Rubby de la Rosa superó la pobreza para llegar a Grandes Ligas

27 de noviembre de 2016

Rubby De la Rosa no tuvo una infancia fácil ni cómoda. El día después de que nació en Santo Domingo, República Dominicana, la madre de De la Rosa lo mandó a vivir con su abuela. Mientras ella lo criaba de la mejor manera posible, fue una infancia llena de pobreza para el ahora lanzador.
"En muchos días, sólo comía una o dos veces por día, y en ocasiones no comía", dijo De la Rosa. "Sólo tenía un par de zapatos para ir a la escuela, para jugar béisbol, para hacer todo".
De la Rosa empezó a trabajar de muy joven para ayudar a su abuela y para poner comida en la mesa constantemente. Fue muy difícil poder encontrar un balance con sus trabajos, escuela y por supuesto jugar béisbol.
"No sabía cómo encontrar el tiempo para hacer todas esas cosas en el mismo día", dijo De la Rosa. "Fue muy duro seguir [con el béisbol], porque había veces que no tenía que comer, en ocasiones no iba a la escuela porque salía tarde del trabajo. Había veces que no iba al terreno de juego porque tenía que trabajar".
Pero el béisbol fue, y sigue siendo la pasión de De la Rosa. Empezó como una actividad divertida para él como un pasatiempo. La idea de jugar profesionalmente en realidad no cruzó su mente al inicio.
"Empecé a jugar béisbol en frente de mi casa con mis amigos", recuerda De la Rosa. "Me di cuenta cuando estaba jugando que me gustaba mucho, y debería tomarlo más en serio".
Mientras que ahora tiene un arsenal de lanzamientos en su brazo derecho eléctrico, la carrera de De la Rosa no inició en la loma. Su primera posición fue el jardín izquierdo. Jugaba bien del lado defensivo, pero cuando le preguntamos sobre su bateo, él sólo se rio de lo malo que era.
"Un día, ellos necesitaban a un lanzador para tirar en ligas pequeñas," dijo De la Rosa. "Yo les dije, 'Yo puedo tirar. No puedo tirar strikes, pero puedo tirar al plato'. Cuando lancé por primera vez, pensé que era fácil. No tenía que batear, no tenía que hacer ninguna otra cosa".
De la Rosa arrancó desde ese momento y terminó firmando con los Dodgers de Los Ángeles a los 18 años de edad. El camino para llegar allí no siempre fue fácil, dijo De La Rosa, y no ha sido fácil desde entonces pero él está agradecido por el éxito que ha tenido y por la oportunidad que se le ha dado para ayudar a aquellos con los que creció.
"Soy el tipo que siempre está apoyando a mi familia, a mi gente", dijo De La Rosa. "Estoy en una buena posición para poder ayudar a toda mi familia y me siento feliz de poder hacerlo".
La abuela de De la Rosa falleció en el 2011, su año de novato, antes de que tuviera la oportunidad de verlo lanzar en los Estados Unidos. Pero es fácil ver como ella sigue impactando su carrera por la manera en como De la Rosa intenta ayudar a otros de la misma forma en como ella lo ayudó. En particular, trata de ayudar a los peloteros jóvenes dominicanos que intentan seguir sus pasos.
"Trato de ayudar a la gente para que no tenga que pasar por lo que pasé," dijo De la Rosa antes de mencionar los consejos que le extiende a cada jugador que trabaja con él. "Nunca se cansen, nunca dejen de luchar por lo que quieran hacer, no tiren la toalla".