¿Reivindicación para los Astros? “Le pusimos la tapa al pomo”

6 de noviembre de 2022

HOUSTON -- Los Astros tenían tres años escuchando los abucheos, las críticas y las dudas sobre sus éxitos del 2017 y del 2018 (y más), por la revelación del escándalo de robo de señas de aquellos tiempos, sobre todo cuando fueron campeones de la Serie Mundial en aquel 2017.

El toletero cubano Yordan Álvarez tenía cuatro años llegando cerca de la corona, pero quedando un poco corto en cada oportunidad. Y por supuesto, Dusty Baker esperó casi 30 años desde su debut como manager de Grandes Ligas para por fin ganar un Serie Mundial como capataz.

La espera terminó el sábado en el Juego 6 de la Serie Mundial en Houston, donde la victoria por 4-1 de los Astros sobre los Filis les dio la segunda corona a los Siderales en los últimos seis años.

El cubano Yuli Gurriel -- lesionado y fuera de acción para el Juego 6 tras lastimarse la rodilla derecha el jueves en el Juego 5 en Filadelfia -- es uno de apenas cinco jugadores que quedaban del equipo campeón del 2017, el grupo con la mancha del escándalo.

“Me siento tan contento como en aquel 2017, porque de verdad este título significa mucho”, dijo Gurriel, quien irá a la agencia libre este invierno. “Todo el mundo sabe por lo que hemos pasado en los últimos años y la verdad es que hay que darnos mucho crédito por eso”.

Desde el 2017, los Astros han participado en tres Series Mundiales más, perdiendo en el 2019 y el 2021, y llegando a ley de una victoria de llegar a otra en el 2020 al perder el Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Aquel 2020 fue la primera temporada de Baker al mando de Houston, tras el piloto veterano tomar las riendas de un club rodeado de controversia y muchas críticas.

“Creo que eso fue lo que motivó a este equipo”, dijo Baker. “Los abucheos y los gritos por todo el país, eso molestó a estos muchachos, pero los motivó al mismo tiempo. Y no era algo de ‘Nosotros contra el mundo’. Fue más bien unirnos aun más’”.

El sábado, Álvarez hizo historia como el primer jugador que da cuadrangulares decisivos para darle la victoria a su equipo de la sexta entrada en adelante en tres partidos diferentes de una postemporada. Los primeros dos fueron en la Serie Divisional contra los Marineros. Y el sábado, la situación fue para que lo hiciera de nuevo, con los Astros abajo 1-0 en el sexto inning, dos corredores en circulación y el toletero cubano enfrentándose al zurdo venezolano José Alvarado.

“No sé lo que pasa en esos momentos. Me da mucha tranquilidad y gracias a Dios, pude conectarle bien”, dijo Álvarez. “Alvarado es un gran lanzador. No tenía ninguna prisa. Estaba buscando un buen lanzamiento y eso fue lo que hice. Pude conectarle bien”.

Demasiado bien. Fue un bombazo de 450 pies que salió de su bate a 112.5 millas por hora y, al fin y al cabo, fue el batazo que le dio a Houston el anhelado título.

“Hombre, esa bola fue dada bien duro”, comentó Jeremy Peña, torpedero dominicano de los Astros que fue Jugador Más Valioso no sólo de la Serie Mundial, sino también de la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra los Yankees. “Nunca he visto nada semejante. Y si lo he visto, fue de él también. Es un gran bateador y estamos contentos de que haya tenido la temporada especial que tuvo este año”.

El año fue especial por muchos motivos: La forma de Peña sustituir de manera brillante a la superestrella puertorriqueña Carlos Correa en el campo corto, el campeonato por fin de Baker como manager y el título de Houston varios años después del escándalo -- por nombrar algunos.

¿Se trata de una reivindicación para este grupo?

“Creo que hasta antes”, opinó Gurriel. “Creo que nadie puede dudar de la calidad de estos muchachos, los resultados que habíamos tenido antes. Creo que ya con este campeonato, le pusimos la tapa al pomo”.