante usar esta serie como un nuevo comienzo. Hablamos de un nuevo Día Inaugural para nosotros, una nueva oportunidad para encendernos”.

Así fue.

Antes de empezar la serie, Espada expresó que en sus primeros 26 partidos de la campaña, los Astros no habían juntado tres cosas: Bateo oportuno, buen pitcheo abridor y buen relevo. Se vieron los tres elementos este fin de semana en el Distrito Federal.

Entre los dos encuentros, Houston bateó de 17-8 con corredores en posición de anotar. Entre sus dos abridores, los dominicanos Ronel Blanco y Framber Valdez, se permitieron cuatro carreras en 10.2 entradas. Y en 8.2 episodios, el bullpen concedió apenas dos anotaciones.

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“Hubo bateo oportuno, algo que no hemos visto en toda la temporada y lo hicimos”, dijo Espada al respecto. “Para mí, eso fue lo que más me gustó de esta ofensiva. Los jonrones y todo eso, siempre es bueno verlo, pero lo hicimos con gente en base, con gente en posición de anotar… son las pequeñas cosas que tenemos que hacer”.

¿Y qué tal el dúo quisqueyano del montículo que le dio la oportunidad al equipo de ganar los dos choques?

“Blanco ejecutó sus pitcheos, su recta, su cambio, su slider, manteniendo la bola bajita”, expresó Espada. “Y Framber… cuando Framber está tirando la bola como la tiró hoy, es difícil ganarle”.

En el caso de Valdez, el zurdo venía de una estadía en la lista de lesionados y, entre todas las dolencias en la rotación de Houston, le dio una buena inyección de calidad al cuerpo monticular.

“Simplemente ejecuté el pitcheo que estaba en el momento”, dijo Valdez. “Tiré mi curva, mi sinker y (a veces) mi cambio. Saqué muchos outs en el momento importante”.

Del lado de los Rockies, disfrutaron la experiencia, “con la excepción del resultado de los juegos”, según el manager Bud Black.

“Simplemente no bateamos en estos dos juegos. Ellos lanzaron bien y no dimos buenos swings”, manifestó Black. “Creo que para nuestros jugadores y nuestra organización, podremos decir, ‘Sabes, fue una gran experiencia’. Fue bien manejado. Todo fue de primera categoría, así que crédito para Major League Baseball y para la gente aquí en la Ciudad de México que fue parte de la base de esto. Un trabajo bien hecho”.

Y un trabajo bien hecho de parte de los Astros, que cumplieron con la meta de darle “reset” a su temporada.

“El plan fue utilizar esta serie como un nuevo comienzo”, reiteró Espada. “Éste es un mejor equipo de lo que hemos demostrado. Es importante para nosotros dejar eso en el pasado y pensar en el futuro. Y eso fue lo que hicimos”.