Siempre pareció que el panameño Rod Carew podía hacer cualquier cosa con su bate en un terreno de juego, especialmente cuando tenía que enfrentar a los mejores lanzadores de su generación. Y el 11 de julio de 1978, lo volvió a dejar bien claro.

Jugando en su último Juego de Estrellas con el uniforme de los Mellizos (y camino a ganar su séptimo título de bateo), el futuro miembro del Salón de la Fama se midió con Vida Blue en sus primeros dos turnos del Clásico de Media Temporada de 1978 en el San Diego Stadium.

Naturalmente ubicado de primero en la alineación, Carew mandó una línea por encima del jardinero izquierdo de la Liga Nacional, Greg Luzinski, para anotarse un triple. ¿Y qué hizo en su siguiente turno? Conectó un batazo idéntico para abrir la tercera entrada. Completó ambos triples deslizándose de cabeza, convirtiéndose así en el primer y todavía único jugador con dos triples en un Juego de Estrellas.