Vladimir Guerrero Jr. se enteró hace poco de que sería trasladado a la primera base después de un debut difícil en la tercera el año pasado.

Los Azulejos esperan que Guerrero mejore en el 2020, y no solamente en cuanto a la defensa se refiere. La novena de Toronto pretende dar un paso importante en la venidera temporada hacia ser un equipo contendiente, por lo que necesita que el dominicano pase de ser un jugador bueno a uno espectacular.

Guerrero, uno de los prospectos más cotizados en mucho tiempo, enfrentó expectativas que probablemente no eran razonables. Se esperaba que llegara y arrasara, a los 20 años. En lugar de ello, comenzó lento, tuvo altibajos y terminó con números impresionantes dado el contexto, pero que por sí solos no fueron nada del otro mundo.

En 123 juegos, Guerrero bateó .272/.339/.433. En una temporada en la que se batieron récords de jonrones en las Mayores, el quisqueyano conectó apenas 15 vuelacercas. Hubo 68 bateadores con menos visitas al plato que Guerrero que lo superaron en cuadrangulares, incluyendo sus compañeros de equipo Cavan Biggio, el cubano Lourdes Gurriel Jr., el dominicano Teóscar Hernández and Rowdy Tellez. Y entre los novatos de los Azulejos, fue Bo Bichette, de 21 años, quien se robó el show en su debut de 46 juegos.

Sin embargo, sobran motivos para pensar que Guerrero llegará a ser un bateador especial. Presentamos cinco argumentos para sentirnos optimistas con respecto a Vlad Jr., del 2020 y en adelante.

**1) La paciencia rinde dividendos
**En los últimos años, nos hemos acostumbrado a que los prospectos de lujo alcancen el estrellato de la noche a la mañana. El venezolano Ronald Acuña Jr., Cody Bellinger y los dominicanos Juan Soto y Fernando Tatis Jr., entre otros, han arrancado a todo motor. Dichos ejemplos son las excepciones. Los problemas de desarrollo son más comunes, pero vale la pena la espera.

Tomemos como ejemplo al infielder de los Medias Blancas, Yoán Moncada. El cotizado prospecto estuvo por debajo del promedio de la liga al bate y se ponchó 217 veces en su primera temporada completa de Grandes Ligas en el 2018. Pero el cubano hizo los ajustes y el año pasado estuvo entre los 15 mejores bateadores de las Mayores.

En el béisbol, obviamente, no hay garantías. Pero Guerrero es apenas uno de 24 jugadores de posición en los últimos 70 años con 500 visitas al plato de una calidad por encima del promedio teniendo 20 años o menos. El tiempo y la historia están de su lado.

**2) Ha mostrado destellos de grandeza
**Guerrero arribó en las Mayores a finales de abril y en sus primeros dos meses, tuvo dificultades al bate. Sin embargo, en un lapso de 60 juegos del 24 de junio al 7 de septiembre, produjo una línea de .301/.379/.500, incluyendo .341/.406/.571 en el mes de agosto. En otras palabras, hubo un trecho en el que Guerrero rindió como se esperaba que lo hiciera.

Guerrero volvió a caer en un bache en septiembre, mes en el que no conectó cuadrangular alguno. Pero también disputó más juegos que nunca (136) en el 2019 y ha reconocido que el cansancio fue un factor. Sin tomar en cuenta mejoras en su acondicionamiento físico, eso no debe de ser un problema en una campaña de 60 juegos.

**3) Es capaz de hacer trizas a la bola
**Guerrero no hizo contacto sólido con suficiente consistencia en el 2019, ya que su índice de batazos duros de 38.4% lo colocó en el 46to percentil entre los jugadores de las Mayores. Pero lo que sí demostró fue una habilidad para generar velocidad élite de salida. Cualquiera que haya visto el despliegue de poder del quisqueyano en el Festival de Jonrones del año pasado es testigo del trueno de su bate, y lo ha demostrado en los juegos también.

Guerrero tuvo 29 bolas bateadas con una velocidad de salida de al menos 110 millas por hora, lo cual lo colocó en el 14to lugar de Grandes Ligas en ese sentido. Y ningún jugador igualó sus ocho bolas bateadas a 115 mph o más. Tres de las velocidades de salida individuales más altas de la temporada fueron de Guerrero: Un sencillo de 118.9 mph, otro de 118.7 mph y un doble de 118.3 mph. Dicha destreza y la habilidad para hacer contacto (ver a continuación) representan una combinación peligrosa. De los 25 bateadores con la mayor cantidad de bolas bateadas de 110 mph o más el año pasado, Guerrero tuvo el cuarto menor índice de ponches.

4) No es propenso a los ponches
Para muchos bateadores jóvenes, hacer suficiente contacto ante pitcheos de Grandes Ligas es un obstáculo grande. Pero como señalamos, ése no es el caso de Guerrero. Apenas el 24.5% de sus swings en el 2019 fueron en blanco. En ese sentido, está por encima del promedio. Más contacto significa más oportunidades para hacer daño con su poderoso bate, lo cual le augura cosas buenas.

**5) Necesita elevar más la bola
**Hay varias maneras en las que Guerrero podría mejorar al bate en el 2020, pero una de las más obvias es que eleve más la bola. En el 2019, aproximadamente la mitad de los batazos del dominicano fueron por el suelo. Hay mucho espacio para mejorar en ese sentido y Guerrero está consciente de ello, ya que en los entrenamientos primaverales dijo que estaba trabajando mucho en el ángulo de salida con el coach de bateo Guillermo Martínez.

Es más fácil dicho que hecho, pero como muchos ligamayoristas han demostrado en los últimos años, enfocarse en elevar la bola puede dar grandes resultados. Guerrero parece ser un candidato de primera categoría para semejante transformación, ya que es joven, increíblemente dotado y capaz de hacer contacto consistente y con una fuerza inigualable.