SEATTLE – Es bien profundo el respeto mutuo entre Ichiro Suzuki y Shohei Ohtani. Sin embargo, esa estima alcanzó nuevas alturas el lunes, cuando el dúo japonés se reunió antes del victoria de los Angelinos sobre los Marineros en el T-Mobile Park—y con un título ya compartido: Campeones del Clásico Mundial de Béisbol.

Hace dos semanas, Ohtani llevó a Japón al título de dicho torneo, ayudando al país a ganar su primera corona desde el 2009, cuando Ichiro era parte íntegra de la selección.

El lunes, Ohtani se acercó a Ichiro en los jardines, se quitó la gorra y saludó al 10 veces convocado al Juego de Estrellas. Ichiro es ahora asistente especial del máximo ejecutivo de los Marineros e instructor tanto del equipo grande de Seattle como de liga menor. Por eso, se le ve en uniforme durante las prácticas de bateo de los Marineros antes de sus juegos en casa. Y cuando los Angelinos visitan el T-Mobile Park, Ohtani e Ichiro casi siempre sacan un tiempo para hablar.

Ohtani ha ascendido al estatus de mejor pelotero del planeta—y el más prominente. Pero mucho antes del debut del ahora estelar de los Angelinos en Grandes Ligas en el 2018, Ichiro era el estándar de los jugadores japoneses en el hemisferio occidental. Ambos han sido Novato del Año y Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

“Criándome (en Japón), Ichiro era para mí de la misma manera en que ahora algunos niños, algunas personas, me ven a mí hoy en día”, dijo Ohtani sobre Suzuki en un reportaje reciente en la revista “GQ”. “Es como otra especie, con dimensiones más allá de la vida. Él era una superestrella en Japón. Tiene cierto carisma”.

Ohtani se proyecta para convertirse en agente libre al finalizar esta temporada. Se espera que los Marineros sean uno de varios equipos que irán tras sus servicios. La gerencia de Seattle aún es encabezada por Jerry Dipoto, como era el caso cuando se informó que los Marineros “terminaron en el segundo lugar” en la puja por Ohtani cuando éste salió del béisbol japonés en el invierno del 2017-18.