Cuando los Medias Rojas cerraron un acuerdo con los Cardenales para adquirir al 1B/BD Willson Contreras el pasado lunes, se desprendieron de un paquete de jóvenes lanzadores con la esperanza de que el venezolano sea la solución en una posición que ha generado principalmente dudas en los últimos años.
Triston Casas, quien cumplirá 26 años el próximo mes, tuvo una sólida temporada como novato en 2023, con un OPS de .856 (OPS+ de 129) y 24 jonrones como inicialista de Boston. Pero desde entonces, las lesiones lo han limitado a solo 92 juegos en las últimas dos temporadas.
Antes de Casas, hace dos años, el último primera base de Boston con suficientes apariciones que logró un OPS+ por encima del promedio (más de 100) fue el dominicano Hanley Ramírez en 2016 (126). ¿Será Contreras la respuesta mientras Casas trabaja en su recuperación tras una rotura del tendón rotuliano izquierdo que puso fin a su temporada en mayo pasado?
Aquí un análisis de lo que Contreras aporta a Boston y cómo podría moldear el futuro cercano de los Medias Rojas en la inicial:
Ha sido consistentemente productivo con el bate
Desde que debutó en las Grandes Ligas con los Cachorros en 2016, Contreras ha sido notablemente consistente en su rendimiento ofensivo.
En todas las temporadas excepto una (2018), Contreras ha estado claramente por encima del promedio ofensivo, con OPS+ que han oscilado entre 106 y 138. También ha conectado 172 jonrones —la mayoría como receptor, su posición antes de que una lesión motivara a los Cardenales a moverlo a la inicial—, una cifra que lo ubicaría en el puesto 12 entre los inicialistas desde su debut en 2016.
La temporada pasada, Contreras terminó con una línea ofensiva de .257/.344/.447 y 20 cuadrangulares en 135 juegos. Sus métricas de calidad de contacto sugieren que su desempeño fue mejor de lo que indican las estadísticas tradicionales: su promedio esperado de bateo (.260), slugging esperado (.481) y promedio ponderado de embasarse esperado (.358) fueron todos superiores a sus resultados reales.
Su porcentaje de batazos duros (49%) y su tasa de macetazos o “barrels” (13.9%) fueron excelentes, y es uno de los mejores del juego en cuanto a velocidad de bateo: su promedio de 76 mph lo ubicó en el percentil 95 entre los bateadores calificados en 2025.
Pasa de un estadio difícil para batear a uno de los más favorables
El Busch Stadium, su hogar en las últimas tres temporadas, ocupa el puesto 18 entre los 28 estadios equipados con Statcast (sin incluir Sutter Health Park en Sacramento ni el George M. Steinbrenner Field en Tampa), según el “park factor” de Statcast, una medida que evalúa qué tan favorable es un estadio para los bateadores.
El factor general del Busch Stadium es 100, lo que lo clasifica como un estadio neutral para la ofensiva. Para ponerlo en contexto, el estadio con el mayor park factor es, como era de esperarse, el Coors Field de Denver (113). Pero el segundo con mayor factor es el Fenway Park de Boston (104). Cambiar de Busch a Fenway debería beneficiar a Contreras con el bate.
Está jalando más elevados… hola, Monstruo Verde
Con el Monstruo Verde a solo 310 pies del plato por la línea del jardín izquierdo en Fenway Park, representa un blanco grande y tentador para los bateadores derechos. Contreras es precisamente un bateador derecho con poder, y la temporada pasada tuvo un aumento considerable en el porcentaje de pelotas elevadas que jaló.
En 2024, el 15.1% de las bolas que puso en juego fueron elevados al lado de halado. En 2025, esa cifra alcanzó un máximo personal de 19.8%.
De los 20 jonrones que conectó el año pasado, 15 fueron halados. Si se sobrepone su gráfico de batazos sobre las dimensiones del Fenway Park, los fanáticos de los Medias Rojas tienen razones para entusiasmarse.

También aporta con el guante
Contreras no es un jugador unidimensional. Su transición de receptor a primera base con los Cardenales fue notablemente fluida. En 2025 mostró gran alcance, terminando con +6 outs por encima del promedio (percentil 90). Su fuerza de brazo también fue destacada (percentil 76), con un promedio de 88.2 mph.
No le teme a los grandes escenarios ni a los estadios históricos
Aunque jugó las últimas tres temporadas con los Cardenales, Contreras pasó las primeras siete campañas de su carrera en Grandes Ligas con los Cachorros. Jugó para una franquicia que llevaba 108 años sin ganar la Serie Mundial y ayudó a romper esa sequía histórica como novato en 2016.
Su estadio fue el Wrigley Field, cargado de historia y tradición. Su ciudad fue Chicago, donde el deporte se vive con mucha intensidad. Pasar de un mercado medio como San Luis a uno grande como Boston, y al estadio más antiguo de MLB, no debería ser una transición complicada para Contreras, lo que significa que podría adaptarse de inmediato.
Y relacionado con eso, sus 30 juegos de postemporada reforzarán su aporte en el terreno con la experiencia de haber brillado bajo las luces de octubre.
