¿Seguirá Trei Cruz la tradición de Cheo y Cheíto?

21 de mayo de 2020

El padre luce efusivo a la hora de elogiar el deseo y ambición de su hijo. “¡Adelante!”, le dice. El abuelo rebosa de orgullo. Y también reconoce: “Oye, el muchacho tiene los genes”.

Bueno, acerca de eso. El torpedero de la Universidad de Rice (con base en Houston, Texas), Trei José Cruz, sí tiene los genes. De hecho, pocos jugadores han entrado al Draft amateur de MLB con la meta de ser la tercera generación en las Grandes Ligas.

Y éste es el lugar por el que cualquier evaluador de talento comenzará. Claro, van a medir la velocidad del bate y de piernas. Van a ver lo bueno que es de manos y que tuvo OPS de .890 en 131 juegos en por Rice.

Lo que es menos obvio – y lo que podría hacer de Trei Cruz un jugador aun más interesante – es de dónde viene y qué tan confiado está acerca de hacia dónde desea ir.

“No desea ser bueno, desea ser grande”, dijo el coach asistente de Rice, Paul Janish, quien jugó nueve campañas en las Mayores. “No se queda de brazos cruzados. Tampoco le asustan los reflectores, y ésa es parte fundamental de su éxito y de su deseo constante de elevar su juego”.

Una razón podría ser que Trei José Cruz ha estado ligado al béisbol durante toda su vida. Su abuelo, el puertorriqueño José “Cheo” Cruz, conectó 2,251 hits en 19 campañas de Grandes Ligas. El oriundo de Arroyo pasó 13 de esas 19 temporadas con los Astros, y su número 25 cuelga en el Minute Maid Park tras haber sido retirado por el equipo. A tres décadas desde su último partido, “Cheo” sigue siendo uno de los jugadores más queridos de la franquicia.

El padre de Trei, José Cruz, Jr. (Cheíto), jugó 12 temporadas en la Gran Carpa, lo cual le dio a Trei la oportunidad de crecer junto a ligamayoristas y sentirse cómodo junto a ellos.

Y el hermano de José Jr., Enrique, vio acción en los equipos que ganaron el campeonato nacional en EE.UU. por Rice, jugó en la Preparatoria Houston Bellaire y pasó cinco años en ligas menores antes de unirse a los Astros como gerente de ventas corporativas.

Y Antonio Cruz, el hermano menor de Trei, es un estudiante de segundo año en el equipo de béisbol de Rice.

Sí, el gen

Trei Cruz lo tiene.

Entonces, cuando Trei Cruz le dice a su familia que pretende ser el mejor pelotero de los Cruz, eso deja una vara muy alta.

A Trei le gusta bromear con esto, diciendo, “Les digo todo el tiempo. Le digo a mi abuelo que voy a dar más hits que él. Le digo a mi papá que voy a dar más jonrones y voy a ganar más Guantes de Oro. Siempre les ando picando con eso”.

Su familia lo apoya bastante.

“Estoy bien orgulloso de él”, exclamó su abuelo, José. “Trabaja bien duro y tiene un gran corazón”.

José Jr. agrega: “De lo que estoy más orgulloso es su gran deseo de triunfar. Creo que es algo único. No lo ves muy a menudo entre los jovencitos. Ha tenido esa actitud desde que era pequeño.

“Con él, nunca fue un problema. Le dices, ‘Vamos a entrenar’ y está listo. He tenido que jalarle las riendas un poco, decirle, ‘Mira, dale descanso a tu cuerpo, no siempre se gana’”.

José Jr. recuerda “algo que hizo clic” durante la temporada de segundo año de Trei en la preparatoria. Su ética de trabajo se volvió implacable.

“Simplemente entendí que tienes que pagar el precio si deseas ser lo que deseas ser”, expresó Trei.

Donde alguna vez vio su apellido como una carga, Trei llegó a entender qué tan bendecido ha sido de tener acceso a toda esa experiencia y conocimiento.

“He aprendido cosas diferentes de todos ellos”, aseguró Trei. “Mi abuelo es de la vieja escuela. La actitud es bien importante para él y siempre aconseja dar el 110%. Dice que debes tener el deseo de vencer a tu oponente, una batalla entre tú y el pitcher.

“Mi padre me ayuda más en la parte de la mecánica y técnica. Comenzó a batear a la zurda en las postrimerías de su carrera y le fue bastante bien. Enrique me ha ayudado bastante en la defensa, trabajando en algunos ejercicios conmigo. Él también ha sido gran parte de mi desarrollo”.

Sobre la marcha, ha habido momentos en los que la familia ha llegado a reconocer que el muchacho es especial.

Por ejemplo, Trei decidió que batear desde ambos lados del plato aumentaría su valor. Llegó a tenerse tanta confianza que decidió batear a la derecha en un juego de campeonato estatal de preparatoria y se voló la cerca ante un lanzador diestro.

“Nunca he hecho eso”, admitió Trei. “El receptor me dijo, ‘Oye, te diste cuenta de que el lanzador es derecho. Le dije, ‘Mejor preocúpate por tu equipo’”.

José Jr. recordó: “Ahí es cuando te das cuenta de que ve el juego de una manera diferente. Fue algo lógico hacer eso, pero también fue realmente impresionante. El muchacho mejora día a día”.

Tanto José Jr. como Enrique cuentan con títulos universitarios de Rice, y fue una decisión fácil para Trei y Antonio seguir sus mismos pasos en un programa que ha desarrollado estrellas como Anthony Rendon, Lance Berkman y muchos otros jugadores de Grandes Ligas.

Aun mejor – mejor siendo algo relativo – las primeras dos campañas de Trei fueron bajo la dirección de Wayne Graham, uno de los coaches más exigentes del béisbol universitario estadounidense.

“En su primer año, el coach Graham le dijo a Trei que era el peor jugador de toda la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria)”, relató José Jr. “Cerca de una semana después, le dijo que era parte indispensable del equipo.

“Así es el coach Graham. Te va a poner a prueba para saber de qué estás hecho. Trei mostró mucha resiliencia y fue capaz de aguantar todo eso”.

La mejoría de Trei ha sido constante. Fue convocado al Equipo Todo-Estrellas de la Liga Cape Cod después de la temporada pasada, y los escuchas han notado que cada parte de su juego ha mejorado.

“Para esto he entrenado durante toda mi vida”, manifestó Trei. “Estoy listo para iniciar mi camino hacia las Grandes Ligas”.