FILADELFIA -- Los D-backs vuelven el lunes a un territorio poco amigable para ellos, en donde perdieron los primeros dos juegos de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional ante los Filis con un diferencial negativo de 15-3 en el Citizens Bank Park de Filadelfia. Sin embargo, ahora lo hacen con una motivación extra.

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La de ganar o irse a casa.

A lo largo de la temporada, Arizona se ha nutrido de la adversidad. Es algo que ha resaltado en múltiples ocasiones su manager Torey Lovullo. Así fue en agosto, cuando parecía que un bache negativo los dejaría fuera de la postemporada. Lo superaron. Recientemente ocurrió de nuevo, cuando parecía que la balanza de la SCLN se estaba inclinando considerablemente a favor de los Filis, hasta que volvieron a casa y ganaron dos partidos consecutivos para igualar la serie.

“Mira, este es un equipo de mil batallas. Puedes notar que este equipo tiene agallas”, expresó Lovullo. “No nos vamos a intimidar por nadie. Vamos a salir a batallar. No importa quién esté bateando o qué esté ocurriendo en el momento. Vamos a salir a dejar todo lo que tenemos. Vamos a batallar”.

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Claro, dentro de todas esas “batallas”, la del lunes será diferente. Abajo 3-2 en la serie, es la primera vez en la postemporada que los D-backs disputarán un juego de eliminación. Pero a pesar de eso, en el club se respira un ambiente de tranquilidad. La razón es simple; no han podido desplegar su mejor béisbol ante Filis, y aun así lograron ganar dos de los tres partidos que disputaron en el Chase Field.

Para Lovullo es cuestión de tiempo. Pero es ahora o nunca.

“No quiero sonar mal”, comentó el piloto. “Pero no hemos jugado nuestro mejor béisbol. Puede pasar en cualquier momento. Cuando ocurra, nos podemos encender y competir ante cualquiera. Hemos tenido buenos innings. Hemos tenido nuestros momentos, pero no creo que hayamos hilado nueve innings con los que pueda decir que he quedado satisfecho. Ese es nuestro objetivo ahora”.

Uno de los factores que impulsó a Arizona durante el curso de la temporada regular y en las primeras dos series de los playoffs, fueron las bases robadas, algo que los Filis han logrado neutralizar durante los primeros cinco compromisos de la serie.

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Entre los cuatro equipos que están disputando las Series de Campeonato de ambas ligas, Arizona es el que menos bases se ha estafado, con apenas una en cinco partidos. Los líderes son los Filis con seis, seguidos por tres de los Rangers y dos de los Astros.

Si se toma en cuenta toda la postemporada, los D-backs se ubican segundos aún, lo que exalta incluso más la inactividad en las bases del club en la SCLN. Eso, sin mencionar que de esas escuadras que siguen compitiendo, Arizona fue la que, por mucho, se más robó más bases en la temporada regular con 166 – el que más cerca estuvo fue Filadelfia con 141.

“Mira, sus lanzadores han estado enviando pitcheos de calidad en espacios de 1.3, 1.35 segundos”, indicó Lovullo. “Son muy impredecibles. Están haciendo un gran trabajo prestando atención a quien sea que esté en primera base. No sólo Corbin Carroll, quien tiene una velocidad de 80 y se robó más de 50 bases, sino con todos. Están haciendo un gran trabajo en hacer llegar rápido la pelota al plato”.

Apoyo en los colegas

Durante toda su carrera como coach, incluyendo los últimos siete años como manager de los D-backs, Lovullo ha creado una sólida reputación como piloto en la liga. Ahora, cuando su equipo se encuentra obligado a ganar dos partidos consecutivos en Filadelfia para evitar la eliminación, varios colegas lo han contactado para darle su apoyo.

“Muchos coaches me han deseado suerte, diciéndome que están apoyándome a mí y al equipo”, señaló. “Están viendo cómo estamos jugando; lo que estamos haciendo bien. No sobre los detalles, sino más con respecto a la cultura del club”.

Sin embargo, hay una interacción en específico que Lovullo parece tener presente en su llegada a Filadelfia para los últimos encuentros de la SCLN. Es la que sostuvo hace unos días con el miembro del Salón de la Fama y cuatro veces ganador de la Serie Mundial, Joe Torre.

“Estuvimos aquí en Filadelfia para los primeros dos juegos. Nos reímos un poco y nos acordamos de los momentos duros que vivimos en el 2020 y 2021. La conversación fue acerca de cómo lidiar con esas situaciones adversas”.

“Fueron conversaciones importantes”, continuó. “Me instó a seguir siendo fiel a mí mismo. Continuar haciendo las cosas que hago para que este equipo continúe jugando de esta manera. Es algo que ha notado a diario. Creo que todos los coaches lo entienden, pero luego Joe vino a afianzar todo eso para mí. Fue un momento bien especial”.

No hay mañana para los D-backs. Queda en Lovullo ahora intentar trasladar esa inspiración a su equipo, para que, finalmente, puedan desplegar su mejor béisbol y buscar forzar un séptimo y decisivo juego ante los Filis.