Tarjetas, la mejor manera de proteger señas

18 de octubre de 2020

Los cuartos de videos están clausurados, las repeticiones en tiempo real están prohibidas, hay amenazas de castigos y los juegos de postemporada fueron movidos a territorios neutrales. En esta campaña del 2020, lo hecho con la tecnología por el equipo de los Astros en el 2017, parece imposible de replicar.

Pero el robo “legal” de señas sigue estando vigente.

“Si estás robando señas desde la segunda base, es parte del juego”, dijo el manager de los Rays, Kevin Cash. “Así que sería una vergüenza para nosotros si utilizamos siempre las mismas señas”.

Durante la postemporada, los Rays de Cash han enfrentado a dos equipos -- Yankees y Astros -- conocidos en la industria por decodificar las señas de los rivales de la manera antigua. Así que los Rays tienen un sistema para cambiar sus señas en pleno vuelo.

Es un sistema sencillo, pero últimamente se ve más a menudo entre los lanzadores de las Mayores, cuando en medio del juego miran la parte de adentro de su gorra. 

En una época de paranoia con el robo de señas, los lanzadores han optado por consultar una tarjeta laminada que tienen dentro de sus gorras –o en ocasiones en su bolsillo trasero—que cuenta con una lista de señas que sirve para que el rival no puede descifrarlas. Los receptores típicamente tienen la misma información en sus muñecas.

“Realmente estoy sorprendido por lo mucho que le tomó al mundo del béisbol aceptarlo”, dijo Cash. “Pero es bien sencillo. Lo bueno de las tarjetas es que no sacas de ritmo al lanzador”. 

Esas tarjetas son populares entre los jardineros, para saber dónde posicionarse ante cada rival, siguiendo los datos analíticos. Los lanzadores no tienen el mismo propósito; sus tarjetas les permiten cambiar las secuencias de señas junto a su lanzador, sin necesidad de visitar el montículo --un factor importante, dadas las limitaciones en las visitas, que se comenzaron a implementar en el 2018 (los equipos tienen sólo cinco visitas por cada nueve entradas).

El campeón del año pasado, los Nacionales, son un ejemplo de cómo los equipos ajustan sus secuencias en pleno juego. 

Según el Washington Post, luego de revelado el escándalo de los Astros, reportaron que los Nacionales utilizaron cinco secuencias de señas por cada lanzador en la Serie Mundial. Si Houston parecía estar descifrando alguna, el lanzador o el receptor se avisaban el uno al otro. Los caretas de Washington, Yan Gomes y Kurt Suzuki, también variaban las señas. En un inning en particular, podrían utilizar el “busca el dos”, que significa que la seña real era la que venía después de que el catcher utilizaba dos dedos. O hacían el “strike después del primero” que significaba que, si había un strike en la cuenta, la seña correcta era la segunda que indicaba el receptor.

“Teníamos la guardia alta”, dijo el relevista de los Nacionales, Sean Doolittle, al Washington Post. 

Los equipos no pueden caer en utilizar secuencias que pueden ser descifradas. Incluso con los cuartos de videos cerrados este año, en parte a los protocolos de seguridad sanitaria, y limitando que los videos que se muestran el iPad que está en la cueva en el juego sólo pueden ser de juegos anteriores (en otras palabras, videos antiguos, no de los turnos del juego en curso), algunos equipos todavía están a la defensiva ante otros conjuntos que tienen habilidades para descifrar las secuencias legalmente.

Y no tiene ser resuelto con las tarjetas. El lanzador de los Astros, Zack Greinke, llamó la atención durante la Serie Divisional de la Liga Americana por mostrarle dos dedos a su receptor, con Ramón Laureano al bate. La transmisión en vivo especuló diciendo que le estaba diciendo al catcher Martín Maldonado el pitcheo que lanzaría.

En realidad, Greinke estaba confirmando con Maldonado cuál secuencia de señas utilizarían con un corredor en la intermedia.

“Cambio mis señas constantemente”, dijo el lanzador de los Rays, Tyler Glasnow. “Z [el receptor Mike Zunino] y yo discutimos las señas que usaremos antes del juego, y cómo hacerlo con nuestros movimientos de cuerpo, así no tenemos que ver tanto la gorra. Pero [las tarjetas] son de gran ayuda para muchos”.

Pero las notas no son un arte moderno en el béisbol. 

En 1988, antes del Juego 2 de la Serie Mundial, el meticuloso lanzador de los Dodgers, Orel Hershinser, estaba muy emocionado por el jonrón de Kirk Gibson la noche anterior como para recordar llevarse las grabaciones a su casa, así que tuvo que llegar temprano al clubhouse. Preocupado de no poder memorizar todo tan rápido, hizo sus anotaciones en una tarjeta ficha que guardó en su bolsillo, y luego les alertó a los umpires antes del primer pitcheo.

“Recuerdo decirles, ‘Cuando meta la mano en el bolsillo, esto es lo que estaré buscando’”, le dijo Hershiser a Los Ángeles Times en el 2018. “Les mostré la tarjeta. No era nada para alterar la pelota o algo para que gente sospeche”.

Pero ese tipo de tarjetas se popularizaron cuando el robo de señas tecnológico dejó de ser un secreto. Porque fueron investigados profundamente, los Astros del 2017 y los Medias Rojas del 2018, tal vez sean los ejemplos más famosos de los equipos utilizando la tecnología para hacer trampa, pero no pueden pensar que fueron los únicos. Los conjuntos tuvieron que encontrar la manera de combatir eso.

“Lo que se necesita”, dijo el gerente general de los D-backs, Mike Hazen, a comienzos de año, “son secuencias más complejas de señas. No caer siempre en el mismo patrón de secuencias o de señas, que los buenos jugadores pueden descifrar rápido”.

Todo está en las tarjetas.

A final de la temporada del 2018, el relevista de los Filis, Austin Davis, consultó dos veces una tarjeta que tenía en su bolsillo trasero durante un juego ante los Cachorros. El umpire Joe West confiscó la tarjeta, citando la Regla 6.02 (c)(7), que dice que un lanzador no debe “tener en él, o en su posesión, ninguna sustancia externa”.

MLB clarificó poco después que las tarjetas están permitidas, añadiendo que la consulta a las tarjetas no retrase el juego.

El lanzador de los Piratas, James Marvel, tal vez haya sido el culpable de que, durante una de sus últimas aperturas del 2019, pasaran cerca de dos minutos y medio entre dos lanzamientos. Marvel y el receptor Elías Díaz rotaron varias señas, con ambos consultando las tarjetas laminadas. Eventualmente, tuvieron una visita en el montículo.

El serpentinero de los Yankees, CC Sabathia, tuvo otro tipo de problema con su tarjeta durante un juego en el 2019. Como lo documentó el New York Times, Sabathia se quitó la gorra, vio hacia adentro y se quedó perplejo al no ver la tarjeta. Examinó todo el montículo hasta que se dio cuenta que la tenía pegada en la cabeza.

Así que las tarjetas no son infalibles. Pero en general, los lanzadores suelen consultarla sin que los aficionados lo noten. Vean con detenimiento la Serie Mundial y probablemente se den cuenta.