Rivera fue maestro del bate roto. ¿Cuántos fueron?

19 de julio de 2019

COOPERSTOWN, Nueva York – Mariano Rivera forjó la mejor carrera en la historia de Grandes Ligas para un relevista, por muchos motivos. Uno de ellos fue la casi imbateable recta cortada que desarrolló, sin proponérselo, en 1997.

Uno de los resultados de ese pitcheo--que tenía un movimiento tardío y venenoso hacia las manos del bateador zurdo y hacia la parte externa del plato ante el derecho—fueron muchos bates rotos.

La imagen de un bateador haciendo swing en vano ante una recta cortada del panameño Rivera fue bastante común entre aquel 1997 y el 2013, cuando el cerrador de los Yankees se retiró tras 19 campañas en las Mayores.

¿Cuántos bates partió Rivera con esa recta cortada? Nadie sabe a ciencia cierta.

“Me encantaría tener ese número”, reconoció el istmeño, quien el domingo será exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown como el primer elegido de manera unánime por la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA).

En el podcast de MLB.com sobre la vida y la carrera de Rivera, se recordó un estudio del New York Times que afirmó que el taponero rompió 44 bates en la temporada del 2001. Haciendo los cálculos, se trató de un bate roto por cada 7.04 turnos de la oposición ese año. Si se suponía que Rivera había logrado ese ritmo desde que empezó a usar la recta cortada en los primeros meses de 1997 y se mantenía así el resto de su carrera, el número sería de 664 bates rotos en ese trecho.

El momento que más recuerda Rivera en ese sentido fue durante la Serie Mundial entre los Yankees y los Bravos en 1999, cuando el panameño le partió el bate al toletero zurdo Ryan Klesko tres veces en un mismo turno.

La proeza de Rivera en ese sentido era tal que en la última campaña del cerrador, cuando hacía su “tour de despedida” en los estadios contrarios, los Mellizos le regalaron una mecedora hecha de puros bates rotos. El equipo de Minnesota la bautizó “La Silla de los Sueños Rotos”.

“Se siente bien”, dijo Rivera sobre la sensación de ver romperse un bate gracias a un pitcheo hecho por él. “A veces el bate luce como que tiene una pequeña dinamita, por la forma en que explota cuando la bola hace contacto”.